Nuestro protagonista vivió un encuentro cercano con un OVNI en 1941, seis años antes de la aparición de conceptos como OVNIs o platillos volantes.
Miguel Pedrero
Desde mi punto de vista, ningún incidente OVNI es casual, sino que el fenómeno pretende mostrarse descaradamente ante el o los testigos en cuestión. Para muestra, un botón. Gracias a mi buen amigo, el ufólogo Marcelino Requejo, tuve la oportunidad de entrevistar a David Fernández, que entonces contaba con 89 años de edad. El buen hombre me narró una experiencia que vivió una lejana noche de 1941, dos años después del fin de la Guerra Civil española.
Surgió un objeto con forma de campana rodeado de luces por abajo
David transitaba por un camino de monte muy cerca de la localidad lucense de Villalba, cuando, de repente, se vio sorprendido por la aparición de una serie de luces sobre su cabeza. «A menos de un metro sobre mí, surgió de la nada un objeto en forma de campana pero mucho más achatado. Por su parte de abajo estaba rodeado de luces azules. Vamos, si alargo la mano, lo toco seguro».
Fue como si de pronto se hiciera de día
David se movió unos metros hacia un terraplén, con la intención de ocultarse, «pero no había donde meterse, así que volví a colocarme bajo aquel artilugio», me decía. «Entonces, aquello empezó a desprender una luminosidad extraordinaria, como no he vuelto a ver en mi vida –continuó con su relato–. Fue como si de pronto se hiciera de día. Así estuve unos minutos, hasta que el objeto volador comenzó a desplazarse hacia la izquierda y salió a toda velocidad en línea recta. Justo en el momento en que iba a estrellarse contra unos árboles, desapareció en un visto y no visto, como si se hubiera esfumado». Así sucedió uno de los primeros encuentros OVNIs, ya que por aquel entonces todavía no se empleaban esa clase de conceptos.
Si ha vivido alguna experiencia OVNI, puede ponerse en contacto con el autor en el siguiente mail: miguelpedrerog@gmail.com