Hay ciertos personajes que llegan a pasar desapercibidos por la historia, a pesar de su participación en hechos trascendentes. Tal es el caso del coronel Jesús Zambrano (1821-1875), oaxaqueño de origen, pero chihuahuense por adopción, quien llegó al estado de Chihuahua en el siglo XIX, y en 1865 participó junto con el gobernador Luis Terrazas en la protección y resguardo personal del presidente Benito Juárez, durante la estadía del mandatario nacional en El Carrizal (Villa Ahumada), mientras huía de la persecución realizada en su contra por el emperador Maximiliano de Habsburgo y el ejército invasor francés. Del 7 al 11 de agosto de 1865, y mientras se dirigía a Paso del Norte (Ciudad Juárez) para llegar a Estados Unidos, el Benemérito de las Américas residió en El Carrizal, y habitó ahí una vivienda que hoy tiene una placa conmemorativa de ese hecho, y con su nombre. El encargado de la salvaguarda y seguridad personal del presidente Juárez, durante su estancia en El Carrizal, fue el coronel Jesús Zambrano. Dicha placa alusiva a la estancia del presidente Benito Juárez en El Carrizal, fue develada en el año 2006, por el entonces gobernador, José Reyes Baeza Terrazas.
Antes de ser anfitrión de Don Benito Juárez, el coronel Jesús Zambrano también participó en el combate contra los apaches, en el estado de Chihuahua, contienda en la cual uno de los militares chihuahuenses que más se distinguió fue el coronel Joaquín Terrazas, quien derrotó al temible líder apache Victorio, en la célebre Batalla de “Tres Castillos”. Asimismo, el coronel Zambrano ocupó puestos públicos, ya que fue Juez de Paz en Vado de Vigas (1853), Intendente de El Carrizal (1855), Juez de Paz de El Carrizal (1858), Presidente Municipal de El Carrizal (1864 y 1869) y Juez Rural de Vado de Vigas (1866 y 1872). En recompensa por sus servicios en la guerra contra los apaches, al coronel Zambrano le fue entregada una hacienda asentada sobre una vasta extensión de tierras rústicas. Hoy, un siglo y medio después de las andanzas y hechos históricos protagonizados en Chihuahua por el coronel Zambrano, los únicos testimonios visibles de su existencia son una tumba abandonada en El Carrizal, y el epitafio de una deteriorada placa de cantera que ahí yace, con su nombre.
En su loable empeño por conseguir que la historia de Chihuahua reconozca y otorgue al coronel Jesús Zambrano el sitio que éste merece, muchos han sido los esfuerzos realizados por Elco Martínez Corella, tataranieto del militar y político referido. Oriundo de Ciudad Juárez, Chihuahua, y actualmente radicado en la ciudad de Monterrey, Nuevo León. El descendiente del coronel Zambrano no ceja en su noble afán encaminado a lograr que se autorice la remoción de la placa de cantera de la tumba de su tatarabuelo, para ser colocada junto a la placa alusiva a Don Benito Juárez, que se halla instalada en la casa de El Carrizal, habitada por el presidente mientras el coronel lo resguardaba de los invasores enemigos. Durante los últimos quince años, Elco Martínez ha establecido comunicación con los
gobernadores José Reyes Baeza Terrazas, César Horacio Duarte Jáquez, Javier Corral Jurado y María Eugenia Campos Galván, así como con varios funcionarios del ámbito cultural e histórico (Jorge Carrera Robles y Concepción Landa, entre otros). Sin embargo, aún no han concluido las investigaciones oficiales iniciadas para certificar la autenticidad histórica y biográfica del coronel Zambrano, y por ello, Elco Martínez Corella y su tatarabuelo, aún continúan esperando que la historia y Chihuahua hagan justicia, y rescaten del ingrato olvido al coronel Jesús Zambrano.