se agrega segunda parte de la entrevista
El periodista, Jesús Lemus Barajas, señaló que López Obrador se está poniendo del lado del cártel de Sinaloa, lo que podría recrudecer la violencia en el país
(segunda parte)
«El asunto de Ovidio (Guzmán), el fallido operativo para su detención, y que termina finalmente en su liberación, no refleja otra cosa más que el estado fallido y rendido ante el narcotráfico», expresó el periodista mexicano, Jesús Lemus Barajas, autor del libro «Los Malditos» y «El agua o la vida», al manifestar su opinión sobre el caso del líder del Cártel de Sinaloa, quien fue aprehendido y puesto en libertad por el gobierno federal el pasado 17 de octubre.
Lemus Barajas, especializado en el análisis del crimen organizado, consideró que la decisión del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, respecto a no extraditar al hijo de «El Chapo» a Estados Unidos manda dos mensajes principales.
El primero tiene que ver con la manera en cómo podrían reaccionar otros grupos del narcotráfico cuando detengan a sus líderes.
En este tenor, consideró que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), así como otra célula de ese rango, causarían una situación temeraria debido a la poderosa estructura con la que cuentan.
En cuanto al segundo mensaje, el periodista indicó que la lucha principal del gobierno federal no es contra el narco, sino contra otros grupos del crimen organizado, por ejemplo, huachicoleros, secuestradores, sicarios o tratantes de mujeres.
Consideró que el titular del Ejecutivo federal está fincando su propuesta de paz en tener una buena relación con el Cártel de Sinaloa, lo cual podría recrudecer la violencia en el territorio azteca ante la molestia de los otros grupos.
«El Presidente de la República está fincando su posibilidad de paz en una propuesta del narco, entonces, una paz narca es peligrosa porque ésta se rompe en el momento en que ellos quieran, no se rompe en el momento en el que el gobierno federal lo quiera», sentenció.
Añadió que lo anterior también podría fortalecer aquella versión comentada en el imaginario popular de que el presidente de México o su gabinete de seguridad ya negociaron o, por lo menos, dialogaron con la banda comandada por los Guzmán Loera.
Dijo que otra prueba de eso es la interlocución que encabezó el exjefe capitalino con el gobierno de Estados Unidos para que éste le diera una visa humanitaria a la progenitora de «El Chapo» Guzmán con el objeto de visitarlo en prisión.
Asesinato de familia LeBarón fue por guerra del agua, no por el narco
(primera parte)
El periodista también habló de la masacre de la familia LeBarón, dada a conocer a principios de esta semana; desde su perspectiva el homicidio tuvo un trasfondo diferente al indicado por algunos medios de comunicación, pues obedeció a una posible venganza por la disputa del agua en Chihuahua.
Entrevistado por el titular de Los Rituales del Caos, Erick Almanza, dijo que la familia LeBarón es dueña de 62 pozos en el municipio de Ahumada, Chihuahua, es decir, controla el abastecimiento del vital líquido en esa demarcación, en detrimento de las poblaciones rurales.
Para una mejor interpretación, abundó que tal comunidad, practicante de la religión mormona, podría llenar 16 veces el Estadio Azteca gracias a la cantidad de agua que controla.
«Ese es el verdadero conflicto por el que la familia LeBarón fue agredida», expuso.
De ese modo, aseguró que detrás del crimen señalado, en el que fueron ejecutados tres mujeres y seis menores de edad, pudieron estar involucrados sicarios contratados por productores agrícolas, con motivo de la animadversión de éstos en contra de ese clan.
Descartó la teoría de que el homicio múltiple fue propiciado por una persecución religiosa, pues subrayó que eso no ocurre en la tierra del águila y el nopal, lo de agredir a las personas por sus creencias.
«El caso LeBarón no es como nos lo quieren vender los medios para golpear al Presidente, el caso LeBarón es un caso que ya tiene una cola desde hace muchos años (…) Este asesinato es producto de la lucha por el agua porque los LeBarón, si vemos el registro público, son los dueños del agua en Ahumada, ellos se han quedado con el agua», añadió.
De acuerdo con las investigaciones de Lemus Barajas, la familia LeBarón logró apoderarse del abastecimiento del agua en Chihuahua por las relaciones o acuerdos que estableció con los gobiernos federales de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón Hinojosa, al grado de que las concesiones para el manejo de ese líquido no fueron otorgadas ni siquiera a los presidentes municipales.
Reprobó que se hayan involucrado a infantes y mujeres en el caso, sin embargo, criticó el modo en que parte de la prensa está abordando dicho tema, mediante un ensalzamiento del «mexican white», es decir, de los mexicanos blanquitos buenos inocentes.
Es oportuno recordar que el homicidio múltiple en comento tuvo lugar en el límite de los estados de Chihuahua y Sonora, en el norte de México.
De acuerdo con las primeras pesquisas del gobierno federal, hubo nueve personas asesinadas, tres mujeres y seis niños, quienes fueron emboscadas por un comando armado.