Ana Merodio
El ciclista olímpico Chris Hoy ha revelado que le quedan «de dos a cuatro años» de vida después de descubrir que el cáncer que padece se ha extendido por todo su cuerpo. El ganador de seis medallas de oro en los Juegos de 2004, 2008 y 2012 ha revelado al diario británico The Sunday Times que descubrió que padecía metástasis el pasado mes de septiembre cuando acudió al médico con una molestia en el hombro, momento en el que descubrió que el dolor se debía a un tumor provocado por el cáncer de próstataque le fue diagnosticado el pasado mes de febrero y que además de haberse extendido a sus extremidades superiores también se había diseminado por su pelvis, cadera costillas y columna vertebral.
«Y así fue como me enteré de cómo iba a morirme «, confesaba el deportista en su libro All That Matters (Todo lo que importa) en el que ha dejado plasmado su testimonio tras pensar en un primer momento pensó que su dolor se debía a una lesión provocada por sus ejercicios en el gimnasio.
A pesar de este duro diagnóstico el exciclista británico se siente una persona «afortunada»: «Ya sabes, todos nacemos y morimos, y esto es solo parte del proceso. Me recuerdo a mí mismo que tengo suerte de que haya medicamentos que pueda tomar para evitar esto durante el mayor tiempo posible. Pero la mayor parte de mi batalla contra el cáncer no ha sido física. En mi caso, ha sido mental”.
Padre de dos hijos, el deportista continúa recibiendo quimioterapia para tratar de vencer este cáncer tan agresivo, pues cree que hoy en día es el tratamiento más prometedor. Además participó en un ensayo médico de un fármaco contra el cáncer en 2011, y uno de cada cuatro hombres que participaron en el ensayo sigue con vida. «Uno de cada cuatro puede parecer una estadística terrible, pero para mí es como uno de cada cuatro», afirmó el exciclista. «Tengo fe en que suceden cosas asombrosas todo el tiempo.”
Pero si algo llama la atención del que un día fue uno de los mejores ciclista del Reino Unido es su gran fortaleza y determinación para hacer frente a esta difícil etapa de su vida tras conocer que no solo su padre y su abuelo sufrieron cáncer de próstata, sino que a su mujer Sarra, la diagnosticaron recientemente una forma agresiva de esclerosis múltiple.
Apenas unos meses antes de que Chris conociera su destino, el médico de cabecera de Sarra solicitó una tomografía para investigar una sensación de hormigueo en la cara y la lengua. Sarra recibió los resultados en noviembre, pero no fue hasta el mes de diciembre cuando le dijo a su marido que podría tratarse de esclerosis múltiple.
«Es lo más cerca que he estado de decir, ¿por qué? ¿Qué? ¿Qué está pasando aquí? No parecía real» , confesaba Chris al diario británico. «Fue un golpe muy duro cuando ya estas tambaleándote. Pensabas que nada podía empeorar. Literalmente sentías que habías tocado fondo y te dabas cuenta de que todavía quedaba mucho por caer. Fue brutal».
Chris dijo que, en sus peores días, Sarra tiene dificultades hasta para abrir la puerta de casa, pero se niega a desanimarse por el diagnóstico. «Ella dice todo el tiempo: ‘¿Qué suerte tenemos? Las dos tenemos enfermedades incurables para las que existe algún tratamiento. No todas las enfermedades tienen ese tratamiento. Podría ser mucho peor'».
A diferencia de la enfermedad de Chris, donde la pareja tomó la decisión de contárselo directamente a sus hijos, con la enfermedad de Sarra han sido más precavidos. «Nunca quiero mentirles, pero hay ciertas cosas que no es necesario decirles directamente», admite Chris.
Chris y Sarra, quien era abogada antes de casarse con el ciclista, se dieron el ‘sí, quiero’ en Edimburgo en 2010 y son padres de un niño, Callum, de nueve años, y de una niña, Chloe, de seis.
El exciclista también admitió que muchos de sus amigos y los de Sarra aún no habían sido informados sobre sus respectivas enfermedades, pero que estaba preparado para hablar con ellos ahora que su libro ha visto la luz este fin de semana.
«Muchas muertes son repentinas y no dejan lugar a la despedida ni a la paz», afirmó el deportista. «Pero a mí me han dado tiempo suficiente».