La película ya se encuentra disponible en Netflix
EL UNIVERSAL
El 18 de noviembre de 1901, se llevó a cabo una redada policial en una fiesta privada que se llevaba a cabo en la Cuarta Calle de la Paz, en la colonia Tabacalera. Se trataba de un baile donde algunos hombres estaban vestidos como mujeres, conocido como «El baile de los 41».
Debido a las leyes de ese entonces, se consideró que el trasvestirse era un acto que atentaba contra la moral, por lo que esa noche 41 hombres fueron arrestados, aunque se dice que en realidad fueron 42, que se trataría de Ignacio de la Torre y Mier, yerno de Porfirio Díaz.
Supuestamente, de la Torre, también apodado como «el 42» fue protegido por Díaz para evitar la polémica por su participación en «El baile de los 41». Esta es su historia.
Ignacio de la Torre y Mier nació en la Ciudad de México el 25 de julio de 1866 en el seno de una familia adinerada. Su padre, Isidoro Fernando José Máximo de la Torre Carsí, fue un empresario azucarero que poseía múltiples fincas en el país. De la Torre y Mier fue educado en los colegios más prestigiosos de México y Estados Unidos.
Tras la muerte de su padre, en 1881 recibió como herencia una finca en Morelos donde se producía azúcar, sin embargo, para entonces México ya competía con productores como Puerto Rico y Hawai, por lo de Ignacio diversificó sus negocios.
Su manejo empresarial y posición encantaron a Porfirio Díaz, quien dio su bendición para que contrajera matrimonio con su hija predilecta: Amada Díaz.
La pareja no tuvo una relación estable, el estilo de vida «licencioso» y la rumorada homosexualidad de Ignacio de la Torre y Mier complicaron la convivencia al grado de que el matrimonio sólo tenía apariciones juntos cuando eran eventos públicos. También la relación con Porfirio Díaz se desgastó.
Yerno de Porfirio Díaz, ¿realmente estuvo en «El Baile de los 41»?
«Es algo que se dice, pero que no está documentado», declaró en entrevista con El Gran Diario de México, en 2019, el escritor Carlos Tello Díaz, tataranieto de Porfirio Díaz.
Tello Díaz, autor de «Porfirio Díaz. Su vida y su tiempo», explicó que Ignacio de la Torre era un hacendado de Morelos y del Estado de México, y que además era muy rico.
«Tenía reses bravas, jugaba al polo, era ambicioso, tenía negocios diversos y estaba casado con la hija de Porfirio Díaz, llamada Amada Díaz. Quiso ser gobernador del Estado de México en 1892, pero no fue apoyado por su suegro y fue reelecto José Vicente Villada, que en ese entonces era gobernador», indicó el autor.
Respecto a las especulaciones sobre la preferencia sexual del yerno de Díaz, aclara: «Se dice que era homosexual pero, de nuevo, no está realmente documentado en ningún lado».
Amada e Ignacio no tuvieron hijos, añadió el historiador, y eso «se usa como un argumento adicional para demostrar que era homosexual».
Carlos Tello relata que, de acuerdo con las memorias de José Juan Tablada, la relación del yerno con la familia presidencial era «tirante».
«Según el recuerdo, digamos ‘familiar’ de los Díaz, la relación era tensa. Al parecer Nacho de la Torre asumía una independencia en su forma de ser que entraba en conflicto con la figura patriarcal que era Porfirio Díaz», expone.
El escritor rememoró que tras el acontecimiento de El Baile de los 41, estalla la Revolución Mexicana y el presidente Díaz tiene que salir al exilio; sin embargo, su yerno es apresado en Lecumberri, hoy Archivo General de la Nación, y que es liberado por Emiliano Zapata debido a que ambos se conocían.
«Zapata fue caballerango de Nacho de la Torre durante las fiestas del Centenario, y había sido ayudado por Nacho de la Torre para salir del Ejército, al que había sido integrado en forma de castigo hacia principios del siglo XX», explicó.
Tello Díaz califica la relación entre De la Torre y Mier y Zapata como “interesante”, pero adviertió que de ésta también se sabe poco.
El yerno de Díaz falleció en Nueva York en 1918, enfermo y relativamente joven, tras haber huido de México durante la Revolución.
Para Carlos Tello, El Baile de los 41 es un tema interesante y un hecho que quedó registrado en el tiempo gracias al grabado de Posada.
«Me parecería a mí muy interesante que se pueda rescatar documentalmente este episodio de la vida nacional, de la vida social de México en este momento, que no nos conformemos con los rumores y los chismes, sino que se haga una investigación más seria para saber lo que sucedió», plantea.