El Tren Maya y la experiencia del Ferrocarril Chihuahua al Pacífico
Por Marco Antonio Martínez Soto
En plena pandemia y cuando la curva de contagios y muertes está en su nivel más alto, de máximo contagio, con más de 120 mil enfermos confirmados y 14 mil decesos, el presidente Andrés Manuel López Obrador retomó sus giras por la República Mexicana, esta vez para dar el banderazo de arranque del Tren Maya por el Sureste de México, Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Chiapas y Tabasco, con la esperanza de recuperar la popularidad que viene perdiendo por su política errática para combatir la epidemia sanitaria y la reactivación económica.
Nos hizo el favor el presidente, de inaugurar el tramo cinco en Ciudad de Lázaro Cárdenas, Quintana Roo, que es uno de los más atractivos, pues conecta a dos polos turísticos importantes del país Cancún- Tulum. Esta parte de la obra fue adjudicada de manera directa, por el todopoderoso dedo del presidente, al poderoso Grupo ICA, con un presupuesto de 27 mil millones de pesos. El tramo cuatro en Yucatán, también, donde el mandatario acudió al lugar acompañado por el gobernador del estado, Mauricio Vila Dosal y del director del Fondo Nacional de Turismo (Fonatur) Rogelio Jiménez Pons. Esta obra fue adjudicación directa para el Consorcio a ICA. El tramo tres fue adjudicado al consorcio Gami, perteneciente al Grupo Indi, del empresario favorito del presidente, Manuel Muñoz, quien construyó los segundos pisos, cuando López Obrador era el regente del Distrito Federal hoy Ciudad de México, y que ofertó con una propuesta de 10 mil 192 millones 935 mil 694 pesos. En el tramo dos en Campeche, dio el cuarto banderazo de arranque a la obra estará a cargo de su querido amigo Carlos Slim, que dirige el Consorcio Mexicano Carso, Infraestructura y Construcción y la Española Fomento de Construcciones, con un presupuesto de 18 mil 553 millones. El tramo uno en Chiapas, que correrá de Palenque Chiapas a Escárcega Campeche con una inversión 13 mil 394 millones 942 mil 290 pesos de pesos y estará a cargo del Consorcio conformado por Mota Engil México, China Communications Construction Company Limited, también constructora amiga del mandatario. Tiene un paquete de 600 mil millones del presupuesto federal para la construcción del tren maya.
En los actos que transcurrieron sin público por la pandemia y a los que se presentó sin cubrebocas como siempre, López Obrador aseguro que “con los cinco tramos del tren maya, se generarán 100 mil empleos”. El tren maya, dijo, servirá para reivindicar al sureste del país, ya que en los últimos 40 años sólo creció Cancún, y esta magna obra será el detonante para el desarrollo y crecimiento económico de la región, que generará que más de un millón de personas salgan de la pobreza”.
Pero la realidad es otra. Todo ese progreso y bienestar, solo existen en su cabecita de algodón, porque el progreso transcurre de manera muy diferente, y a manera de ejemplo voy poner el Ferrocarril que tiene funcionando desde 1961 en la Sierra de Chihuahua. Por si alguien lo ignora, Chihuahua tiene un tren llamado Chihuahua al Pacifico, conocido también como Che-Pé o Chepe; es una línea ferroviaria que va desde Chihuahua hasta Los Mochis, Sinaloa, y es el único tren turístico en México de pasajeros; pasa por la imponente Sierra Tarahumara con sus Barrancas del Cobre pasando Creel, municipio de Bocoyna, pueblo mágico de la Sierra Tarahumara. En 1861 comenzó la construcción de la línea que uniría Ojinaga con el Puerto de Topolobampo, Sonora, obra que duro 100 años en concluirse por los obstáculos que impone la sierra. El 24 de noviembre, el presidente Adolfo López Mateos inauguró el Ferrocarril Chihuahua-Pacifico en 1997. En mayo de 2018 se lanzó El Chepe Express que ofrece un recorrido en 9 horas de ida y 9 de regreso, te ofrece la experiencia en un tren de lujo, pues cuenta con Clase Ejecutiva y los más altos estándares de calidad y de
servicio, cuenta con seis vagones, una terraza bar y ofrece a bordo los sabores de la región en el restaurante Urique; también se tiene la posibilidad de bajar en el Fuerte de Bahuichivo, en Divisadero y Creel.
Sin embargo, a pesar de los maravilloso del Tren Tarahumara, los indígenas viven en condiciones infrahumanas, no tienen empleo, ni trabajo, y los poquitos que tiene tierra siembran de temporal y sin apoyos con insumos para el campo; muchas familias tienen hambre, y en este periodo de confinamiento sanitario, la situación se agrava de manera alarmante, porque todavía hay familias que viven en cuevas que les sirven de habitación; en las comunidades faltan los servicios de agua potable, energía eléctrica, servicios médicos de calidad; el sistema educativo tiene muchas deficiencias. ¿Y qué cree, estimado lector? Ningún gobierno federal o estatal se inmuta por esta lamentable situación que ya tiene muchas décadas desde la apertura de esta ruta férrea que se veía como la solución a la pobreza y al subdesarrollo de la región. Los únicos beneficiados son los grandes consorcios hoteleros, nacionales e internacionales, quienes en medio de las impresionantes barrancas, levantan majestuosos edificios que van en consonancia con el entorno la sierra y brindan todo tipo de servicios turísticos con calidad y confort. Pero los verdaderos dueños de la sierra han sido despojados, saqueados y condenados a vivir en condiciones inhumanas. El tren Chepe en nada ha contribuido a mejorar esta lamentable situación.
Todas las expectativas que nos está tratando de vender el señor presidente con el Tren Maya, carecen de fundamento, ya que al igual que en Chihuahua, el tren peninsular va a beneficiar solo a los grandes empresarios, magnates turísticos nacionales, pero sobre todo internacionales, que vendrán a saquear los recursos naturales y despojar de sus tierras y tradiciones a las familias endémicas, para la construcción de sus complejos hoteleros, pero para los pobres seguirán viviendo en las mismas condiciones de pobreza y miseria.
Para rematar, el Tren Maya tendrá combustión de diésel porque es más barato que un eléctrico, pero en México la industria petrolera no podrá cubrir la demanda de combustible de Ultra Bajo Contenido de Azufre (UBA), necesario para reducir la contaminación; dicha demanda no se podrá cubrir de manera interna ni aun cuando comience a operar la Refinería Dos Bocas, Tabasco, de acuerdo con la información de la Secretaria de Energía (Sener), lo que significa que el combustible tendrá que ser importado. Por ello puedo asegurar que el proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador, que va a concluir en el año 2023 en los primeros cinco tramos; Palenque, Campeche, Yucatán, Cancún y Tulum y el siguiente año 2024, los dos tramos restantes de Tulum-Carrillo, Puerto-Escárcega, será un rotundo fracaso, porque al igual que sus obras faraónicas del Aeropuerto de Santa Lucia y la Refinería Dos Bocas en Tabasco, servirán para demostrar que el gobierno de la “cuatro te” no sabe gobernar, pues supuran corrupción, ya que las obras fueron entregadas para su ejecución a los señores padrinos del presidente. Urge un cambio verdadero, donde se apueste a la ciencia y a la tecnología, al crecimiento y desarrollo económico en consonancia con la naturaleza y sus recursos naturales y con la educación del pueblo trabajador creador de la riqueza nacional. Urge un nuevo gobierno nacional que vele realmente por los intereses de los que menos tienen.