El ataúd que guarda los restos de José José, El Príncipe de la Canción, es similar al que se usó para el funeral de Michael Jackson, digno de un artista sin precedentes
POR MIRIAM ARVIZU
José José fue despedido por su público mexicano en un merecido y majestuoso homenaje en uno de los recintos más importantes del mundo, el Palacio de Bellas Artes. Ahora irá rumbo a la Basílica de Guadalupe de la CDMX, donde se le realizará una misa.
Posteriormente se prevé que el cortejo fúnebre termine en Clavería, un barrio de clase media de la capital donde nació y vivió José José y donde hay una estatua en su honor, convertida en escenario de espontáneos homenajes.
Sus restos serán depositados en el panteón francés junto a los de su madre, que fue pianista.
Su arribo ocurre tras más de una semana de pleitos familiares para definir el destino de sus restos, en los que tuvo que mediar incluso el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y en medio de una gran cobertura mediática plagada de desinformación.
La mitad de sus cenizas están resguardadas dentro de un hermoso féretro brillante, con matices dorados y plateados, el cual fue colocado justo al centro de la majestuosa escalera principal del palacio, flanqueado por arreglos de flores y coronado por un gran cartel con la imagen del cantante mexicano y la frase «José José, qué triste fue decirnos adiós», primer verso de «El triste», la melodía más reconocida de sus interpretaciones.
Su lujoso féretro fue muy similar al que se usó para el funeral del Rey del Pop, Michael Jackson. El ataúd, de nombre “The Promethean” tiene un costo de entre 10 mil y 24 mil dólares, su precio varia del tipo de tapizado en su interior y del enchape en oro de 24 quilates.
Sin duda un ataúd digno de un príncipe y un hombre exitoso que llevo el nombre de México a la cima.