EL CINE, EL CINE MEXICANO Y LOS FIDEICOMISOS, ¿QUÉ HAY CON ELLO?
Por: Alejandro Salazar
Considerada como la séptima bella arte a partir del Siglo XX, el cine desde sus inicios ha revolucionado la tradicional manera de narrar historias de todas las índoles. El arte cinematográfico ha cultivado y contado un sinfín de historias. Desde el tradicional genero dramático, el romántico, las tragedias e incluso, cuando ésta adquirió identidad propia; del manto suyo se popularizaron géneros mixtos de la tradición narrativa como; thrillers, la ciencia ficción, los musicales, los temas bélicos, policiacos y, un largo etcétera.
Haciendo este pequeño y modesto esfuerzo de recapitulación en cuanto a clasificación inmediata, podremos darnos cuenta -de manera unánime quizá- que el cine no cuenta prácticamente con límite alguno…al menos en el aspecto narrativo. No obstante, hay que hacer un análisis más profundo acerca de los elementos que constituyen esta bella arte.
Existen las llamadas siete bellas artes; la danza, la literatura, la escultura, la arquitectura, la pintura -estas cinco primeras son conocidas como; bellas artes clásicas-, la música y el cine. Asimismo, hay una subdivisión entre ellas; las artes plásticas y las del oído. En este sentido, se puede apreciar que, en mayor o menor medida, -dependiendo del género- en un filme pueden apreciarse elementos directos e indirectos de otras disciplinas en su constitución. Ejemplificando; hay en una cinta, influencia directa de la literatura, en el aspecto narrativo, de la danza; en el aspecto coreográfico y cobra mayor notoriedad si se trata de un apreciable musical, de la escultura y la pintura; en el aspecto estético, ya ni hablar de la música, que cobra especial relevancia, ya que influye directamente a la hora de armonizar una escena, mediante una banda sonora propia, una canción popular o bien, como escribí renglones arriba; puede tratarse de un musical mismo.
Este extrañísimo conglomerado de disciplinas artísticas difícilmente es incapaz de no conmover al ser humano. Es pues, un espectáculo maravilloso y único. Y pensar que alguna vez Louis Lumière dijese: “El cine era un invento sin ningún futuro”. Ahora bien, es válido hacernos la siguiente pregunta: ¿Y quién, o quiénes hacen el cine? Leonardo García Tsao, en su notorio y reconocido libro titulado: “Cómo acercarse al cine” puntualiza la interrogativa y clasifica la respuesta de la siguiente manera, y cito: El director, el y/o productor (es), el guionista, director (es) de fotografía, actores, editor (es), la música, el diseño de producción, la utilería, etc. Si bien Leonardo G. T. hace un espléndido análisis de cada uno de los elementos y artistas ya mencionados, a su servidor le concierne detallar y enfocar esta breve reflexión escrita hacia la producción.
Es bien sabido por la mayoría, conocedores o no, que el cine además de ser un excelente medio de proyección artística, es también muy provechoso en el ámbito económico, industrial, cultural, y hasta ideológico. Vea usted. La famosísima película de ciencia ficción/aventura/drama “Avengers: Endgame” (2019), proyectada en las salas de todo el mundo, contó con un presupuesto neto de 365,000,000 USD. Finalmente, la cifra recaudada a partir de las ventas en taquilla, en cifras redondas fue de 2, 800,000,000 USD. La cinta fue producida por Marvel Estudios, perteneciente al gigante de la industria de entretenimiento Walt Disney Company. Estas cifras llegaron a ser relevantes en el medio informativo, debido a que superó el récord de ventas en taquillas que ostentaba la cinta “Avatar” (2019) con 2,700,000,000 de USD, le sucede actualmente; “Titanic” (1997) 2,100,000,000 USD; “Star Wars: Episodio Vll – El despertar de la fuerza” (2015) 2,000,000,000 USD, la lista sigue.
El cine vive y sufre al mismo tiempo una enorme contradicción. Por un lado, es un increíble medio de expresión artística, que logra cautivar, culturizar, conmover y sensibilizar al individuo y, por otro lado, conviene a los intereses estrictamente ligados al ideario de quienes dispongan de los recursos económicos para realizar una cinta. Es, por lo tanto, un arte muy caro. Vaya calamidad, ¿no lo cree usted?
El cine mexicano, ¿qué pasa con el cine nacional? Muy probablemente, hay opiniones encontradas en nuestra mente cuando se hace mención del cine mexicano; “nombre, son puros churros”, “siempre son los mismos actores”, “todas las películas tienen la misma trama” o bien: “Pedro infante, Jorge Negrete, Cantinflas”, “Época de Oro”, “Charro, valiente y arriesgado en el amor”, etcétera, etcétera.
Simbólicamente, se le atribuye el inicio de la Época de Oro del cine mexicano a la cinta “Allá en el rancho grande” (1936) que, por su calidad notoria le fue válido el reconocimiento internacional y fue al mismo tiempo el eslabón para que nuestro cine se le concibiera con potencial productivo de cintas. Pero, ¿Qué factores fueron determinantes para la proliferación de la Época de Oro? En el ámbito político, nuestro país se encontraba en un periodo de relativa estabilidad. El gobierno del ex presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940) había consolidado con éxito la nacionalización del petróleo, sin embargo, no fue la única aportación que brindó al progreso del país. Para el gobierno del ya mencionado “Tata” Lázaro, el cine representaba una potencial industria e importante medio de culturización. Para su crecimiento, fueron impulsadas reformas sistemáticas que garantizaran su desarrollo en cuanto a su producción, distribución y exhibición. Para 1938, la industria cinematográfica era la segunda más importante, después de la petrolera. Dichas políticas reformistas fueron consecuentes al gobierno de Manuel Ávila Camacho (1940-1946). Aunado a ello, Hollywood se encontraba desestimulada debido a la reorientación de la economía estadounidense a raíz de su participación -indirecta, por cierto- en la Segunda Guerra Mundial.
Mas pronto que tarde, la cinematografía nacional se consolidó entre nuestro público y el de la región. Y, aunque la comedia ranchera fue el género más producido durante este periodo, sería muy ocioso y poco objetivo señalar que fue el único que se trabajó, e incluso, decir que era malo propiamente; también sería poco provechoso. No obstante, discurrir acerca del tema nos conviene hacerlo en otra ocasión.
Posteriormente, el cine mexicano obtuvo grandes condecoraciones, reconocimientos, premios y aceptación popular, pero, de manera gradual, la industria fílmica de nuestro país sufrió su respectiva decadencia, tanto creativa y productiva. Sin detenernos a analizar las causas de esta gradual decadencia a lo largo de los años, es preciso realizarnos la siguiente pregunta: ¿En qué condiciones se encuentra nuestro cine actualmente? Es importante recalcar estos conceptos: creatividad y productividad. En términos sencillos, podemos decir que a la hora de trabajar en el desarrollo de una cinta es necesario contar inicialmente con una idea original, provechosa y atractiva. No obstante, por más brillantes que sean, estas no pueden prescindir del factor económico, que a final de cuentas es el determinante de la producción. Sin lugar a duda, se critica negativamente al cine actual de nuestro país por su aparente estancamiento creativo. Sin embargo, trabajos independientes de muchos directores, animadores, guionistas y fotógrafos, tanto profesionales como amateurs, nos muestran que hay mucha creatividad, talento, profesionalismo y propuestas muy interesantes. Me atrevo a citar algunos cortometrajes, documentales y películas que se me vienen a la mente de manera inmediata; “Disparos” (2018), “Calaverita” (2019), “Inverso” (2017), “Pangrama” (2018), “Todas las pecas del mundo” (2019), “La dictadura perfecta” (2014). Son ejemplos, querido lector, que nos obligar a cuestionar si verdaderamente nuestro cine carece de creatividad o de estímulos.
El pasado 29 de septiembre fue aprobada la eliminación de 109 fideicomisos, por parte de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados. Pero ¿Qué es un fideicomiso? Los fideicomisos son -en términos simples- fondos que pueden provenir del erario público o del sector privado, posteriormente, estos estímulos económicos pueden ser aplicados y/o entregados a determinados beneficiados; ya sean instituciones, programas, o determinadas actividades. La vigencia de estos fondos aplica normalmente un año, que corresponde igualmente al periodo anual del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF). Entre tantas instituciones, programas y actividades que se vieron perjudicadas directamente por la falta de recursos económicos, se encuentra nuestro cine. El cine, al igual que la investigación científica, deportistas de alto rendimiento, estudiantes de nivel superior y programas especializados a la atención ciudadana ocasionada por desastres naturales son -por mencionar solo cinco de ciento nueve- los afectados directamente por la eliminación de estos recursos. Imagine usted las consecuencias que esto desembocará. Sin duda, es un retraso enorme. Concluyamos. Lastimosamente, esta “reorientación” de recursos hacia el sector salud no es producto de un gobierno en busca de soluciones alternas ante la emergencia sanitaria, sino por el contrario, y ante mi modesto punto de vista, querido lector; es consecuencia de un Estado falto de claridad política, falto de un proyecto de nación sustentable, falto de verdadera responsabilidad y compromiso hacia los intereses populares.
Si los mexicanos aprendemos de esta lección y corregimos todos juntos la dirección de nuestro país y la guiamos hacia la prosperidad, la justicia social y económica, muy probablemente, querido lector, veremos el día de mañana una gran película que retrate todo aquello que nos aquejó el día de hoy. Por mi parte es todo.