Historia de Jorge Garay •
Cada 71 años, el cometa 12P/Pons-Brooks o el «Cometa Diablo» se acerca a la Tierra y se convierte en uno de los bólidos más brillantes en el cielo. En 2024, el cuerpo de 30 kilómetros de diámetro volverá de su viaje y podría ser la última vez que la población contemporánea lo vea, pues su siguiente visita está programada para 2095.
El monte Everest tiene una altura cercana a los 9 kilómetros. El cometa 12P/Pons-Brooks mide tres veces más. Su núcleo está compuesto por una mezcla de hielo, polvo y gas, por lo que los astrónomos lo categorizan como un criovolcán. Una que otra vez, cuando 12P/Pons-Brooks supera el límite de absorción de radiación, se fractura y emite gas congelado en forma de nubes.
En los últimos cuatro meses, el cometa ha experimentado dos fracturas internas. Los astrónomos estiman que ha perdido alrededor de 10 mil millones de kilogramos de polvo y hielo. Las columnas de escombros que han surgido le han dado una forma caprichosa de una cabeza de 30 km con dos cuernos gigantescos, de ahí su sobrenombre de «el cometa diablo».
12P/Pons-Brooks alcanzará su punto más cercano a la Tierra el 21 de abril de 2024. Aunque su nombre pueda parecer intimidante, su presencia no representa una amenaza para la integridad del planeta. La distancia mínima calculada es de 232 millones de kilómetros. Al igual que el cometa Halley, pertenece a la categoría de cuerpos atrapados en una órbita elíptica que alcanza hasta Neptuno y toma décadas completar.
El cuerpo fue descrito por primera vez en 1812 por el astrónomo Jean-Louis Pons, a través de una investigación en el Observatorio de Marsella. En 1883, fue observado nuevamente por William Robert Brooks, y en honor a ellos lleva su nombre. Con la visita del 2024, habrá pasado cuatro veces cerca de la Tierra desde su descubrimiento.
Los astrónomos creen que 12P/Pons-Brooks es responsable de la lluvia de meteoros K-Dracónidas que se percibe cada diciembre y provoca hasta 2 meteoros por hora. También se le ha asociado con la lluvia de meteoros de junio.
Los cometas se diferencian de los asteroides principalmente por su composición y comportamiento. Los primeros están formados de hielo y dejan una cola alargada a su paso, mientras que los segundos son objetos de roca y metal con movimientos más erráticos. La visualización de cometas desde la Tierra es común y los astrónomos los tienen bien identificados. En septiembre de 2023, por ejemplo, los entusiastas de estos objetos pudieron avistar a C/2023 P1 Nishimura, un cometa de color verde.
Los asteroides también son de interés para los científicos de la Tierra. La NASA acaba de enviar una misión a Psyche, un aparente asteroide pacífico que se encuentra en el cinturón de asteroides entre Júpiter y Marte. Los análisis indican que está compuesto de metales valiosos y podría ser el núcleo de un planeta que nunca se formó.