CÓDIGO 31000
Desde el centro de Chihuahua
DUEÑOS DE LA CALLE
ESTÁ DECIDIDO: NADIE TOCA A LOS FRANELEROS
Y esa consigna se cumple a cabalidad en la ciudad de Chihuahua, principalmente en el Código 31000, pleno Centro, donde quienes tienen el control de los espacios públicos con o sin parquímetro son los “viene-viene” o franeleros, sin que autoridad alguna haga algo.
Llegas a Elektra y te “guían” para que te estaciones en los espacios que hay con línea blanca en la Avenida Juárez, se te atraviesan y corres el riesgo de lesionarlos, pues no apoyan, ni te guían ni te orientan, SÓLO TE ESTORBAN y luego viene la mano que pide, “por cuidar el carro”.
En el Templo de San Francisco, también en el Centro, a dos cuadras de Palacio de Gobierno, pues ni los parquímetros los detienen. Allí están para atenderte y “te cuidan el carro”, además de que te piden que no pongas monedas, pues ellos están atentos a los inspectores y le ponen un peso (para la asistencia pública), cuando los ven venir.
Lo que te ahorraste te sirve para la buena propina que espera o reclama el franelero.
Y qué decir en los alrededores del Seguro Social Morelos, hasta las oficinas de la Fiscalía en la calle 25ª, todo está acaparado por botes, llantas y cualquier cosa que no permita estacionarte hasta que te comprometes con el “viene-viene”.
Ni Marco Bonilla con sus inspectores hace algo y permite que los propietarios de las casas o los franeleros extiendan sus dominios hasta la banqueta y la calle sin pagar predial, sabiendo que es un ESPACIO PÚBLICO, ni Maru y su gente de Vialidad multa a quienes ponen sus propias señales de tránsito, tráfico o estacionamientos en la vía pública, dejando sin chamba a Ingeniería Vial de la Policía Estatal del ramo.
Y para acabarla de amolar, todos los cruceros que aún conservan semáforos, éstos no están sincronizados y ya se “volaron” los sensores de movimiento que César Duarte y su gente colocó, donde se movían las luces de los semáforos de acuerdo con la cantidad de vehículos que estaba en espera. Quitando todo riesgo en las noches y madrugadas para no esperar largos minutos sin pasar.
¿Quieres un ejemplo?
Bajo el puente de las avenidas Periférico Ortiz Mena y de la Juventud, frente a Tránsito del Estado, las cámaras que controlaban automáticamente los semáforos, ya no están, y la espera es larga y es peligrosa y molesta a media noche, cuando tarda tanto en ponerse el “verde”.