Jackie Wattles
El Blue Ghost, una nave espacial sin tripulación desarrollada en Estados Unidos, llegó a la superficie de la Luna con éxito, convirtiendo a Firefly Aerospace, con sede en Texas, en la segunda empresa del sector privado que logra semejante hazaña.
El alunizador, de 2 metros de altura, aterrizó en la cara oculta de la Luna a las 3:34 a.m. de este domingo, hora de Miami.
Este año se ha lanzado un desfile de módulos de aterrizaje lunar desarrollados por el sector privado, parte de un convoy de naves espaciales robóticas que la NASA y sus agencias asociadas esperan que allane el camino para que los astronautas regresen a la superficie lunar a finales de esta década.
El éxito no estaba ni mucho menos garantizado. En febrero de 2023, otra empresa espacial con sede en Texas, Intuitive Machines, se convirtió en la primera empresa del sector privado en aterrizar con suavidad un vehículo en la Luna, pero, en términos generales, aproximadamente la mitad de todos los intentos de alunizaje han acabado en fracaso.
La misión Blue Ghost aterrizó cerca de un antiguo volcán llamado Mons Latreille, situado en el extremo oriental de la cara visible de la Luna, justo al norte del ecuador.
Mons Latreille se encuentra en el Mare Crisium, una extensa cuenca lunar de 550 kilómetros de ancho. Los científicos creen que Mare Crisium, o «Mar de las Crisis» en latín, se formó cuando la Luna fue golpeada por un asteroide. Con el tiempo, la cuenca se inundó de lava basáltica, una lava oscura común en la Tierra.
El equipo eligió este lugar porque “evita grandes anomalías magnéticas (o interrupciones) en la superficie lunar que podrían perturbar algunas de las mediciones de nuestra carga útil”, explicó Ryan Watkins, científico del programa de la Oficina de Estrategia e Integración Científica de Exploración de la NASA, durante una sesión informativa celebrada en diciembre.
La misión de Blue Ghost en la luna
El Blue Ghost viajó equipado con 10 instrumentos científicos y demostraciones tecnológicas de la NASA, algunos de los cuales ya empezaron a recoger datos, mientras el módulo de aterrizaje lunar atravesaba el vacío de aproximadamente 384.400 kilómetros que separa la Tierra de la Luna.
El equipo incluye un dispositivo que está probando cómo podrían utilizarse los servicios GPS en órbita y en la superficie lunar, un aspirador para el suelo y un telescopio que observará cómo responde el campo magnético protector de la Tierra, también conocido como magnetosfera, a la meteorología espacial.
(VIDEO) La nave espacial Blue Ghost captura espectaculares imágenes la Tierra y la superficie lunar
Firefly también espera que la nave proporcione imágenes asombrosas desde su lugar de aterrizaje.
Durante sus 14 días de operaciones en la Luna, el Blue Ghost fotografiará un eclipse, durante el cual la Tierra bloqueará los rayos solares a la superficie lunar durante unas cinco horas. También se espera que el vehículo tome imágenes de un fenómeno del que los astronautas fueron testigos por última vez hace más de 50 años.
“Hay un fenómeno llamado el resplandor del horizonte lunar (luz dispersa causada por partículas electrostáticas flotantes) que sólo los astronautas del Apolo 15 y 17 han visto con sus ojos”, dijo Jason Kim, CEO de Firefly, a CNN en una entrevista anterior. “Vamos a ser capaces de capturar eso en video de alta definición 4K por 4K y compartirlo con el resto del mundo”.
El Blue Ghost de Firefly también continuará recopilando datos durante varias horas en la noche lunar, cuando las condiciones brutalmente frías empujen la zona de aterrizaje cerca de Mons Latreille a la sombra y las temperaturas puedan descender hasta los 173 grados Celsius bajo cero.
La caída de la noche lunar suele suponer el fin de los módulos de alunizaje. Pero la NASA quiere que Blue Ghost lo intente. La agencia espacial incluso aumentó el valor del contrato que está pagando a Firefly – de US$ 93 millones a US$ 101 millones – en parte para que la empresa pudiera preparar el módulo de aterrizaje que sobreviviera a las temperaturas tan frías, dijo Kim.
El módulo de aterrizaje Blue Ghost forma parte de la iniciativa CLPS (Commercial Lunar Payload Services) de la NASA.
Actualmente hay 14 empresas que pueden optar a los contratos CLPS, que proporcionan dinero para realizar alunizajes. Hasta ahora, dos empresas – Astrobotic Technology e Intuitive Machines – han intentado misiones, pero sólo la última ha conseguido un aterrizaje suave.
La primera misión de Astrobotic, el año pasado, fracasó poco después de alcanzar la órbita por problemas de propulsión. Y aunque la misión de Intuitive Machines fue un éxito, su módulo de aterrizaje se volcó sobre un costado, lo que limitó el tiempo que pudo funcionar.
Otros dos vehículos del sector privado se encuentran en tránsito hacia la Luna preparándose para realizar sus propias aproximaciones. El segundo módulo de aterrizaje de Intuitive Machines despegó el miércoles y se dirige a la región del polo sur de la Luna. Y un módulo de aterrizaje construido por la empresa japonesa Ispace, que se lanzó junto con Blue Ghost en enero, intentará un alunizaje suave esta primavera, en un esfuerzo por redimir el primer intento fallido de la empresa en 2023.