Los héroes y heroínas sin capa existen en la vida real. Y sin lugar a dudas, este año descubrimos que muchos de ellos son profesionales de la salud que han estado en la primera línea de batalla contra el COVID-19, arriesgando incluso su vida con tal de salvar a la mayor cantidad de personas que lamentablemente se ha contagiado con la enfermedad.
En los últimos meses nos hemos topado con las historias de médicos, enfermeras y especialistas de la salud que han demostrado la gran vocación que tienen. Pero también, hay muchos de ellos que destacan porque su bondad parece no tener límites. Así como la enfermera que donó uno de sus riñones a un niño de dos años, quien tenía insuficiencia renal.
Regresó a casa después de tratar a pacientes con coronavirus
El nombre de esta valiente mujer es Taylor Pikkarainen, una enfermera que pasó más de dos meses trabajando temporalmente en un hospital de Nueva Jersey, en Estados Unidos, donde ayudó a salvar muchas vidas de pacientes que llegaron al lugar después de contraer coronavirus. Sin embargo, su labor por salvar la vida de los demás no terminó ahí.
Resulta que al regresar a Minnesota, su estado natal, Pikkarainen conoció la historia de un niño de dos años de edad llamado Bodie, que nació con síndrome nefrótico congénito. Una afección que provoca que el cuerpo del pequeño descargue demasiada proteína en la orina y la cual eventualmente da paso a una insuficiencia renal.
Y quiso donarle su riñon al pequeño Bodie
Sin dudarlo, Taylor comenzó a mover todo para poder ser la donadora que Bodie necesitaba: “Estaba sentada allí y rápidamente busqué los efectos secundarios para mí como donante, por ceder un riñón”, dijo al programa ‘Good Morning America’. “Siempre existe un riesgo con la cirugía, pero no hubo un mayor riesgo de enfermedad renal o insuficiencia renal”, detalló.
Aunque en un principio la mujer de 27 años quiso mantener su buen acto como un secreto, posteriormente Taylor Pikkarainen decidió decirle a la familia de Bodie que ella había sido la donante. Algo que hizo al enviarle a la familia del niño una carta con un oso de peluche para él. Algo que sorprendió mucho a la mamá del pequeño.
La familia no podía creer el acto de bondad por parte de la enfermera
“Es difícil ponerlo en palabras”, afirmó la mamá del niño sobre el acto bondadoso de Taylor. “Realmente no podíamos creerlo, de verdad, que alguien a quien apenas conocemos y ni siquiera un miembro de la familia estuviera tan dispuesto a dar uno de sus órganos”.
Días antes de la cirugía (que iba a ser en marzo, pero se retrasó por el coronavirus) Taylor y Bodie se conocieron. Dicha reunión dejó una foto muy tierna de la mujer y el niño, imagen que ha enternecido a las redes sociales por el gran acto de bondad que la enfermera tuvo con él. Uno que lo ha liberado de sondas y demás tratamientos a los que se ha sometido desde que nació.
Taylor Pikkarainen salió bien de la operación y se recuperó en cuestión de días, afirmando que se siente feliz de haber podido ayudar. “Se siente realmente bien que esté sano y feliz… es asombroso, estoy muy agradecida”, indicó al programa de televisión. Sin duda, una heroína en toda la extensión de la palabra.