El último Clavo en el Ataúd
Eduardo Arredondo Delgado
Graciela Ortiz infringió la última herida, colocó el último clavo en el ataúd del Pri en Chihuahua. Antes Fernando Baeza, el exgobernador buscaba una fractura más tersa, pero no fue así, la militancia, respondió a sus alcances e ideales. ¿Expulsarlos? Lo mínimo.
La etapa de responsables y traiciones continúa en el tricolor cuyo partido al ver que no levantaba las velas en la elección prefirió unirse a su antítesis, la derecha encabezada por la cuestionada Maru Campos, mujer que vivió de las glorias de la nómina confidencial a decir de propios testigos que fueron consultados por este medio.
Graciela Ortiz, la mujer que siempre perdió elecciones por tierra, ahora se suma al partido enemigo, para hacer un frente común a la 4T.
El efecto domino de la firma del acuerdo de la dirigencia nacional con Pan y Prd solo han causado convulsiones y las convicciones de partido tiradas a la borda si no es que al caño de las esperanzas.
¿Cómplices? Sin duda alguna el beneficio personal deformó los cánones políticos y sociales del tricolor, ahora ausentes ante la pérdida justifica el autoritarismo de un hombre que les ganó y los puso en vergüenza en la pasada elección. Su nombre es Andrés Manuel.
Conquistar el repudio, fue solo el primer paso del Pri, y ahora quienes les creerá si solo sus alianzas hablan por sí mismos. ¿Y los ideales?
Graciela Ortiz y compañía negociaron y también para la militancia.
Muchos seguro se irán con Loera, el carnicero que necesita volver al kínder en la búsqueda de poder hablar o al menos superar Plastilina 1.