LA NACION
Christina Ricci, conocida por sus papeles en clásicos como Los Locos Addams y Casper, ha sido una figura pública desde temprana edad. Sin embargo, detrás de su exitosa carrera en Hollywood, la actriz enfrentó de chica una realidad desgarradora en su entorno familiar.
En el documental Child Star, dirigido por Demi Lovato, Ricci compartió detalles sobre su infancia y contó cómo la fama se convirtió en su principal vía de escape.
El estrellato infantil, que en muchos casos puede resultar abrumador, fue para ella una salvación que le permitió evadirse de un hogar tóxico y construir una vida independiente y exitosa.
La actriz de 44 años habló abiertamente de su relación con su padre, Ralph Ricci, a quien describió como un “líder de secta fracasado” con un “narcisismo realmente demencial” .
Además de su comportamiento controlador, la estrella reveló que su padre era “muy violento físicamente”. Y dijo: “ Nunca hubo paz en mi casa ”, a la vez que describió un panorama sombrío de su niñez, marcada por el miedo.
Su temprana incursión en el terreno de la actuación fue lo que permitió a la joven intérprete encontrar un respiro en medio del caos familiar. “Pude encontrar la paz en el set”, explicó la artista, quien desde los siete años se sumergió en el trabajo actoral.
Los rodajes le proporcionaban un refugio emocional, donde, según comenta, “sabía que no iba a pasar nada totalmente raro”.
Comparado con el ambiente que respiraba en su hogar, el set de filmación representaba para ella en un lugar seguro. “Nadie se iba a enojar y fingir que iba a estrellar el coche contra una pared ”, resaltó.
A medida que su carrera despegaba, la vida profesional de la actriz de Mi madre es una sirena le ofreció un espacio de disfrute que no encontraba en su casa. “Realmente me encantaba ir con mi mamá en el autobús a Nueva York”, recuerda con perspectiva.
Desde muy joven, Ricci compartió pantalla grande con figuras como Demi Moore, Melanie Griffith y Anjelica Huston, y pronto le llegaron sus primeros papeles protagonistas, en 1995, con Casper, y en 1999 fue elegida por Tim Burton para el largometraje La leyenda del jinete sin cabeza, convirtiéndose en un icono de los noventa.
Sus padres se separaron cuando ella tenía 13 años y ese punto de inflexión marcó un antes y un después en su crecimiento.
Poco después del divorcio, Ricci decidió cortar todo contacto con su padre. “Sé que suena frío, pero fue una de las primeras cosas que hice en mi vida: cuidarme a mí misma”, confesó la actriz.
La actriz que saltó a la fama a los 11 años por su papel en La familia Adams también aseguró haber vivido de adulta situaciones de abuso.
En 2021, la actriz pidió a la Justicia que mantuviese a su exmarido, James Heerdegen, alejado de ella y de su hijo mientras avanzaba el proceso de divorcio, luego de revelar que el cineasta ejerció violencia tanto física como psicológica contra ella enfrente del niño.
Según confirmó en ese momento la revista People, la solicitud fue concedida y la orden de restricción por violencia doméstica estableció que Heerdegen debía mantenerse a 100 metros de la actriz y su hijo Freddie.
Ricci aseguró que Heerdegen abusó físicamente de ella, en la presentación que hizo su abogada, Samantha Spector, a la que tuvo acceso el citado medio.
En la misma, la protagonista de Yellowjackets afirmó que Heerdegen la sometió a “abuso físico y emocional severo” y que “muchos de estos actos de abuso” tuvieron lugar frente a su hijo, de 6.
La intérprete afirmó que fue atacada por su excompañero en dos ocasiones durante los meses de pandemia y dijo que él intentó evitar que llamase al teléfono de emergencias después de una discusión.
En una de las agresiones, según recogió entonces el informe, Heerdegen, con quien se casó en 2013, la escupió y le tiró un café y una silla en presencia del pequeño.