A pesar de los estragos económicos, sociales y de salud que sigue generando la pandemia de Covid-19 en esta ardiente frontera, la ambición de políticos sin escrúpulos se mantiene, igual que siempre, olisqueando la manera de seguir lucrando con la deteriorada economía de los juarenses.
Hace apenas un año tuvimos que ver cómo es que se dilapidaron casi 50 millones de pesos en una carpa de circo que habilidosos alquimistas del polietileno trasmutaron en flamante hospital Covid, mismo que se instaló en pleno estacionamiento de la Presidencia Municipal por órdenes de don Armando Cabada, que ahora, antes de terminar de irse y trepado en la onda del reciclaje, la composta y el cuidado del medio ambiente, quiere reutilizar su megatoldo covidiano para, de nueva cuenta, organizar la Feria Juárez 2021.
Leyó usted bien, apreciado y fino lector mironiano. Una de nuestras indiscretas, pero bien informadas fuentes, confirmaron a este Mirone que don Armando Cabada tiene toda la intención de organizar nuevamente la famosa Feria, que en los últimos años no dejó un centavo partido por la mitad de ganancia para el erario y, eso sí, nos costó más de un millón de dólares a los juarenses.
Es bien sabido que la Feria Juárez ha sido un dolor de muelas para los gobiernos locales, porque nunca se sabe si se generan ganancias y mucho menos quién se queda con las mismas. Lo cierto es que tales eventos siempre terminan subsidiados con recursos públicos, y que tales dineros se han manejado en la absoluta opacidad.
Recordará usted que durante la administración de Enrique Serrano, el evento le fue concesionado a la Cámara de Comercio local, pero a la llegada del exindependiente Armando Cabada a la presidencia se revirtieron los acuerdos. Entre él y sus exsocios y examigos se hicieron cargo de la Feria Juárez y la administraron como si se tratara de un negocio privado, sin que a la fecha se sepa algo de los cerca de 26 millones de pesos gastados en subsidios entre 2017 y 2019.
Aún circula una célebre entrevista banquetera de exfuncionarios de la administración cabadista en la que informan que la Feria Juárez 2019 rompió récords de asistencia y taquilla, pero… adivinó usted, no dejó un solo centavo de ganancia para las sufridas arcas municipales.
Aun así, y pese a que no existen las condiciones para organizar un evento masivo de esta naturaleza, esto por las restricciones de la pandemia, el virtual diputado federal plurinominal ya inició los trámites respectivos para organizar y rentar su carpa reciclada para la Feria 2021, aunque en la práctica falta ver si el nuevo gobierno municipal y la Secretaría de Salud están dispuestos a autorizarle su último proyectito. Si como dicen, esto no es negocio, qué comedido ha resultado don Armando. Así las cosas.
El tono de la disputa por la dirigencia estatal del PRI va subiendo en intensidad conforme se acercan los tiempos de las definiciones. En chihuahuitas tierras se comenta que, por ahora, solo hay de dos sopas para ocupar la presidencia del tricolor: Graciela Ortiz González y Omar Bazán Flores. Ambos le inteligen a la tenebra de la política nacional y son los únicos que juegan en esa cancha, comentan.
Aún y cuando todavía no concluye la elección, la pelea interna se intensificó, y esto se debe a que hay mucho más en juego que la simple coordinación en la bancada de este partido en el Congreso local, en donde pudieran tener hasta cinco diputados. Graciela Ortiz trae la venia de Alejandro Moreno Cárdenas, “Alito”, porque atendió la instrucción a pies juntillas de decantarse a favor de la hoy gobernadora electa Maru Campos.
Sin embargo, algunos se preguntan cuál es el futuro de Chela cuando Alito está casi a punto de salir del PRI y con un pie afuera del CEN. Alejandro Moreno perdió hasta su estado en Campeche. Está muy demeritado. No obstante, mientras Alito siga vigente en el partido, Ortiz deberá apurar el paso por estos lares.
Por su parte, Omar Bazán trae el apoyo del coahuilense Rubén Moreira, quien recientemente se autoproclamó como el próximo coordinador de los diputados del PRI. Tampoco Bazán las trae todas consigo. Hizo un pésimo papel como dirigente del partido. En lo que queda del PRI siguen muy revueltas las aguas, y pronto habrá encontronazos con otros que también quieren el control del otrora partidazazo.
Terminaron los cómputos de las elecciones en el estado de Chihuahua y los principales actores de la contienda pasaron a la etapa de las impugnaciones. La primera fue la elección de la gubernatura, en donde Morena ha impugnado el triunfo de la gobernadora electa Maru Campos. Era de esperarse la reacción del excandidato de Morena, Juan Carlos Loera, que no acepta aún la derrota en las urnas.
En Juárez se descarta que en las próximas horas el PAN impugne el triunfo de algunos diputados morenos. Vaya, ni siquiera en el cuarto distrito local habrá impugnación, y eso que fue el más cerrado en la votación. Gabriel García Cantú perdió por 3 mil 800 votos.
En la elección del Ayuntamiento el excandidato del PAN-PRD, Javier González Mocken, reconoció el resultado y ya hasta puso a la orden su plan de gobierno propuesto en campaña al servicio del alcalde electo Cruz Pérez Cuéllar. En la elección de la Sindicatura tampoco se ve por dónde impugne el PAN u otro partido.
En breve los candidatos y los partidos políticos empezarán a recibir las multas por no haber entregado sus informes financieros. Además, las sanciones por no quitar las mamparas, borrar pintas en bardas, espectaculares y mantas, que saturaron los espacios públicos durante las precampañas y campañas.
Finalmente, el pasado sábado concluyeron los cómputos de la elección de la Sindicatura. Llamó la atención que la mayoría de los candidatos subieron sus porcentajes de votación y se colocaron por encima de los resultados de los candidatos a la alcaldía. Histórico ha sido este proceso.
María Esther Mejía Cruz recibió su constancia como ganadora de la elección de Sindicatura con 220 mil 930 votos, contra 99 mil 919 del excandidato del PAN, Abelardo Valenzuela Holguín. Mejía Cruz pasó a la historia como la síndica más votada del municipio de Juárez.
La candidata de Morena superó incluso al candidato a la alcaldía de Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, con 7 mil 857 sufragios. Por su parte, el excandidato a la gubernatura Juan Carlos Loera de la Rosa superó a Mejía con escasos 305 votos.
También destacó que el candidato del PRI, Carlos Morales, obtuvo menos votos que el candidato de Movimiento Ciudadano, Eduardo Borunda, quien empató prácticamente la elección. Carlos Morales obtuvo 31 mil 686, contra 32 mil 990 votos de Eduardo Borunda, es decir, se marcó una diferencia de solo mil 304 votos entre uno y otro.
Por cierto, Eduardo Borunda, subió en sus redes sociales un mensaje de agradecimiento a quienes votaron por él y su fórmula. Son más de 30 mil votos que en cualquier proceso electoral resultan sumamente valiosos. Se consolida como uno de los mejores candidatos en Juárez y con posibilidades de ser tomado en cuenta para futuras propuestas.
Con muestras de satisfacción y mensajes cifrados en las redes sociales, algunos consejeros electorales –que aguantaron hasta el último momento a pesar de la desorganización que privó en la Asamblea Municipal– dieron por concluida su misión. Será un recuerdo triste el de la consejera presidenta del Instituto Estatal Electoral, Claudia Espino, el haber elegido a Cecilia Sarabia como presidenta de la Asamblea Electoral de Juárez, quien no dio el ancho en un proceso que se alargó por la desorganización y la falta de oficio.