Solo hemos erradicado una enfermedad en la historia
Han pasado más de 40 años desde que la viruela dejó de existir y lo cierto es que, en la actualidad, contamos con herramientas médicas que podrían combatir un amplio abanico de candidatas para repetir aquel éxito mundial. La difteria, la tosferina, la poliomielitis, la varicela e incluso el temible sarampión son algunas de las enfermedades que podríamos erradicar en los próximos años si se pusiera un empeño conjunto a nivel mundial.
Pero además, en este hipotético y optimista listado de posibles enfermedades que podríamos eliminar se encuentra un caso muy interesante… el primer cáncer que podríamos evitar en solo unas décadas, si nos pusiéramos en serio a ello.
El cáncer de cuello uterino es un caso especial de cáncer: se puede prevenir mediante la vacunación e, incluso si eso falla, también podemos curarlo si se diagnostica a tiempo. Sin embargo, a pesar de que contamos con una vacuna eficaz y segura que podría evitarlo, este cáncer sigue siendo la causa de muerte de más de 300.000 personas en todo el mundo cada año.
La razón de esta contradicción es clara y directa: A nivel mundial tan solo un 20% de las mujeres han recibido la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) que causa la enfermedad.
Hace tan solo unos días la prestigiosa revista Nature ha publicado dos artículos en los que analizan la atípica situación actual del cáncer de cuello uterino y se hace eco de la petición de la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) que llama a todos los países para que se unan con el objetivo de eliminar esta enfermedad en este siglo.
Contamos con las herramientas para lograrlo pero partimos de un pobre porcentaje de mujeres vacunadas. La estrategia de la OMS para eliminar este cáncer despliega un ambicioso plan que han denominado 90-70-90 y que deberá comenzar alcanzar sus primeras metas para el año 2030.
- El 90% de las niñas deberán están completamente vacunadas a los 15 años.
- El 70% de las mujeres deberán pasar una prueba a los 35 años y otra a los 45 años.
- El 90% de las mujeres identificadas con enfermedad cervical deben recibir tratamiento
Los modelos matemáticos que se han utilizado para desarrollar este plan 90-70-90 predice que, de ponerse en práctica, la tasa media de incidencia del cáncer de cuello uterino disminuiría un 42% para 2045 y un 97% para 2120, evitando de esta manera más de 74 millones de nuevos casos de cáncer de cuello uterino. Las muertes que se evitarían también deberían resultar un acicate para ponerse en marcha: “El número medio acumulado de muertes por cáncer de cuello uterino evitadas superarían los 14 millones para 2070 y más de 62 millones en 2120”.
Por supuesto, estamos muy lejos de alcanzar ninguno de esos objetivos y por eso necesitamos, con urgencia, un cambio radical. Las herramientas para vacunar, hacer análisis y realizar tratamientos están disponibles y son efectivas… tan solo falta la voluntad global de poner los recursos, la infraestructura, el personal y también la educación y colaboración ciudadana para que esto sea posible.