En este último tiempo hemos pasado por dejar de lado nuestra rutina y donde el exceso a la información y las noticias ha causado estrés, ansiedad y depresión. Esto no es lo único que parece haber afectado la pandemia, ya que personas de todo el mundo han informado que sufren de falta de apetito y dificultad para dormir.
Otro daño por coronavirus en el mundo: dormir
Hay razones por las que no podemos dormir, que, aunque están asociadas con el desapego social, también están causando cambios. Afirma el Dr. Alejandro Jiménez Genchi.
El experto comentó esto porque nuestra rutina ha cambiado y nuestra actividad es menor. “No salimos, no hacemos ejercicio, no nos movemos y caminamos un poco, lo que produce menos impulso de cansancio a la hora de dormir”, asegura.
Además, la dificultad se genera según la teoría de la hiper relajación. “La amenaza que representa el virus nos hace estar más alertas y despiertos, esto produce una activación cognitiva desarrollada en el pensamiento y las emociones, generando ansiedad y miedo”, sigue.
El médico explica que cuando no nos vemos obligados a levantarnos temprano para ir a trabajar o estudiar, pasamos por el período de sueño. Los adolescentes y los adultos jóvenes son el sector que sufre esta variante conocida como “síndrome de fase tardía”.
“Sabemos que 1 de cada 4 personas con insomnio agudo se convertirá en una condición crónica. Evite sumergirse en el estilo de vida sedentario para promover un buen estado de ánimo y facilitar el sueño”.
DR. ALEJANDRO JIMÉNEZ GENCHI
Si estas molestias duran más de tres meses, ya puede considerarse un problema de insomnio crónico. En menor medida, está presente en la población general como un trastorno transitorio o agudo.
Para recuperar el sueño, el médico recomienda horarios específicos, que sean parecidos a los que teníamos antes de la cuarentena. Siempre intentando dormir las recomendadas 7 a 8 horas de descanso, evitar las siestas, si es necesario tomar una siesta de menos de 20 minutos.