Tim Stokes – BBC News
El artista británico George Underwood participa en una exposición benéfica inspirada en una letra de una canción escrita por su amigo de la escuela y colaborador creativo David Bowie.
Sin embargo, el pintor y otrora músico es famoso por un episodio particular en la vida de la leyenda del rock británico.
«Sé lo que vas a decir. Sé exactamente lo que vas a decir», se ríe Underwood por teléfono.
El artista, de 77 años, ha disfrutado de una carrera exitosa, creando imágenes que son reconocidas en todo el mundo, aunque es conocido principalmente como el hombre que «cambió el color» del ojo izquierdo de Bowie.
Underwood conoció a David Robert Jones, quien luego sería más conocido como David Bowie, poco después de que la futura estrella se mudara de Brixton, en el sur de Londres, al tranquilo suburbio de Bromley.
«Nos conocimos cuando nos estábamos inscribiendo en los scouts. Teníamos 9 años y comenzamos a hablar de música, cosas que estaban en la tele… todo lo que estaba de moda en ese momento», recordó.
La pareja se convirtió rápidamente en mejores amigos y «siempre estábamos haciendo tonterías y riéndonos mucho», apuntó Underwood.
«Siempre estábamos juntos, éramos muy buenos amigos y solíamos ir de arriba a abajo por la calle principal de Bromley vestidos de gala, pensando que éramos un regalo de Dios, tratando de conquistar a las chicas, caminando desde la hamburguesería Wimpy que está al norte hasta la que está en el sur», agregó.
Pelea por una chica
Ambos asistieron a Bromley Technical College, que era tan nuevo que «algunas de las cosas de los constructores todavía estaban tiradas en la entrada», donde recibieron clases de arte de Owen Frampton, el padre de la futura estrella del rock, Peter Frampton.
Fue en Bromley Technical -ahora llamada Ravens Wood School- donde Underwood cambió para siempre el aspecto de David Bowie, después de una pelea por una chica llamada Carol por la que ambos se habían encariñado.
Después de que los intentos de ambos por cortejarla fracasaran en una caótica fiesta de cumpleaños, donde «llegó un grupo de tipos con botellas de ginebra», Underwood aceptó encontrarse con Carol en un club juvenil la noche siguiente.
Pero Bowie le dijo que ella al final había decidido encontrarse con él en el club y no con Underwood.
«Igual decidí ir al lugar un poco más tarde, porque nunca había estado allí antes, y una amiga de ella salió gritando: ‘¿Dónde has estado? Carol te ha estado esperando durante más de una hora’”, narró.
«Pensé: ‘Oh. David me dijo una mentira‘», agregó Underwood.
Después de que otro amigo lo incitara a «darle una paliza» y de oír a Bowie alardear falsamente de que había salido con Carol, durante el recreo en la escuela «me acerqué a él y le di un puñetazo en el ojo», narró el artista.
Los amigos se reconciliaron poco después, aunque el puñetazo dañó permanentemente la pupila del ojo izquierdo de Bowie, lo que significaba que ya no se contraía ni siquiera con luces brillantes y daba la impresión de que ese ojo era de un color diferente al derecho.
«Fue horrible. No me gustó en ese momento. Pero, por supuesto, más tarde, él me dijo que le hice un favor porque le di ese aspecto enigmático y de otro mundo«, comentó
Los inicios en la música
Fue durante esta época cuando la música comenzó a apoderarse de las vidas de los adolescentes, con Underwood cantando en la banda “The Konrads”, a la que luego se unió Bowie, quien tocaba el saxofón.
Más tarde formaron “King Bees”, donde la futura estrella mostraría su sed de fama al escribirle en una nota al empresario John Bloom «que supongo que en ese momento era el equivalente a, digamos, Richard Branson».
«Creo que su padre lo ayudó con la carta, pero fue bastante atrevido, ya sabes: ‘Brian Epstein tiene a The Beatles. ‘Tú nos necesitas», o algo así‘», dijo Underwood que escribió su amigo.
La banda recibió un telegrama en respuesta con el número de teléfono de Leslie Conn, quien se convirtió en su manager.
«El trampolín que David creó, al escribir esa carta fue increíble», indicó.
Los “King Bees” pronto se separarían, pero bajo diversas apariencias Bowie comenzó a ganar seguidores. En pocos años se fue de gira por el mundo por su cuenta y estaba ansioso por que su amigo lo acompañara.
En primera fila
«A principios de 1972 me llamó y me dijo: ‘Oye, George, voy a hacer una gira por Estados Unidos durante unos tres meses. ¿Quieres venir conmigo?‘», rememoró.
«Yo solo llevaba casado un año, pero él dijo: ‘Oh, trae a tu esposa, ya sabes, nos lo pasaremos genial'», prosiguió.
«Bueno, no rechazas eso, ¿verdad? Especialmente cuando el boleto dice: ‘El QE2 (por el trasatlántico Queen Elizabeth II), primera clase, salida de Southampton el sábado'», agregó.
Fue en 1972 cuando Bowie adoptó por primera vez su alter ego más famoso, Ziggy Stardust, con trajes acampanados y mayas brillantes.
«Al ver al público mirando a esta criatura de otro planeta con la boca abierta, no podían creerlo«, dijo Underwood.
«Cuando piensas en lo valiente que fue al vestirse como lo hizo, yendo a algunos de estos lugares que eran bastante peligrosos. De hecho, cancelaron un lugar en Texas porque creo que había algunas amenazas», reveló.
Al final de la gira, Bowie le pidió a su amigo que lo acompañara en más shows en Japón, pero Underwood, con el corazón apesadumbrado, le dijo: «David, me acabo de casar, no es una buena base para un matrimonio irse de gira”.
«Me hubiera encantado ir a Japón, pero tenía una vida en casa», explicó.
De un estudio a otro
Las propias incursiones de Underwood en la música terminaron después de un álbum en solitario, cuando decidió que «el negocio de la música no era realmente para mí» y regresó a sus estudios de arte y se convirtió en pintor.
Pero no dejaría atrás la industria musical.
«David me llamó un día y me dijo: ‘George, un amigo mío, acaba de hacer un disco y está buscando a alguien que haga la portada y pensé que tú serías bueno para eso'», recordó.
Ese amigo era Marc Bolan y Underwood pronto se encontró sentado en un apartamento de South Kensington con el productor Tony Visconti, mientras la estrella de la banda Tyrannosaurus Rex «estaba sentado con las piernas cruzadas en el suelo mirando a su novia durante unos 10 minutos».
Con una idea en la cabeza, Underwood regresó a la casa de sus padres, donde vivía en ese momento, y creó lo que se convirtió en la portada del álbum debut bastante prolijo de Bolan: My People Were Fair and Had Sky in Their Hair… But Now They’re Content to Wear Stars on Their Brows.
Bowie luego le pidió a su amigo que creara algunas de las ilustraciones para sus propios álbumes, comenzando con la parte posterior del disco homónimo de la estrella.
A continuación vinieron las portadas de “Hunky Dory”, “The Rise and Fall of Ziggy Stardust” y “The Spiders from Mars”, esta última representando al alter ego alienígena de Bowie en una calle lluviosa de Londres, con una pierna apoyada y una guitarra en la mano.
«¿Quién iba a saber que este álbum iba a ser tan icónico? Quiero decir, en esa época, David no era muy conocido», comentó Underwood.
Más tarde trabajaría con grupos como Procol Harum y Mott the Hoople y también forjó una carrera como pintor al margen de la música, pero es el arte vinculado a Bowie el que aparece en una de las últimas obras de Underwood.
Coincidiendo con el 50 aniversario del lanzamiento del álbum de Bowie “Diamond Dogs”, la organización benéfica War Child ha lanzado «Sound & Vision«, una exposición y subasta.
Este año, Underwood se encuentra entre los 33 artistas que han creado piezas inspiradas en la letra de la canción «Rebel Rebel«, que apareció en el álbum “Diamond Dogs”.
Underwood ha creado una nueva versión de una pintura llamada “Dancing with Giants”, en la que aparecen dos bailarines vestidos con ropa muy específica.
«Les puse los trajes que llevaban los bailarines cuando Ziggy llegó en 1972 al (teatro) Rainbow», explicó Underwood.
Preocupado por la historia
El espectáculo de Bowie en agosto de ese año, como Ziggy Stardust, contó con un grupo de baile llamado “The Astronettes”, liderado por una de las principales influencias de Bowie, Lindsay Kemp.
«Tenían unos trajes preciosos que cubrían todo el cuerpo, que eran como telarañas. La gente que conoce sabrá de esa conexión con Bowie», comentó.
Underwood y Bowie siguieron siendo amigos a lo largo de las décadas, pasando las vacaciones juntos e intercambiando regularmente «correos electrónicos tontos», hasta la muerte de la estrella en Nueva York, en enero de 2016.
«Solía llamarme Michael y yo lo llamaba Robert», confesó Underwood.
«Lo extraño mucho porque se fue demasiado pronto, como sabemos, y era genial estar con él, siempre era divertido. Nos reíamos mucho”, dijo.
«A menudo me preguntaba si cada vez que se miraba al espejo pensaba en mí», añadió Underwood.
«Me preocupa un poco lo que pueda terminar grabado en mi lápida», remató.
“Sound & Vision” se expondrá en el centro de Londres el 26 y 27 de septiembre, y la subasta tendrá lugar del 17 de septiembre al 1 de octubre.