Por Teresa Aranguez.- Hay películas que son un fracaso, pero que contienen escenas épicas imposibles de olvidar. Y la historia ochentera de Perfect lo confirma. Fue un desastre en taquilla, pero el baile aeróbico de sus protagonistas, John Travolta y Jamie Lee Curtis, se ha convertido en uno de los videos virales de los últimos tiempos en redes sociales. Sin embargo, más allá de la risa que estos movimientos de cadera puedan provocar, existe una historia mucho más profunda y potente de lo que aparenta.
A primera vista, todo resulta muy cómico. Si no te paras a pensar demasiado, parece una oda a los cuerpos perfectos y a lo que sus movimientos inspiran. La escena muestra a un grupo de gente que acude a una clase de aeróbicos para ponerse en forma. John, o mejor dicho, Adam, el periodista de la revista Rolling Stone al que interpreta, visita el gimnasio porque está escribiendo un artículo sobre el día a día en estos espacios deportivos. Ahí conoce a la instructora Jessie, interpretada por Jamie Lee, de quien termina enamorándose perdidamente. Pero, en realidad, por mucho que ahora el mundo utilice el momento para compartir bromas o hacer comentarios divertidos, el baile sensual donde ambos se devoran con la mirada y hablan con los cuerpos, tiene un significado que va más allá de algo meramente físico.
Era el propio Travolta quien, con sonrisa tímida, lo confesaba en una entrevista con la periodista Bobby Wygant en 1985, año del estreno. La misma le cuestionaba sobre el exceso de erotismo que emanaba la escena ante su cara de asombro. “Al ver la escena en la versión final, ¿no te pareció que era demasiado? ¿No te sentiste incómodo?”, le preguntó la entrevistadora. A lo que John no pudo más que soltar una carcajada y responder con un “Yo creo que es muy sexy”, quitándole la importancia que se le estaba dando a un momento tan normal como la vida misma.
El oscarizado actor venía de éxitos insuperables como Fiebre del Sábado por la noche (1977), Grease o Vaselina (1978) entre otras, y estaba acostumbrado a lidiar con todo tiempo de comentarios y ocurrencias. Así que, lejos de perder los papeles, confesó con una gran calma el verdadero significado detrás de esta escena que tanto por aquel entonces, como en el presente, sigue dando de qué hablar.
Porque resulta que su origen y su presencia representa mucho más que los movimientos insinuantes que muestra.
Así lo explicaba el también director: “En realidad, esta escena reemplaza lo que sería la escena de ambos personajes haciendo el amor. Debatimos sobre si realmente como personajes deberíamos tener una escena teniendo relaciones sexuales o suplementarla con esta escena de aeróbicos que sería la metáfora sobre hacer el amor”.
“Me gustó mucho más esta elección que vernos desnudos en una cama. Creo que es muchísimo más erótica que si nos hubieran visto en la cama”, aclaró John.
Una vez expuesto su argumento, Travolta regresó a la sonrisa pícara y le trasladó la pregunta a su interlocutora: “¿Te hizo sentir nerviosa a ti?”. La periodista encargada de la entrevista admitió que en la sala donde se puso la película para la prensa se sentía la incomodidad. “Había gente que sí estaba nerviosa, no paraba de moverse en el asiento y sí se mostró incómoda”, prosiguió ante la mirada atenta del actor, quien insistió aún más en el orgullo que sentía por el resultado final.
Es curioso que en una época donde la libertad de expresión estaba artísticamente alzando su bandera, una escena así provocara tanta conmoción. El actor se encargó de ensalzarla a pesar de las críticas y comentarios que se pudieran hacer al respecto. “Salió mucho mejor de lo que esperábamos, porque no sabía si funcionaría como sustituto de una escena en la cama. Y en la película se ve claramente cómo esta clase de aeróbicos lo logra, de la manera en que fue rodada por James Bridges y Gordon Willis fue muy inteligente y funcionó a la perfección. Así que sí, prefiero que fuese así”, dijo convencido.
Quien también se mostró muy satisfecha fue Jamie Lee Curtis, que quiso dejar claro en su momento que no se trata de un baile ni nada por el estilo, sino de una clase pura y dura de ejercicio. “La gente la compara con Flashdance y yo les digo que no tiene nada que ver. Estamos haciendo ejercicio, no es una secuencia de baile. Si hubiera sido una coreografía hubiera quedado espectacular. Esto es una clase de aeróbicos, arriba, abajo, y ya. Los movimientos de cadera son para darle un poco más de ritmo”, aclaró en una entrevista de la época con la misma entrevistadora.
En su caso, a diferencia de John y los otros actores, lo tuvo más difícil durante el rodaje porque, además de hacer su parte, se encargaba de enseñar al resto en los ensayos, lo que la mantuvo en un agotamiento crónico que no se lo hizo pasar demasiado bien. “Aprendí mi lección. Si vuelvo a hacer una película tan física, me reservaré para la cámara, porque lo que hacía era levantarme por la mañana y hacer el calentamiento con todos, participar en cada ensayo y cuando llegaban mis escenas, estaba deshecha. Tenía que usar todas mis reservas, fue muy difícil”, explicó reconociendo que quizá se les fue de las manos poner tanto ejercicio aeróbico.
A pesar de los esfuerzos de todos por hacer una película redonda, la gente no fue a verla al cine. Al menos no la cantidad esperada. Apenas recaudó $12.9 millones de los $20 millones invertidos. Y a pesar de que no fue el hit imaginado, sus protagonistas han mostrado años después su inmenso cariño entre ellos y por este proyecto cargado de ilusión.
Cuando se cumplieron 35 años de la película, en 2020, Curtis compartió un precioso recuerdo de aquel rodaje junto a su compañero en su cuenta de Twitter. A la imagen risueña le acompañaba una frase que dejaba al descubierto el verdadero significado de esta historia que va mucho más allá de una simple escena en un gimnasio. “La película Perfect se hizo hace 35 años. Ha sobrevivido a muchas modas de ejercicio, muchos memes, pero en el fondo, había algo especial y profundo. Uno, personas que intentan encontrar el amor y, 2, ser la mejor versión de sí mismas. Amaba a mi compañero, su encanto, entonces y ahora, hizo que la experiencia fuera maravillosa. Mi mano en la tuya, John”, escribió.
Un mensaje del que se desprende una importante moraleja. Aunque al final del día el éxito de una película se mide por los números que hace, hay experiencias personales y humanas que reportan mucho más que cualquier cheque. Esta fue una de ellas para sus protagonistas. Casi cuatro décadas después, su escena más icónica continúa circulando como si fuera ayer. Por algo será.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.