Dicen que en todas las casas cuecen habas y en la «mansión» de los Beckham no lo es menos. Convertidos en uno de los matrimonios más envidiados y perfectos del mundo, David y Victoria Beckham se han dispuesto a romper barreras y han mostrado ante las cámaras su lado más humano y natural, con motivo del recién estrenado documental de Netflix Beckham.
Rodeados siempre de lujo y glamour, el exfutbolista y la diseñadora han querido mostrar en este documental que no siempre es oro todo lo que reluce y que encontrar el equilibrio entre la fama y la familia no siempre es una tarea fácil y que en ciertas ocasiones los ha llevado a tener alguna discusión, como el día en el que David casi se pierde el nacimiento de su hijo Cruz, en 2005, por acudir a una sesión de fotos con dos de las mujeres más atractivas del momento.
Conocida por su humor y franqueza, Victoria ha querido compartir con los espectadores aquel inolvidable y frustrante momento cuando ya ingresada en un hospital madrileño- por aquella etapa, el futbolista jugaba en el Real Madrid- y a punto de dar a luz, David le dice que tiene que acudir a un evento, y que este evento, es, nada más y nada menos, que con dos mujeres tan atractivas como Jennifer Lopez y Beyoncé.
«Pensé: ‘En serio, estoy a punto de estallar’. Estoy en reposo en cama. ¡¿Me estás tomando el pelo?! Tienes una maldita sesión de fotos con Jennifer Lopez, que es hermosa y no está a punto de tener un bebé'», le dijo Victoria a su marido bastante molesta.
A pesar del terrible enfado de la exSpice, David logró llegar a tiempo a la cesárea y estar al lado de su mujer durante el parto. Sin embargo, tras el nacimiento, Victoria, aún dolorida y guardando reposo, tuvo la oportunidad de ver algunos artículos publicados en la prensa de su marido junto a las dos cantantes, lo que hizo recordar de nuevo su terrible enfado.
«Recuerdo estar acostada, por supuesto no era mi momento más hermoso, y alguien me mostró la portada del periódico, que era una hermosa foto de David entre Jennifer Lopez y Beyoncé y el titular era ‘¿Qué diría Posh?’. Pues déjame decirte lo que diría. Posh estaba molesta», cuenta la diseñadora ya con cierto sarcasmo, aunque sin olvidar aquel capítulo de su vida, en donde la fama y la popularidad de su marido no le vino nada bien.