JIRONES DE NUESTRA HISTORIA
DR. ARTURO ROSENBLUETH STEARNS, UN CHIHUAHUENSE UNIVERSAL; EL PADRE DE LA CIBERNÉTICA.
Por: José Luis Jaramillo Vela
Los orígenes de este genio mexicano
El parte médico del nacimiento de Arturo Rosenblueth Stearns indica que nació exactamente a las 0:00 horas del día 2 de octubre de 1900, por lo que así quedó asentado en su acta de nacimiento (este simple hecho sería de gran trascendencia en su vida); Arturo Rosenblueth nació en Ciudad Guerrero, Chihuahua, ubicada a 70 kms. hacia el noroeste de Ciudad Cuauhtémoc, dentro de la región manzanera del noroeste de Chihuahua, una de las zonas productoras de manzana más importantes del mundo.
Su padre era Julio Rosenblueth Gutmann, húngaro de origen judío, cuya familia se había afincado en El Paso, Texas y quien se dedicaba a la venta de ropa y telas por varias ciudades en México; su madre era María Augusta Stearns Schleiden, originaria de Batopilas, Chihuahua; el padre de ella, Agustín Stearns originario de Boston trabajaba en las minas y Casa de Moneda de Batopilas y cuya familia se había establecido en la Ciudad de Chihuahua.
Sus padres se conocieron en El Paso, Texas mientras ella estudiaba allá y después de tres años de noviazgo terminan por casarse en Chihuahua; se establecieron en Ciudad Guerrero, Chihuahua, debido a que María Augusta quería estar cerca de sus padres y de su familia de Batopilas, por lo que convenció a su esposo y éste como buen húngaro, acostumbrado a moverse para todos lados, accedió, viendo que desde ahí podría abarcar las ciudades del sur de Sonora y del norte de Sinaloa para sus negocios.
Su padre, Julio Rosenblueth era un judío muy practicante, usaba una larga barba negra y siempre con su kipá sobre la cabeza, muy típico de los judíos ortodoxos; aún así, fue siempre muy respetuoso de la religión católica de su esposa y de la religión católica que después adoptaron algunos de sus ocho hijos; pero eso sí, era inflexible y muy estricto con la educación de sus hijos tanto escolar como la educación en el hogar, desde que nacieron se les inculcó el amor por la disciplina, la cultura y el estudio; la práctica de estos tres valores fundamentales en la familia Rosenblueth estaban presentes hasta en la hora de las comidas y en las horas de juego y esparcimiento; Arturo era el cuarto de ocho
hermanos y todos sabían tocar cuatro o cinco instrumentos musicales, en el caso de Arturo, él desde un principio se enamoró del piano, instrumento del que fue un gran virtuoso y siempre lo acompañó a lo largo de su vida. Emilio era el hermano mayor y él se decidió por la pintura, llegando a ser renombrado y reconocido en todo el mundo.
La familia se muda a la Ciudad de México y luego a Monterrey
Cuando Arturo tenía seis años, la familia se muda a la Ciudad de México; Julio y María Augusta se dieron cuenta del enorme potencial intelectual y artístico que tenían sus ocho hijos y deciden trasladarse a la Ciudad de México, en donde ellos pensaban y con justa razón que podrían desarrollar y explotar todas sus cualidades y hacer sus carreras buscando obtener el éxito que todo padre desea para sus hijos.
Ahí, es inscrito en el prestigiado Instituto Franco – Anglais Saint Marie, en donde Arturo aprende a hablar el inglés, francés y alemán, ya que los libros de texto y las clases se impartían en esos idiomas; cuando estalla la Revolución Mexicana Arturo tenía diez años y sus padres deciden mudarse a Monterrey, que era la ciudad más segura durante la época revolucionaria; ahí termina su educación primaria e ingresa a la preparatoria al Colegio Civil de Monterrey (aún no existía la educación secundaria).
El despertar de un genio
Uno de esos días, Arturo ya con doce años de edad, estaba haciendo acopio de la documentación necesaria para inscribirse en el Colegio Civil de Monterrey, su madre le entrega su acta de nacimiento, Arturo ve la fecha y la hora de su nacimiento, entonces el cerebro y la mente del brillante muchacho reaccionan de inmediato y Arturo se sumerge en un profundo análisis sobre esos dos datos: la hora y la fecha de su nacimiento y comienza a hacerse una serie de cuestionamientos.
De esa forma el chaval Arturo Rosenblueth comienza a preguntarse lo siguiente: si realmente nació justo entre un día y otro, si nació minutos o segundos antes o después; luego se pregunta él mismo, si nací justo entre el día 1 y el día 2, realmente ¿en qué día nací?; las preguntas se le vienen en cascada: ¿para qué el médico tiene que informar la hora y el día en que nací? y se responde, “pues para mi expediente, para que se asiente en mi acta de nacimiento”; otra pregunta, ¿para qué sirve el acta de nacimiento?, se vuelve a responder, “para comprobar ante el mundo como, cuando y en donde nací, quienes son mis padres y mis abuelos y también para realizar trámites como inscribirme al colegio”; se da cuenta de que todo es pura información y lo asaltan más preguntas: ¿a dónde va toda esa información?, ¿quién controla, maneja, distribuye y comunica toda la información?; piensa en cuanta información existe, en cómo, dónde y quienes la controlan hasta hacerla llegar a las personas y todavía más, se pregunta: al recibir yo una información, ¿cómo la asimila y la distribuye mi cerebro para que al final yo esté enterado y consciente de esa información y la pueda entender y utilizar? y así, una serie de preguntas que él mismo, a su corta edad pero con su gran inteligencia trata de responderse y comienza a filosofar sobre las ciencias. Y va más allá, cuando empieza a preguntarse ¿cómo se comunican la información las personas y los animales? Todo esto lo confiesa Rosenblueth en su último libro “Mente y Cerebro”, publicado en 1970, poco antes de morir.
El jovencillo Rosenblueth, que había pensado que se iba a dedicar a ser concertista de piano, ahora ya tiene ante sí un panorama distinto, desea dedicarse a la ciencia. Al ingresar al Colegio Civil de Monterrey, llega a sus manos un libro del filósofo y matemático francés Henri Poincaré, en el que habla de la cuarta dimensión y el mundo matemático, se identificó tanto con Poincaré y Einstein, que ya no le quedan dudas, su camino sería la ciencia; ese fue el despertar de un genio.
Toca el piano para ayudarse en sus estudios
Desde muy jovencito, estando en el Colegio Civil de Monterrey, Arturo ya ayudaba a sus padres con los gastos de su educación, trabajando en varios cines de Monterrey, en donde tocaba el piano para musicalizar las películas, puesto que no existía el cine sonoro; aunque su talento para el piano era para mucho más que musicalizar cine, pero le iba bien y se ayudaba bastante.
A los diecisiete años se traslada a la Ciudad de México e ingresa a la Escuela de Medicina de la Universidad Nacional de México (todavía no era autónoma, eso fue hasta 1929); ahí sus problemas económicos se hacen más notorios y comienza a trabajar tocando el piano en restaurantes de lujo y en fiestas y reuniones particulares, además, su hermano mayor Emilio ya era un reconocido y exitoso pintor y también le ayudaba; por lo que Arturo logró sacar adelante su carrera de Médico, pero él quería más y se inscribió para obtener una Maestría en Fisiología, la cual obtuvo gracias a sus tocadas de piano y a la ayuda del mayor de sus hermanos, Emilio Rosenblueth.
Durante un tiempo Arturo ejerció su carrera y continuaba tocando el piano, deseaba reunir dinero para estudiar su Doctorado; una vez más, su hermano Emilio, quien nunca lo dejó solo y quien además ya era un gran pintor que comenzaba a ganar fama internacional, le consigue una beca para irse a estudiar su Doctorado en Fisiología y Neurología a Francia, nada menos que a la Universidad La Sorbona de París (en ese entonces, junto con Harvard, las dos mejores universidades del mundo).
Su estancia en París, no desaprovecha el tiempo
A sus 24 años, Arturo Rosenblueth se instala en París e ingresa a la reconocida Universidad de la Sorbona (Université La Sorbonne), que junto con Bolonia, Oxford y Salamanca, son las cuatro universidades más antiguas del mundo, ahí inicia sus estudios de Doctorado en Fisiología y Neurología, mismos que terminó en 1927, graduándose con todos los honores académicos al aprobar todas sus materias, talleres y laboratorios con la máxima calificación, que en el sistema educativo francés se denomina A: 20-16 Trés Bien (A: 20-16 Excelente).
Para Rosenblueth su estancia en París fue muy exitosa, además de su Doctorado, Arturo se metió de lleno a la Filosofía de la Ciencia, era tanto su intelecto que su cerebro tenía que estar en constante actividad, así que comenzó a desarrollar teorías filosóficas en torno a la ciencia y a la lógica científica; Rosenblueth publicaba sus teorías filosóficas y científicas en la revista científica de la universidad; su única forma de relajación era tocando el piano, era la forma en como él despejaba su mente.
Los escritos filosóficos de Rosenblueth comenzaron a llamar la atención en el mundo de la filosofía y la ciencia, a tal grado que se enteró de que sus teorías habían llegado nada menos que al Círculo de Viena, un selecto y reservado grupo de destacados científicos y filósofos, mismo grupo al que había pertenecido su admirado Henri Poincaré, sin embargo, Rosenblueth consideraba al Círculo de Viena como algo inalcanzable, hasta que el Círculo llegó hasta él.
Se cuenta que, en una ocasión la Universidad de la Sorbona ofreció una recepción privada y el rector le habría pedido a Rosenblueth que amenizara la ocasión con un recital de piano; en esa recepción, Rosenblueth habría conocido al destacado filósofo y matemático inglés Bertrand Russell, quien lo habría invitado a formar parte del Círculo de Viena; en ese mismo evento, Rosenblueth se llevó las felicitaciones del Presidente de Francia Gastón Doumergué, a quien habría impresionado gratamente con su talento artístico. Tiempo después, por medio del Círculo de Viena, Arturo Rosenblueth conoció y entabló relación con Albert Einstein.
El Genio sale de la botella
En 1927, Rosenblueth regresa a México ya con su Doctorado en Fisiología y Neurología, convertido en un científico hecho y derecho; durante tres años se dedica a la cátedra en la Escuela de Medicina de la Universidad Nacional de México; en 1929, la Fundación John Simon Guggenheim abre por primera vez su programa de becas para Latinoamérica, se recibieron 60 solicitudes de todo el continente, solo seleccionaron a dos mexicanos, el Matemático Alfonso Nápoles Gándara, para el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) y el Doctor Arturo Rosenblueth Stearns para la Universidad de Harvard.
En 1930, Arturo Rosenblueth se integra a la Universidad de Harvard para trabajar en la Escuela de Medicina, en el laboratorio del reconocido científico Walter Cannon, muy pronto Rosenblueth a base de trabajo y capacidad científica se ganó el ser el tutor y supervisor principal de los estudiantes de Doctorado en Neurología y Fisiología de Harvard; bajo su responsabilidad estaban las carreras doctorales de varios científicos; durante este período Rosenblueth publicó 76 trabajos en la American Journal of Physiology, así como otros 13 trabajos publicados en otras revistas científicas de Estados Unidos, Francia y México.
De 1930 a 1941, Rosenblueth, junto con Walter Cannon, el matemático Norbert Wiener y el Ingeniero Julián Bigelow trabajan en investigaciones neuronales y sus conexiones eléctricas en el cerebro y descubren que también existe transmisión química entre las neuronas, cuando trataban de entender como el cerebro recibe, analiza y comunica la información que recibe; era tanta la pasión y la entrega de Rosenblueth a los proyectos científicos, que de pronto Walter Cannon que era su jefe, pasó a ser su colaborador, quedando Rosenblueth al frente de los proyectos de investigación neurofisiológica de la Universidad de Harvard.
Producto de sus arduas investigaciones, en 1941 publican en la revista Philosophy of Science Magazine, su trabajo tittulado “Behavior, Purpose and Teleology” (Comportamiento, Propósito y Teleología); de inmediato la comunidad científica internacional, supo que estaban ante el nacimiento de una nueva ciencia, a la que se le llamó Cibernética; Walter Cannon, Norbert Wiener y Julián Bigelow coincidieron en señalar que el crédito de las investigaciones era del Doctor Arturo Rosenblueth, quien sin embargo, considera a Cannon como su Maestro.
Al publicarse ese trabajo de investigación, el Gobierno de Estados Unidos, inmerso en la II Guerra Mundial, ni tardo ni perezoso le solicita a la Universidad de Harvard que en base a los trabajos de Rosenblueth, Cannon, Wiener y Bigelow desarrolle proyectos para la detección de submarinos, barcos y aviones enemigos; entonces este grupo de científicos se ponen a trabajar en la creación de un cerebro electrónico, cuando surgen una serie de problemas para el Doctor Arturo Rosenblueth.
El primero de ellos se da cuando al incrementarse la carga de trabajo y las responsabilidades, Rosenblueth solicita a Harvard un incremento salarial, es entonces cuando tristemente se da cuenta de que su salario no provenía del presupuesto de la Universidad, sino de los ingresos por las tutorías, prácticamente se entera de que estaba trabajando por honorarios y de que no habría incremento salarial.
El segundo problema es tener que enfrentar las nacientes y crecientes envidias y celos profesionales de otros científicos ahora que habían sentado las bases para desarrollar la nueva ciencia de la Cibernética; estaba claro que a
muchos científicos estadounidenses les calaba hondo que un científico mexicano estuviera en la cima en el propio país de ellos.
El tercer inconveniente fue el enfrentar un doble racismo por tener orígen judío y mexicano; sus compañeros Cannon, Wiener y Bigelow en ningún momento lo abandonaron y siempre lo apoyaron, tratando de ubicarlo en alguna otra
Universidad, puesto que era claro el rompimiento con Harvard; de esos esfuerzos de sus compañeros, varias universidades lo rechazaron por su origen judío y mexicano; la única universidad que aceptó tenerlo en su equipo de científicos, fue la Universidad de Illinois en Chicago, pero le puso una única condición: tenía que renunciar totalmente a su nacionalidad mexicana y adoptar únicamente la estadounidense, esto indignó y enfureció a Rosenblueth, quien se pronunció con las siguientes palabras: “…yo nací en un pueblito de Chihuahua, soy chihuahuense y mexicano, pero por nada ni por nadie en este mundo voy a renunciar ni a mis orígenes ni a mi nacionalidad…“. Durante su estancia en Harvard, Arturo Rosenblueth contrae matrimonio con la señorita Virginia Thompson en 1931, matrimonio que perduró hasta su muerte.
De regreso a México
En 1944, el Presidente, General Manuel Ávila Camacho crea el Instituto Nacional de Cardiología, equipado con lo más avanzado y novedoso de la época e instruye al director, Doctor Ignacio Chávez para que se traiga al Doctor Arturo Rosenblueth de regreso a México para que dirigiera el Departamento de Fisiología del nuevo Instituto, con la venia del Presidente para que desde ahí continuara con sus proyectos de investigación cibernética.
Con todo el apoyo del Presidente Ávila Camacho, el Doctor Rosenblueth trae a México a sus compañeros científicos Walter Cannon, Norbert Wiener, Julián Bigelow y al Neurofisiólogo brasileño Arístides Leao, quien fue su alumno más destacado en Harvard; esto produjo como efecto inmediato un auge internacional de la investigación científica en México, científicos de todos lados querían venir a trabajar en los proyectos de Rosenblueth.
En 1946, con el apoyo del Presidente Ávila Camacho, Rosenblueth funda la Academia Mexicana de la Investigación Científica, impulsando a la ciencia mexicana a los niveles internacionales; en 1970, el Presidente Luis Echeverría la transforma en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), actualmente Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt).
En 1947, la Fundación Rockefeller auspicia las investigaciones de Rosenblueth y su grupo, la Fundación aceptó que en el período 1947-1949, los trabajos de investigación se llevaran a cabo en México y el Presidente Miguel Alemán Valdés aceptó que en el período 1950-1952, el equipo trabajara en Estados Unidos; en ese tiempo, el Rector de la Universidad de Harvard tuvo el desatino de hacer un comentario público criticando a la Fundación Rockefeller por haber auspiciado “al mexicano ése”, refiriéndose a Rosenblueth; la respuesta no se hizo esperar, Nelson Rockefeller amenazó cancelar becas y proyectos con Harvard y el asunto no paso de ahí.
En 1961, el Doctor Arturo Rosenblueth le da otro enorme impulso a la investigación científica en México, al fundar el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (CINVESTAV), cuyo funcionamiento, operación, proyectos de investigación y convenios internacionales corren con cargo al presupuesto del Instituto Politécnico Nacional. Rosenblueth además de fundador, fue el primer director del CINVESTAV.
Honores y Reconocimientos
+ En 1936, los científicos Otto Loewi (alemán) y Henry Dale (inglés) ganan el Premio Nobel de Fisiología, ambos reconocen que nada habría sido posible sin las investigaciones de Rosenblueth.
+ En 1952, el Doctor Arturo Rosenblueth fue nominado para el Premio Nobel de Fisiología, pero no lo ganó.
+ En 1966 ganó el Premio Nacional de Ciencias en México.
+ Miembro distinguido de El Colegio Nacional.
+ Miembro distinguido de la Academia Estadounidense de las Artes y la Ciencias
+ Las investigaciones de Arturo Rosenblueth fueron la base para conocer la transmisión de los impulsos nerviosos; la transmisión neuromuscular; los impulsos en el corazón; el control de la circulación de la sangre; el funcionamiento de la corteza del cerebro.
+ Publicó innumerables trabajos sobre la filosofía de la ciencia, impartió cursos avanzados de matemáticas y de musicología (el estudio de la música desde un punto de vista científico).
+ Desarrolló y construyó un aparato llamado Máquina de Retroalimentación Voluntaria que sirvió para el estudio del Mal de Parkinson.
+ El Doctor Arturo Rosenblueth sentó las bases de la cibernética, a partir de ahí se desarrolló la computación, la informática y la robótica hasta llegar a la Realidad Virtual y la Inteligencia Artificial.
+ La Fundación Arturo Rosenblueth para el avance de la ciencia, fundada en 1978 por científicos que fueron sus alumnos, hasta el día de hoy los científicos mexicanos mantienen vigente dicha Fundación.
+ Finalmente, el Doctor Arturo Rosenblueth Stearns fallece el 20 de septiembre de 1970, a unos cuantos días de cumplir 70 años, alcanzó a ver publicada su última monografía titulada “Mente y Cerebro”; su esposa Virginia Thompson de Rosenblueth estuvo con él hasta su último aliento, ella decidió vivir y morir en México.
+ El 7 de enero de 1974, por decreto del Presidente Luis Echeverría, se le rinde tributo nacional y sus restos son trasladados a la Rotonda de los Hombres Ilustres.
“Sabemos que existimos porque sentimos que pensamos”
Arturo Rosenblueth Stearns
Fuentes Bibliográficas:
+ ingeniería.lasalle.mx
+ definicion.de
+ sep.gob.mx
+ conexión.cinvestav.mx
+ revistas.inah.gob.mx
+ gw.geneanet.org
+ educations.es
+ scielo.org.mx
+ matamaticos.matem.unam.mx
+ drclas.harvard.edu
+ asoka.org
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+ rosenblueth.mx