El problema con el PRI, y que finalmente ha venido a ser su principal lastre es la antidemocracia. Como partido de Estado, no necesitaba competir, a final de cuentas, siempre se iba a ganar, ya sea por las buenas o por las malas, que para eso tenían todo el peso y poder del Estado. Mientras hubo espacio para líderes que buscaron el bien de la sociedad, ese no tan pequeño detalle, pudo soslayarse, pero una vez que el partido perdió su centro, y se cargó a la derecha a la vez que se afianzó en su autoritarismo, la sociedad lo repudió. Esto que describo no ocurrió de la noche a la mañana, no. Fue un proceso largo cuyo inicio podemos ubicar a fines de los 50’s con varios puntos climáticos, con lo fueron en 68, el 71, en 86 en Chihuahua o las elecciones del 88, llegando hasta la puntilla en el año 2000. Pero el partido, dadá su naturaleza antidemocratica, no entendió el porqué de su derrota, por eso, al regresar a los pinos en el 2012, en lugar de corregir el rumbo, se dedicaron a saquear al país como si nada hubiera pasado. El verdadero reto del PRI, bajo las circunstancias actuales es convencer a la sociedad de que ya no persiguen el poder para su propio beneficio, sino que realmente quieren ser una fuerza de transformación social para beneficio de la propia sociedad. Se ve muy cuesta arriba, después de la ultima camada de líderes que encabezó Peña Nieto.
oco antes del término de la presidencia de Enrique Peña Nieto (2012-2018), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) entró en una decadencia profunda que mantiene al organismo político que por décadas fue el más poderoso en México, en una profunda crisis.
Pero con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República, pareciera que el PRI ha acelerado su caída, y con él, varias de sus figuras emblemáticas, aunque -hay que decirlo- esto ha sucedido de manera selectiva.
Pero además, luego de la pasada jornada electoral del 6 de junio, el partido tricolor entró en una fuerte pugna interna que lo ha sumido en una de las crisis más fuertes que ha sufrido en sus más de 92 años de historia.
La lucha entre Alejandro Moreno y Ulises Ruiz
Desde el pasado martes, la sede nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ubicada sobre Insurgentes Norte, en la colonia Buenavista de la Ciudad de México, se mantiene bloqueada por decenas de militantes encabezados por el exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz y Nallely Gutiérrez Gijón, presidenta del Colegio Profesional de Derecho, organismo que pertenece al partido político.
Los inconformes exigen la renuncia de su dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, mejor conocido como “Alito”, argumentando la derrota del partido en las pasadas elecciones del 6 de junio, en donde el PRI no ganó ninguna gubernatura y perdió las ocho que aún mantenía.
La toma del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) priista derivó en un enfrentamiento protagonizado por un grupo de choque armado de palos, petardos e incluso armas de fuego, que dejó varias personas lesionadas, incluso, a un joven herido de bala.
Sin embargo, el trasfondo del asunto deriva de una añeja rivalidad entre Ulises Ruiz y Alejandro Moreno que data de 2019, cuando ambos buscaban la dirigencia nacional del partido.
La contienda dejó profundas heridas y ahondó las diferencias entre los distintos grupos internos, que incluso derivaron en la renuncia de Ivonne Pacheco, exgobernadora de Yucatán, tras 29 años de militancia priista. Pero la pugna más cruenta fue entre Alejandro Moreno Cárdenas y Ulises Ruiz Ortiz.
(Captura de pantalla: Video)
En julio de 2019, Ulises Ruiz presentó ante la Fiscalía General de la República (FGR) una denuncia contra Alejandro Moreno Cárdenas por enriquecimiento ilícito. Pidió indagar la compra de casas y terrenos en Campeche que realizó Moreno Cárdenas entre 2012 y 2015 y que aparecen declaradas en su 3 de 3 y que -a decir de Ulises- no corresponden con sus ingresos.
Aunque la denuncia quedó archivada, versiones periodísticas señalan que la Fiscalía estaría reactivando las denuncias contra Moreno Cárdenas, no solo por enriquecimiento ilícito, sino por presuntos delitos de defraudación fiscal y lavado de dinero, con prácticas recurrentes como la alteración del valor de las operaciones de compra y venta de los inmuebles”, en medio de los dichos del presidente Andrés Manuel López Obrador de que podría negociar con el PRI para sacar adelante las reformas constitucionales del mandatario.
La lucha entre Alejandro Moreno y Ulises Ruiz derivó en un intento fallido de expulsar al exgobernador oaxaqueño de las filas priistas, aunque no precisamente por el proceso interno, sino por el proceso electoral 2017-2018, donde según priistas, Ruiz Ortiz habría apoyado a candidatos de otros partidos.
El miércoles 30 de junio, el líder nacional priista acusó a Ulises Ruiz y a Nallely Gutiérrez, de estar vinculados con Morena y los responsabilizó de lo que pueda suceder con las personas lesionadas.
Además, acusó a las autoridades federales y de la Ciudad de México, de no hacer su trabajo e impedir lo sucedido en la sede nacional del partido.
La misma tarde del miércoles, el PRI interpuso una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR) en contra de Nallely Gutiérrez Gijón y Ulises Ruiz, por los delitos de asociación delictuosa, secuestro, y portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, tras lo sucedido en el CEN del partido.
Hasta el momento, las instalaciones continúan tomadas, mientras que militantes y agrupaciones afines al PRI, cerraron filas con Alejandro Moreno.
El otrora poderoso líder del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps, oficialmente “renunció” a la dirigencia del organismo obrero el 16 de octubre de 2019. Sin embargo, todo fue una simulación ya que seguía apareciendo en la nómina de Petróleos Mexicanos (Pemex) como trabajador activo.
Su último puesto data del 1 de enero de 2019, como jefe de departamento de la Refinería Miguel Hidalgo, ubicada en Tula de Allende, en el estado de Hidalgo.
Luego de que una investigación periodística diera a conocer esta situación, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció durante su conferencia mañanera del martes 16 de marzo, que Romero Deschamps había presentado “su renuncia voluntaria” a partir de un exhorto que le hizo el gobierno de México.
Sin embargo, Romero Deschamps tendrá una jugosa jubilación. Y es que además de retirarse con el 100% de su salario, tendrá diversos beneficios como el pago de despensa, gas, gasolina, aguinaldo, seguro de vida, gastos funerarios y atención médica.
El Contrato Colectivo de Trabajo establece el derecho a recibir una pensión mensual de su salario completo al momento de la jubilación, fijado en 100,173 pesos, lo que significa un ingreso por un millón 208,000 pesos al año.
También tiene beneficios como atención médica y medicamentos para él y sus familiares, el pago del gas de su vivienda y la gasolina de sus automóviles, así como el aguinaldo, pago de la despensa y gastos funerarios.
El retiro del exlíder sindical ocurre sin que se le haya judicializado las investigaciones en su contra por presuntos delitos de administración fraudulenta, fraude sindical, enriquecimiento ilícito, delincuencia organizada, peculado, nepotismo, operaciones con recursos ilícitos, venta de plazas, evasión fiscal y rendición de cuentas de las cuotas gremiales, entre otros.