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Ni siquiera un ligero tropezón cerca del final pudo detener a Simone Biles. Menos de tres meses después de regresar a la competencia, la superestrella estadounidense está de regreso en la cima de la gimnasia.
Biles se sobrepuso al pequeño error en su rutina de piso. Tuvo por lo demás un desempeño formidable y ganó ayer el título del All-Around individual por sexta ocasión en los campeonatos mundiales para convertirse en la gimnasta más condecorada de la historia.
Y todo ello ocurrió a dos años de que Biles dejó su carrera en suspenso para concentrarse en su salud mental tras los Juegos Olímpicos de Tokio.
El nuevo logro de Biles hizo que derramara algunas lágrimas durante la ceremonia de premiación en Amberes, la ciudad belga donde comenzó su cosecha de títulos hace una década, cuando tenía 16 años.
«Hace 10 años gané mi primer mundial, ahora estoy aquí de nuevo, así que fue algo emotivo».
Biles obtuvo una puntuación de 58,399 en la barra de equilibrio, piso, salto de potro y en las barras paralelas para superar a la brasileña Rebeca Andrade, la campeona defensora, por 1,633 unidades.
La compañera de Biles, Shilese Jones, se quedó con el bronce al acumular 56,332 puntos.
Esta fue la 27ma medalla para Biles en campeonatos mundiales, la 21ta de oro. La consiguió dos días después de que la cuatro veces medallista de oro olímpica lideró a Estados Unidos para conseguir su séptimo título y establecer un nuevo récord.
Biles suma en total 32 medallas en campeonatos mundiales y Juegos Olímpicos para convertirse en la gimnasta más laureada de la historia -mujeres y hombres- en los dos eventos más importantes del deporte sobre el retirado Vitaly Scherbo.