La historia del séptimo arte ha estado marcada por grandes producciones que dejaron un legado tras de sí, la radiografía de una sociedad retratada en Ciudadano Kane como la denuncia de la violencia en La naranja mecánica y el fenómeno de horror que estableció El exorcista son solo algunos ejemplos clásicos de esto. Sin embargo, una película más reciente que compite contra todas ellas enmarca un romance fugaz en medio de una tragedia real sucedida en el océano Atlántico.
Fue llevada al cine por James Cameron en 1997 y es prácticamente imposible que alguien, nacido antes de ese año o a partir de entonces, sea ajeno al impacto de Titanic. Uno de los más grandes amantes del cine del medio FILMSTARS no puede evitar escribir sobre la cinta protagonizada por Kate Winslet y Leonardo DiCaprio sin recordar la necesidad que existía en su pequeño ser de 8 años cuando la cinta se estrenó y no deseaba más que disfrutar del épico largometraje en pantalla grande.
Michael Bendix es el portavoz de cientos de fanáticos de la historia de amor trágica y el impactante hundimiento del trasatlántico al decir que esta es fue y es «la película más importante del mundo» pues a través de su narrativa melodramática, los efectos prácticos usados por el director de Avatar y la banda sonora de James Horner, despertó una pasión especial por cine en él y muchas otras personas. Y es que mirar esta historia con el icónico retrato de la chica con el diamante en su pecho, hasta la narración que inicia con una expedición a las ruinas del barco hundido y la frase de «si tú saltas, yo salto» que Rose y Jack comparten al pie de la proa para más tarde resonar con la catástrofe del ice-berg es una experiencia redonda que marcó a más de una generación.
Titanic es hasta la fecha una de las películas con más nominaciones a los premios Oscar; de sus 14 categorías se llevó 11 estatuillas incluida la de Mejor Película y Mejor Director. El puesto a la cinta más premiada por la Academia lo comparte con El señor de los anillos: El retorno del rey y Ben Hur; pero a diferencia de este par que, si bien son bastante aclamadas por el público, la obra de James Cameron es televisada cada año sin falta cuando se acerca el periodo de invierno y seguramente más de uno nos quedamos a ver al menos un par de escenas aunque la hayamos visto muchas veces antes.
Ese es el efecto que tiene esta cinta de 27 años en todos los amantes del cine, un magnetismo que ha trascendido como un espectáculo visual y sonoro. Catapultó las carreras de DiCaprio (Los asesinos de la Luna) y Winslet (El régimen) a la par que nos hizo memorizar My Heart Will Go On de Céline Dion. Al recordar todos estos detalles que resaltan a Titanic, Bendix no pudo evitar preguntarse si en algún futuro Hollywood se atreverá a hacer un proyecto con estas dimensiones sin recurrir al común denominador de CGI que ahora parece caracterizar a todas sus producciones.