La historia del chimpancé Chucho-Chucho, se encuentra llena de contrastes; en una época de su vida fue atendido como un rey, pero eventualmente fue relegado a oscuras celdas
Abel Miranda | El Sol de Acapulco
Su cuerpo está visiblemente cansado, ha perdido gran parte de su pelaje, sus redondos y negros ojos denotan la tristeza de vivir solo y recluido en un hábitat del Zoológico de Chilpancingo, Zoochilpan. Hablamos de Chucho-Chucho, el chimpancé estrella del cine mexicano de los años 70.
Este peculiar actor, participó en decenas de películas junto a Andrés García (Chanoc), Germán Valdez “Tin Tan”, los hermanos Humberto y Miguel Gurza, todos, dejándolo en el olvido como a la mayoría de los animales que han participado en cualquier tipo de espectáculos.
Foto: Abel Miranda | El Sol de Acapulco
Los elogios a su enorme sonrisa, los ademanes que lanzaban besos a las mujeres, el gusto por la cerveza y fumar cigarrillos, son sólo recuerdos de la época de gloria que tuvo el chimpancé. Hoy sólo parece esperar la muerte pues ya es muy viejo de edad, superando incluso la expectativa de vida que tiene un primate y en el Zoochilpan, diariamente los cuidadores lo procuran para alargar su vida.
La «Chita» mexicana
La historia del chimpancé Chucho-Chucho, se encuentra llena de contrastes; en una época de su vida fue atendido como un rey, pero eventualmente fue relegado a oscuras celdas, hasta ocupar el sitio que medianamente acondicionado tiene hoy en el Zoochilpan.
Las historias indican que Chucho-Chucho compartió el escenario con el cómico Germán Valdés «Tin-Tan», así mismo con Andrés García que protagonizó la serie de películas de Chanoc, por lo que en su momento al chimpancé se le llegó a considerar como la “Chita” mexicana, comparándolo con el exitoso primate que acompañó a Johnny Weissmüller en su inolvidable papel de Tarzán.
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Chucho-Chucho, quien fue una gran estrella en la época de oro del cine mexicano, hoy vive hacinado en un ambiente de concreto, alejado de la naturaleza y de otros chimpancés.
Sus redondos ojos han perdido el brillo natural, su pelo antes negro, hoy es de un color grisáceo y muchas partes de su cuerpo están afectadas por alopecia, claro reflejo de la vejez pues se calcula que Chucho-Chucho ronda actualmente los 70 años; su especie vive en promedio 45 años.
La llegada de Chucho-Chucho a Zoochilpan
Trabajadores del Zoochilpan comentan que en su llegada a finales 1993, el animal estaba muy lastimado, golpeado, con peladas en todo el cuerpo y bastante agresivo, justo por ello se le construyó una jaula de piedra con grandes barrotes; sin embargo, en al menos dos ocasiones, el primate mostró su enorme fuerza doblando las barras de acero y estuvo a punto de escapar.
Los trabajadores aseguran que siempre previeron que esa jaula no era adecuada para él porque estaba «muy oscura y pequeña». Con el paso de los años se acondicionó el espacio que hoy ocupa, el cual es mucho más amplio y le permite recibir los rayos del sol, además de que los visitantes quedan un poco más lejos y no le generan tanto estrés.
Tin-Tan interpretando a Tsekub en la película Chano, junto a Chucho-Chucho | Cortesía
El exdirector del zoológico Zoochilpan, Tulio Ismael Estrada Apátiga, comentó que cuando el entonces presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, decidió cerrar los Estudios Churubusco, muchos animales que se usaban como artistas de cine fueron trasladados a zoológicos y desde entonces el chimpancé llegó a la capital guerrerense.
«Entonces nosotros pusimos como condición para que trajéramos el animal que se nos construyera una jaula adecuada para tenerlo y nos construyeron una que duró muchos años, después se acondicionó el ambiente en el que actualmente se encuentra.», dijo.https://www.youtube.com/embed/x2nIsvphtf0?enablejsapi=1
El exfuncionario reveló que cuando fueron a la Ciudad de México a traer al primate lo encontraron en condiciones deplorables; el animal vivía en un cuarto de 3×3 metros cuadrados, sin que lo tocaran los rayos del sol, por lo que el primate se había tornado muy violento, siendo casi imposible controlarlo, «tuvimos que sedarlo para poder traerlo y ponerlo en su nuevo hogar», dijo Estrada Apátiga.
Foto: Abel Miranda | El Sol de Acapulco
Indicó que el ambiente en el que se encuentra lleno de concreto y sin ningún tipo de vegetación, es lo único en donde se puede tener porque el animal perdió su identidad y no acepta tener vegetación cerca, «en muchas ocasiones intentamos ponerle plantas pero no duraban un día, él se estresaba y las destruía».
Durante algún tiempo vivió acompañado de otra pareja de chimpancés de mucho menor edad que él, entonces se convirtió en el líder de esa manada, pero a pesar de ser jóvenes fallecieron.
El primate ahora vive el ocaso de su vida. Chucho-Chucho ha dejado de correr, ya no aplaude y tampoco ríe como lo hacía antes, hoy vive enojado y cuando puede, lanza su excremento a los visitantes para demostrarles que él sigue siendo el «dueño» de ese espacio.