Sylvia Chang – BBC Chinese
La bloguera china Laura Deng se sorprendió por la entusiasta respuesta a las fotos de su primera celebración navideña en Londres con su nuevo novio británico. No se la esperaba cuando hace tres años decidió subirlas a Xiaohongshu, una aplicación china similar a Instagram.
Además de una selfie en pareja, la publicación incluía fotos de los regalos, un árbol de Navidad y una mesa festiva cubierta de parafernalia navideña. La publicación tuvo mucho más éxito que sus habituales publicaciones de moda y maquillaje, y le dio cientos de nuevos seguidores.
Desde entonces, esta joven de 29 años cambió su estrategia en redes sociales, y empezó a compartir contenidos sobre su relación, en las que abordaba las diferencias culturales con su pareja.
Sus seguidores pasaron de 1.000 a más de 80.000, un aumento que le permitió suscribir acuerdos publicitarios que le aportan un ingreso mensual extra que oscila entre 3.000 y 70.000 yuanes (entre US$400 y US$9.800) y que ahora suma al sueldo de su empleo de marketing.
Después de que más de 10.000 personas comenzaran a seguirla, agencias de influencers empezaron a acercarse a ella. Ahora tiene un equipo de cuatro personas que manejan diferentes tareas, como la edición de videos, el manejo de publicidad y el desarrollo de estrategias para incrementar su audiencia.
Laura Deng y Charles Thomas están entre los cientos, si no miles, de parejas interraciales que están ganando un creciente popularidad en internet en China. En la mayoría de los casos, la pareja extranjera es un hombre blanco y quienes siguen esas cuentas son mujeres jóvenes que viven en las regiones más ricas de China.
Un ejemplo es TJandClaire, una cuenta dirigida por una mujer de Shanghái y su esposo estadounidense, que ha acumulado más de 3,8 millones de seguidores en Douyin, la versión china de TikTok. El 60% son mujeres de entre 18 y 30 años, según la firma de análisis de datos Chan Mama.
Fantasías y descontento
Deng anunció en mayo su compromiso con Charles Thomas, y muchos de sus seguidores le enviaron sus sinceras felicitaciones. «He estado siguiendo tu historia durante tanto tiempo. ¡Finalmente podremos presenciar tu gran día!» escribió uno de ellos.
«Para muchas jóvenes, ver las relaciones románticas de parejas interraciales en las redes sociales es como leer una novela romántica digital. Cumple con sus fantasías sobre el matrimonio, y también muestra que están descontentas con la realidad«, dice Li Chen, académica de estudios de medios en la Universidad A&M de Texas.
China sigue siendo una sociedad patriarcal. Se espera que las mujeres asuman la mayor parte de las tareas domésticas y el cuidado de los hijos; la discriminación en el lugar de trabajo es común; y no ha habido cambios legislativos en los últimos años.
Cada vez más jóvenes chinas rechazan los roles de género tradicionales, aunque el Estado las empuja a casarse y tener hijos ante la caída de las tasas de fertilidad. En 2023, la población de China disminuyó por segundo año consecutivo. Se redujo a 1.409 millones, 2,08 millones de personas menos que el año anterior.
Muchas de las seguidoras de estas cuentas parecen asumir que las relaciones con parejas occidentales son más equitativas, aunque esto no necesariamente sea cierto. «Los hombres occidentales suelen priorizar más el cuidado de la familia que los hombres chinos», fue el comentario de alguien que sigue la cuenta de Laura Deng.
Qian Huang, profesora asociada de Estudios de Medios en la Universidad de Groningen, en Países Bajos, coincide en que la tendencia podría indicar un auge del feminismo en China, especialmente entre los grupos sociales de ingresos medios y altos.
La experta señala que las influencers que promueven la soltería también son cada vez más populares.
Orgullo chino
Es habitual que las cuentas dedicadas a parejas interraciales muestren al hombre occidental probando comida china, cantando canciones en mandarín, visitando atracciones turísticas en China o explorando la avanzada tecnología china.
Un video de Charles Thomas vestido con ropa tradicional china por la plaza londinense de Leicester Square fue uno de los contenidos con mejor rendimiento en el Xiaohongshu de Laura Deng.
Este tipo de contenido se diferencia de los videos que cuelgan extranjeros que simpatizan con el gobierno chino y a menudo documentan su vida diaria en China, y expresan su apoyo a la postura de Pekín en temas altamente controvertidos, como el conflicto con la minoría uigur en la región de Sinkiang. Las influencers dedicadas a las parejas interraciales rara vez tocan temas políticos.
Deng, quien vive desde hace diez años en Reino Unido, ve natural mostrar su cultura a su pareja y a su familia. «Estoy ansiosa por mostrarles lo mejor de China», dice, y agrega que las percepciones occidentales sobre su país están moldeadas por la cobertura negativa de los medios.
Recuerda cuán impresionados estaban los padres de su novio durante su primer viaje a China. «Dijeron: ‘Muchas cosas aquí son incluso mejores que en Reino Unido'».
La doctora Huang describe esto como «nacionalismo cultural», ya que existe un resentimiento generalizado por la creencia de que la cultura china ha sido «eclipsada» en un mundo «dominado por Occidente».
Por ejemplo, la marca de lujo francesa Christian Dior atrajo en 2022 la ira de internautas chinos que la acusaban de apropiarse de la falda de «cara de caballo», un tradicional vestido con pliegues cuya historia podría remontarse a la dinastía Song (960 a 1279).
El presidente chino, Xi Jinping, acuñó por primera vez el concepto de «confianza cultural» en 2016. Es la idea de que el pueblo chino debería estar orgulloso de su historia y cultura milenarias. El Congreso del Partido Comunista que en 2022 concedió a Xi un tercer mandato sin precedentes adoptó la «confianza cultural» en su informe final.
A medida que sus relaciones con Occidente se han vuelto más tensas en los últimos años, China se ha vuelto más introspectiva.
Internet está sometido a una fuerte censura en China, lo que significa que los influencers que hablan de parejas interraciales están “alineados con la agenda del gobierno,” dice la doctora Chen. “Pueden no estar motivados por el nacionalismo, pero pueden rentabilizarlo», sostiene.
Sin embargo, el nacionalismo puede ser un arma de doble filo.
Wendy, quien no quiere dar su apellido, vive en Europa con su prometido francés. Tiene casi 20.000 seguidores en Xiaohongshu, a pesar de que ha evitado usar etiquetas como “parejas interraciales” o “amantes interculturales”. Las publicaciones con su prometido atraen más vistas que otras.
Pero también recibe muchos comentarios de odio y racistas. En algunos casos la han acusado de ser una “adoradora de occidentales” o incluso una espía. Los ataques la han llevado a cerrar sus cuentas al menos tres veces.
Esta joven de 28 años también recibió ofertas de colaboración de diferentes marcas, pero se sintió incómoda con los estereotipos poco realistas del contenido patrocinado que le proponían. “Quieren que lo hagas tan romántico como sea posible», cuenta.
Dice que ese no era el tipo de contenido que originalmente quería compartir y esto acabó tensionando su relación con su prometido. Este año ha rechazado todos los acuerdos de patrocinio que le han llegado.
“Simplemente quiero ser fiel a mí misma y capturar los momentos felices.”
A Laura Deng la han acusado de usar los sentimientos nacionalistas para autopromocionarse. Pero ella insiste en que no entiende de política y que su contenido se basa en sus sentimientos y su experiencia personal.
“A la gente le gusta ver cómo los chinos mostramos con orgullo nuestra cultura a otros,” dice. “No me importa lo que digan sobre hacerse eco de las políticas del gobierno. Si disfruto publicando, continuaré haciéndolo», concluye.