Desde 2019 que llegó Alito Moreno a la militancia del tricolor, algunos de los principales cuadros han renunciado, además de que han perdido más de la mitad de las entidades que gobernaban hasta 2018
PorXimena Ochoa
En las últimas semanas se ha hablado de una desbandada al interior del Partido Revolucionario Institucional (PRI), debido a que cuadros de renombre —como Omar Fayad o todos los legisladores del tricolor en el Congreso de Hidalgo— han presentado su renuncia a la militancia priista o, en otros casos, simplemente han dejado de aparecer en eventos partidistas o no han respaldado las decisiones que actualmente se toman.
Los señalamientos de una fuerte crisis al interior del partido han ido en aumento en las últimas horas, luego de que se dio a conocer que el próximo lunes 3 de julio algunos senadores presuntamente podrían anunciar su salida del partido, esto luego de muchos desencuentros con la actual Dirigencia Nacional, actualmente comandada por Alejandro Alito Moreno Cárdenas.
Sin embargo, es importante mencionar que las diferencias al interior del tricolor no son nuevas, sino que sólo se han acrecentado desde que el partido perdió la Presidencia de la República en el 2018, aunado al cambio de administración partidista en 2019, además del aumento de popularidad del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), partido que actualmente gobierna más de 20 entidades.
¿Qué fue lo que pasó en el PRI?
Tras la derrota en el año 2000, muchos aseguraron que sería el final del Partido Revolucionario Institucional debido a que perdieron la titularidad del Ejecutivo Federal, incluso habían disminuido su poder en el Congreso de la Unión desde finales de los noventa, así como la pérdida de algunas gubernaturas; sin embargo, 12 años tuvieron que pasar para el tricolor volviera a la Presidencia de la República.
El regreso del Revolucionario Institucional a Los Pinos fue fuerte, debido al alto nivel de popularidad que tenía Enrique Peña Nieto, quien venció a su competidor más cercano —Andrés Manuel López Obrador (AMLO)— con más de siete puntos de diferencia; no obstante, los escándalos de corrupción, la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, las reformas estructurales, el Pacto por México, sólo por mencionar algunos momentos de su administración, debilitaron su imagen y la del partido.
Fueron especialmente las acusaciones de corrupción de exgobernadores, exfuncionarios e incluso de la propia familia del presidente las que mermaron la confianza de la ciudadanía en el partido, misma que se reflejó en los votos que recibieron durante el proceso electoral del 2018 cuando el PRI obtuvo nueve millones 289 mil 853 votos, alrededor de 10 millones de votos menos que seis años antes.
Tras el descalabro de 2018, el PRI renovó su militancia con miras a buscar una nueva ruta para el priismo; sin embargo, el proceso comenzó con muchas trabas, debido a que de forma prematura recibieron la renuncia de Ivonne Ortega y José Narro Robles, debido a que consideraron que existieron inconsistencias en el proceso partidista.
Pese a lo anterior, Carolina Viggiano y Moreno Cárdenas obtuvieron el triunfo al alcanzar un millón 603 mil 725 votos de la militancia. Al inicio de su administración, el Revolucionario Institucional administraba Sonora, Sinaloa, Coahuila, Zacatecas, San Luis Potosí, Hidalgo, Tlaxcala, Estado de México, Colima, Oaxaca y Campeche.
Aun con ese panorama, un año más tarde, la dirigencia decidió unirse en coalición con el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) para conformar la alianza Va por México; sin embargo, el resultado no fue tan próspero como se esperaba, debido a que en los comicios del 2021 el PRI perdió Sonora, Sinaloa, Zacatecas, San Luis Potosí, Tlaxcala, Colima y Campeche.
En 2022 la situación no mejoró, pues perdió dos de los últimos cuatros bastiones del PRI: Hidalgo y Oaxaca, aunque lograron obtener la gubernatura de Durango. Incluso, este 2023, perdió “la joya de la corona”, el Estado de México, pero logró retener Coahuila.
Aunque han sido sumamente criticados los resultados que ha obtenido el PRI, el Consejo Político Nacional (CPN) aprobó en diciembre de 2022 una reforma a los estatutos en la que permitía que la Dirigencia Nacional permaneciera más tiempo en el cargo, la cual fue respaldada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y una semanas antes de los comicios del pasado 4 de junio se votó que Viggiano Austria y Moreno Cárdenas queden al frente del partido hasta después de los comicios del próximo año.
Aunado a lo anterior, están los escándalos de Alito Moreno que estallaron gracias a la gobernadora Layda Sansores, así como sus peleas públicas con sus adversarios del propio partido, lo que ha ocasionado más salidas del partido. Tan sólo en el año 2000, el instituto contaba con 10 millones de militantes, pero en 2021 ya había disminuido hasta un millón 398 mil 536 afiliados.
“Que me traigan un bote de basura. Ya les dije a todos los Comités, pongan el bote de basura y ahí todas (las renuncias) a la basura porque ya no representan nada”
Frente a la crisis de pérdida de votos y de la militancia, el dirigente priista ha pedido a las dirigencias partidistas “tirar a la basura” las renuncias que llegan, pues indicó que a él sólo le interesa quedarse con los priistas leales y que trabajan a favor de México.
En unas horas se conocerá el futuro del PRI, especialmente en el Senado de la República, pues ya se quedó sin una bancada en Hidalgo, pero si se vuelve realidad la desbandada en la Cámara Alta, pasaría de ser la tercera fuerza, a quedar relegado del protagonismo legislativo, a meses de comenzar el proceso electoral de 2014 y de elegir a los candidatos que buscarán regresar al tricolor a su papel protagónico.