Fiscalía General de Baja California lleva ante un juez el caso ocurrido hace 10 años; cuatro oficiales lo acusan también de privación ilegal de la libertad
Leyzaola es considerado un elemento que fue clave para la reducción hasta de un 80 por ciento de la violencia en Juárez durante el periodo 2010-2013 en la administración del alcalde Héctor Murguía Lardizábal, e incluso fue víctima de un atentado que lo obligó al uso de silla de ruedas, enfrenta ahora un polémico proceso en Tijuana.
De acuerdo a la Fiscalía General del Estado de Baja California, la averiguación previa 620/15/204 fue judicializada y radicada en el Juzgado Primero de lo Penal.
Hace diez años, el teniente coronel del Ejército en retiro, Leyzaola fue denunciado por el oficial de la Policía Municipal de Tijuana, José Luis Hernández Gálvez por supuestos actos de tortura contra su persona. En la misma denuncia fue señalado también el capitán Gustavo Huerta Martínez como presunto co-partícipe de los hechos.
La denuncia fue presentada el 25 de agosto de 2010. En aquel entonces el oficial José Luis Hernández Gálvez se quejó de tortura cometida por el entonces secretario de Seguridad, Julián Leyzaola, a quien le giraron citatorios los cuales nunca atendió.
El agente Hernández hizo responsable a Julián Leyzaola de más de 70 lesiones en su cuerpo, entre ellas la fractura de pelvis, así como también por daño emocional.
El oficial de policía tiene 24 años de servicio en la corporación, recordó que la CNDH acreditó la agresión en su contra a través de la aplicación del protocolo de Estambul. La CNDH emitió incluso una recomendación de inhabilitación en contra de Leyzaola.
Otros tres oficiales junto a José Luis Hernández testificaron haber sido también torturados.
El pasado 22 de mayo, la Fiscalía General del Estado de Baja California anunció la consignación del expediente ante el Poder Judicial del Estado.
Sobre el caso, Julián Leyzaola ha declarado que “afortunadamente la justicia administrativa me ha dado la razón y espero suceda lo mismo en este caso penal”.
“Tal parece que en un mundo de pillos, el que trabaja honestamente es un inadaptado”, señaló el teniente coronel.