Contexto de la amenaza arancelaria
En declaraciones anteriores, Trump había propuesto un arancel del 100% para los automóviles y camionetas fabricados en México. Sin embargo, en su discurso reciente en Juneau, Wisconsin, donde ha hecho campaña en varias ocasiones en los últimos días, dobló la cifra, señalando: “Pondremos un arancel del 200% si es necesario”. El mensaje es claro: Trump no permitirá que los autos fabricados en México ingresen al mercado estadounidense sin enfrentar duras sanciones.
Esta declaración llega en un momento crucial de la contienda electoral, donde la vicepresidenta Kamala Harris, candidata demócrata, tiene una ligera ventaja en los sondeos en estados clave como Wisconsin. Estos estados, junto con Michigan y Pensilvania, son considerados fundamentales para la victoria en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.
Impacto potencial en la industria automotriz
México es uno de los principales proveedores de vehículos para Estados Unidos, con aproximadamente 3 millones de autos exportados en 2023, de los cuales cerca de la mitad fueron fabricados por los tres grandes fabricantes de automóviles de Detroit. Un arancel del 200% a estos vehículos podría tener graves repercusiones, no solo para la industria mexicana, sino también para los consumidores y fabricantes estadounidenses
El Tax Policy Center, un centro de estudios especializado en políticas fiscales, advirtió que este tipo de medidas tendría un efecto directo en el aumento de los costos de los vehículos, tanto nuevos como usados. Al encarecer las importaciones mexicanas, los precios de los autos fabricados en Estados Unidos también podrían aumentar, ya que gran parte de las piezas utilizadas en su producción provienen de Méxic
Trump ya había amenazado anteriormente con imponer aranceles elevados a los automóviles mexicanos durante su primer mandato y en su campaña de 2016. Sin embargo, los fabricantes de automóviles han advertido que estas políticas afectarían gravemente la industria, no solo en términos de costos, sino también en la viabilidad de mantener cadenas de suministro transfronterizas que se han consolidado gracias al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC)
Reacciones en México
La presidenta Claudia Sheinbaum ya había expresado su escepticismo hace unos meses ante la posibilidad de que estos aranceles se materialicen. En declaraciones, Sheinbaum calificó como “muy difícil” que Estados Unidos imponga aranceles tan elevados a los automóviles o autopartes fabricados en México. Señaló que tales medidas no solo elevarían el costo de los vehículos en Estados Unidos, sino que también podrían generar tensiones comerciales en el marco del T-MEC, un tratado que, según la presidenta, ofrece beneficios importantes para ambos países.
Sheinbaum también apoyó la carta enviada por el ex presidente Andrés Manuel López Obrador a Trump, en la cual el mandatario mexicano subraya que imponer aranceles afectaría directamente a los consumidores estadounidenses, quienes enfrentarían precios más altos debido a los costos de producción más elevados en su país. López Obrador también destacó que el T-MEC, en su versión actual, ofrece mejores condiciones que su predecesor, y es poco probable que Trump quiera renegociarlo, a pesar de sus declaraciones de campaña.