Por: Carlos Loret de Mola
El prestigiado The Washington Post reveló el fin de semana que terminó muy mal la llamada entre los presidentes Donald Trump y Enrique Peña Nieto. Lo que inicialmente se promocionó ante el público como un telefonema solidario por las tragedias de la balacera en Florida y el helicopterazo en Oaxaca, en realidad escondió lo que el periódico estadounidense describe como una tensa plática de desacuerdo sobre las posturas públicas de ambos países en torno al muro fronterizo y su financiamiento.
Pero hay más. Esa tensa plática mantiene en punto de congelamiento las relaciones entre México y Estados Unidos, y amenaza con quebrar de manera precipitada la renegociación del Tratado de Libre Comercio, que más bien parecía navegar hacia un puerto de entendimiento.
Desde que colgaron los presidentes Trump y Peña, los contactos entre Estados Unidos y México se cancelaron:
1.— Abruptamente, los enviados del gobierno mexicano a Washington para planear la eventual visita de Enrique Peña Nieto a la capital estadounidense (los integrantes de la famosa “avanzada”) fueron llamados para que se regresaran a México.
2.— Entre funcionarios de las dos naciones existen cotidianamente un sinnúmero de llamadas, correos, mensajes, comunicaciones en general. En síntesis no es sólo el canciller Luis Videgaray el que habla con el equipo de Trump. Desconozco si a Videgaray ya no le toman la llamada en la Casa Blanca, pero lo que sí me han confiado algunas fuentes es que a otros niveles de la cancillería se rompieron los contactos bilaterales.
3.— Este fin de semana se filtró que el presidente Trump ascendió a Peter Navarro, considerado un halcón de la economía nacionalista, un hombre antiglobalización, antilibre comercio, antidéficit, antiTLC y antiMéxico. Incluso The Wall Street Journal publicó ayer que Trump pensaba darle nuevos poderes que le permitirán incidir sobre el destino de los tratados comerciales de la Unión Americana.
La atmósfera está congelada entre ambos países. Hay versiones de que la entrada de Navarro a la renegociación del TLC tiene como objetivo endurecer las pláticas y llevarlas al rompimiento, que es también una represalia de la Casa Blanca frente a lo mal que salió la llamada Trump-Peña. ¿Será una posición de negociación para amedrentar a sus contrapartes o el fiel reflejo de un pensamiento cuasi genético de los nativistas encabezados por Trump? Eso está por verse. También está por verse si la administración Peña Nieto logra sanar la herida.
SACIAMORBOS. Vaya escándalo para la campaña de Morena. The Wall Street Journal, en un artículo firmado por la influyente Mary Anastasia O’Grady (editora, integrante del Consejo del WSJ y seguramente la columnista más reconocida del mundo sobre temas financieros latinoamericanos), denuncia al asesor empresarial estrella de Andrés Manuel López Obrador, Alfonso Romo, por presuntamente haber engañado a sus socios accionistas y haberse conducido sin ética en una multimillonaria operación financiera que inició en el año 2002, y habría incluido simulaciones y autoventas.
No, pos’ con razón piensa que Napito es Mandela.