El 1 de julio están llamados a las urnas 89 millones de personas para elegir al presidente de México, entre otros 3.400 cargos
México.- Con un crecimiento moderado pero continuo, la economía mexicanaresiste a la difícil renegociación del TLCAN y la incertidumbre generada por un posible cambio político si el 1 de julio gana las elecciones el izquierdista Andrés Manuel López Obrador.
«Aunque no es el panorama más sencillo, la economía está bien. Llevamos 33 trimestres creciendo, y esto es altamente inusual», dijo hoy el director general adjunto del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Manuel Molano.
México creció un 2 % en 2017 y un 1,3 % interanual en el primer trimestre del 2018, una ralentización atribuida a la Semana Santa, que cayó en marzo y restó días laborables.
Aunque la tasa de crecimiento no es apabullante -y está lejos de las promesas del mandatario Enrique Peña Nieto (2012-2018)- equivale al «promedio de los últimos diez años», puntualizó la directora ejecutiva de análisis económico y estrategia de Banorte, Delia Paredes.
El PIB mantiene una trayectoria positiva impulsado por factores como la demanda interna, aupada por una positiva confianza del consumidor.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el consumo privado creció un 2,6 % anual entre enero y marzo.
Se le sumó el consumo de gobierno, con un alza del 1,1 % tras tres trimestres en rojo, subrayó Paredes, que pronostica que el país crecerá un 2,5 % este año.
La solidez económica se tradujo en más puestos de trabajo con un desempleo de apenas el 3,4 % en abril -aunque más de la mitad del trabajo es informal- y 3,6 millones de empleos formales creados en esta administración.
Pero el país no puede confiarse.
Molano destacó que México tiene una deuda pública creciente y déficit en la balanza de pagos. Y todo ello en medio de un escenario global convulso por las decisiones del Gobierno de los Estados Unidos en materia comercial, como la imposición de aranceles.
Donald Trump tiene en el punto de mira a la segunda potencia latinoamericana después de Brasil tras calificar de «terrible» el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Tras meses de reuniones al más alto nivel, la renegociación parece encallada por las exigencias de Trump con Canadá y México, que destina el 80 % de sus exportaciones al país vecino.
Esta encrucijada ha generado efectos adversos. Aunque la inversión extranjera directa (IED) creció un 11 % en 2017 hasta los 29.695 millones de dólares, la negociación frenó la toma de decisiones empresariales.
«Ha habido reinversión, pero los nuevos proyectos están a la espera de una mayor definición (del TLCAN)», apuntó Paredes.
Ya el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió en recientes reportes que el TLCAN y las elecciones presidenciales son focos de «incertidumbre», aunque mantiene la previsión de crecimiento en un 2,3 %.
El 1 de julio están llamados a las urnas 89 millones de personas para elegir al presidente de México, entre otros 3.400 cargos.
Los sondeos apuntan a una victoria del izquierdista López Obrador, quien ha prometido revisar reformas impulsadas por Peña Nieto como la energética, que abrió el sector al capital privado tras casi ocho décadas de monopolio estatal.
Las elecciones «suman incertidumbre, y la razón es que el programa económico de los candidatos no está tan claro», manifestó Molano.
López Obrador defiende una confusa receta económica que busca acabar con tres décadas de neoliberalismo apostando por una actualización del llamado desarrollo estabilizador, una etapa de 1954 a 1970 con enorme bonanza económica.
Pero los ingredientes de sus propuestas resultan un tanto extraños. Si bien asegura que buscará la autosuficiencia alimentaria -una medida aparentemente proteccionista- dice defender el comercio exterior y el TLCAN, e incluso presentó ya a su jefe negociador con EE.UU. y Canadá.
El principal damnificado ha sido el peso mexicano, que en las últimas semanas se situó por encima de 20 unidades por dólar, un valor al que no llegaba desde principios de 2017.
«El tipo de cambio ha servido como mecanismo de colchón de choques», describió Paredes, quien atribuyó la devaluación a la infructuosa modernización del TLCAN y consideró que la moneda ya absorbió el impacto adicional del previsible resultado electoral.
En este contexto, el 43,6 % de los mexicanos, más de 50 millones, siguen viviendo en la pobreza, un cifra casi idéntica a la del inicio del mandato de Peña Nieto.
Este fenómeno podría verse recrudecido por la inflación, que cerró 2017 con un alza del 6,77 % por la liberalización de los productos energéticos.
Aunque la inflación empezó a bajar, todavía está lejos de la meta del Banco de México del 3 %, a la que no llegará hasta 2019, según estima el instituto emisor.
La situación económica, sumado a la ola de violencia y los escándalos de corrupción, son los factores de mayor influencia en los votantes.
«Es probable que veamos un voto de castigo contra la clase política, pero por cosas que tienen que ver con la política, no tanto con la economía», concluyó Molano.