Nuevamente el tema de este críptido, al menos en Colombia, ha tomado fuerza. Y es que en los últimos meses nuevos ataques de este supuesto animal han puesto en alerta a los campesinos de varias localidades y a las autoridades que no han podido dar respuesta a los dueños de los animales asesinados sobre quién o qué perpetró los ataques.
Al mejor estilo de los samuráis antiguos, el ejecutor de las letales embestidas al ganado (especialmente ovino, caprino y bovino) y aves de corral, utiliza la oscuridad de la noche para deslizarse sutilmente por entre arbustos, alambre de púas, cercas y otros obstáculos hasta llegar a sus víctimas. Al parecer de alguna manera la entidad ataca silenciosamente, sin causar alboroto entre sus presas, y una vez consumada la agresión, que en la mayoría de las veces está dirigida al cuello, el animal se desangra hasta morir. Por algún motivo casi siempre los cadáveres no son devorados. En algunos casos se encuentras eviscerados y con poco o nulo consumo.
BOYACÁ / COLOMBIA
En años anteriores se presentaron varios casos muy sobresalientes en 3 municipios del departamento de Boyacá, Colombia, que no solo llamaron la atención de las autoridades locales sino también de la prensa nacional.Decenas de animales fueron muertos en extrañas circunstancias y los ataques fueron atribuidos a perros y/o pumas, pero en ningún caso se pudo corroborar tal hipótesis.Se pueden resumir dichos ataques de la siguiente manera:
Año 2009 / Soracá / 4 Caprinos
4 Ovinos
Año 2009 / Aquitánia / 98 Ovinos
2 Bovinos
4 Cerdos
Año 2010 / Tunja / 20 Bovinos
NUEVOS CASOS
Durante este año se han presentado múltiples casos en varios departamentos de Colombia. En el municipio de Loríca, Córdoba, varias reces fueron encontradas muertas y evisceradas. En Caldas, Boyacá, 20 ovejas y en los municipios de Tausa, Sutatausa, Cucunubá, Ubaté, Suesca, Guatavita y Simijaca, del departamento de Cundinamarca, se registraron ataques que cobraron la vida de decenas de ovejas, reces y otros animales de granja. Nuevamente las autoridades regionales, sugirieron que manadas de perros eran los causantes de las masacres. Otros dijeron que algún felino, pumas e incluso osos pudieron ser los victimarios Como siempre sucede una noticia cubre otra y los campesinos se quedaron sin sus animales y con la incertidumbre de quién seria el responsable de las matanzas.
HIPÓTESIS
Desde manadas de perros que se han visto deambulando por varios municipios, pasando por tigrillos, hasta llegar al oso de anteojos o frontino (único oso en Suramérica), se han considerado como posibles causantes de estos ataques. No existen otros depredadores salvajes en los departamentos de Cundinamarca y Boyacá que pudieran tener la fuerza y la destreza para asesinar a dentelladas una oveja y mucho menos una vaca. El otro inconveniente es que los cadáveres no presentan marcas de garras o grandes lesiones que pudieran atribuirse a cierta especie animal en particular. De ahí que los ataques sigan cubiertos por un velo de misterio y misticismo.
También hay que tener en cuenta que debido al tráfico de especies algún depredador de otra región de Colombia o incluso, de un país vecino pudo ser trasladado a estas zonas a una corta edad y al comenzar a crecer dejado en libertad. Este es el caso de las ratas gigantes que invaden los cayos de la Florida (Estados Unidos) luego que un criador de animales exóticos dejara escapar entre 1999 y 2001 a 8 ejemplares de Rata Gigante de Gambia, que había importado desde África.
Otra posibilidad es el desplazamiento por sí mismo de un depredador de su zona habitual a otras áreas presionado por la caza, la tala, la contaminación, etc. Lo anterior sin descontar como agente etiológico de la carnicería al vecino envidioso que salta la cerca de noche para dar rienda suelta a su resentimiento.
Finalmente llegamos a ciertas hipótesis paranormales que implican experimentos del gobierno o de particulares, ovnis y extraterrestres, mutaciones de la fauna local por contaminación o radiación, etc.