El Club Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León ha confirmado que André-Pierre Gignac sufrió un desgarro intrasustancia del tendón de Aquiles durante la última práctica del equipo. Este tipo de lesión, que afecta las fibras internas del tendón sin llegar a una ruptura completa, ha encendido las alarmas, ya que podría requerir una larga rehabilitación y, debido a la edad del jugador, incluso pone en duda la continuidad de su carrera.
El desgarro intrasustancia puede variar en gravedad dependiendo del grado de la lesión:
- – *Grado 1*: Pequeñas lesiones microscópicas en las fibras del tendón, sin afectación significativa en la función. El tiempo de recuperación suele ser de 2 a 4 semanas con terapia física y reposo controlado.
- – *Grado 2*: Daño parcial de las fibras del tendón, acompañado de inflamación y molestias al apoyar o realizar movimientos bruscos. La recuperación puede extenderse de 6 a 12 semanas, dependiendo de la respuesta al tratamiento.
- – *Grado 3*: Daño severo con afectación significativa del tendón, aunque sin llegar a una ruptura total. Este tipo de lesión puede requerir entre 3 y 6 meses de recuperación, incluyendo rehabilitación intensiva o incluso cirugía en casos más delicados.
De momento, Tigres no ha detallado el grado de la lesión, pero diversos reportes indican que Gignac podría estar fuera de actividad por un periodo prolongado. Esta situación llega en un momento crítico para el delantero, quien a sus 39 años atraviesa el último semestre de su contrato con el club y enfrenta constantes problemas físicos.
La posibilidad de un retiro anticipado no se descarta, ya que una rehabilitación extensa podría dificultar su retorno a las canchas, especialmente considerando la alta exigencia del fútbol profesional. Gignac, sin embargo, se ha caracterizado por su compromiso y profesionalismo, y su entorno cercano no descarta que luche por regresar al campo.
El desgarro intrasustancia del tendón de Aquiles es una lesión delicada que requiere un manejo especializado, incluyendo terapia física, ejercicios específicos de fortalecimiento y, en casos graves, intervención quirúrgica. La prioridad será evitar complicaciones como una ruptura completa del tendón, lo que incrementaría significativamente el tiempo de recuperación.