El drama tras las cámaras de la película de Dakota Johnson y Jamie Dornan fue más allá de lo que imaginamos.
Como ya señaló Dakota Johnson a Vanity Fair en 2021, y como se vino rumoreando durante años, la puesta en marcha del proyecto no fue un camino de rosas. El control creativo de la autora de los libros, que también ejerció de productora, chocó con las decisiones que el equipo del film, a cargo de la directora Sam Taylor-Johnson. Esto desató un ambiente tenso en el rodaje, cambios continuos en el guion, idas y venidas en la planificación de las escenas y, en última instancia, al abandono de la cineasta de la franquicia y a su sustitución por el director James Foley.
“Tenía mucho control creativo, todo el día, todos los días, y exigía que sucedieran ciertas cosas. Había partes de los libros que simplemente no funcionaban en una película, como el monólogo interior, que a veces era increíblemente cursi. No funcionaba decirlo en voz alta. Siempre fue una batalla. Siempre”, destacaba Johnson sobre la escritora E.L. James calificando la experiencia de “aterradora”. «Hacíamos las tomas de la película que Erika quería hacer y luego hacíamos las tomas de la película que queríamos hacer. La noche anterior, reescribía escenas con el diálogo antiguo para poder agregar una línea aquí y allá. Fue como un caos todo el tiempo”.
Ahora, ha sido la directora Sam Taylor-Johnson quien ha hablado de su experiencia en Cincuenta sombras de Grey y sobre sus fricciones con E.L. James. Durante la promoción de Back to Black, el biopic de Amy Winehouse en el que ha vuelto a ponerse tras las cámaras para una gran producción cinematográfica, ha destacado cómo las batallas en el set le generaron unas inseguridades por las que sintió la necesidad de huir del cine, que, a pesar de vivir con emoción el éxito de la película, necesitó cuatro años para recuperar la compostura y volver a desarrollar un proyecto.
El dolor que Cincuenta sombras de Grey dejó en su directora
«Este era su libro y tenía una visión muy particular de cómo quería ver esta película, pero yo tenía una visión diametralmente opuesta. A donde llegamos es a donde llegamos. El éxito fue grandioso, pero la experiencia fue dura”, dijo Taylor-Johnson a The Hollywood Reporter sobre la escritora. “Me llevó unos cuatro años recuperar la confianza y la compostura. Voy a volver a ser una artista donde puedo tomar todas mis propias decisiones, responderme a mí misma y presentarle al mundo algo que he creado”.
Tras finalizar el rodaje de Cincuenta sombras de Grey en 2014, no regresó hasta 2018, cuando adaptó las memorias de James Frey en el drama social A Million Little Pieces junto a su esposo Aaron Taylor-Johnson. Sin embargo, esta experiencia tampoco fue fácil, puesto que, como contó en otra entrevista con IndieWire, nadie en la industria le dio su confianza y se vio abocada a un proyecto menor que resultó un fracaso.
La directora recalcaba que, pese a salvar Cincuenta sombras de Grey del desastre al que se abocaba por el capricho de la escritora y lograr un éxito de taquilla, se vio en una situación de desventaja y sintió que no se valoraban sus logros. “Literalmente, todavía estaba luchando desde exactamente la misma posición que estaba antes de Cincuenta sombras”, afirmaba. “Hice un cortometraje. He hecho una película independiente. He hecho un éxito de taquilla. He hecho una serie de televisión. Acabo de hacer una producción presupuesto extremadamente pequeño. Tengo experiencia en todos los ámbitos. He demostrado que soy capaz, pero todavía estoy muy abajo en la lista”.
Desde luego, a la directora no le falta razón, sobre todo valorando cómo se resolvió la crisis de la trilogía erótica. Por las fricciones, fue ella la que tuvo que abandonar el proyecto mientras Hollywood seguía lucrándose con la saga junto a la escritora y un nuevo director. Obviamente, era inviable echar a la autora de Cincuenta sombras valorando que los derechos dependían de ella y podrían entrar en un incumplimiento de contrato, sin embargo, la salida de Sam Taylor-Johnson pudo haberse gestionado mucho mejor.
Después de lograr este éxito, se le podría haber recompensado con otra película de un gran estudio o poniendo recursos a su alcance para que desarrollara algún proyecto propio, no simplemente dejándola de lado, haciendo oídos sordos a sus propuestas y despertando estas inseguridades que arrastró durante tantos años. Básicamente, fue una cuestión mal resuelta de la que la industria, únicamente con el dinero que les seguiría otorgando Cincuenta sombras de Grey en mente, se desentendió.
Afortunadamente, con su reciente biopic de Amy Winehouse, parece que la cineasta vuelve a despegar hacia proyectos jugosos, pero esto no quita que a Hollywood se le fue de las manos la gestión de los problemas que rodearon a esta exitosa franquicia erótica.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine 54.