La depresión juega con tu mente pero no debes dejar que te domine Por Karen Hernández
La depresión es una lucha devastadora por sobrevivir día a día. El cuerpo te pesa, apenas puedes levantarte de la cama y mirarte en el espejo. Aunque es un trastorno del que es cada vez más común hablar, sigue siendo malinterpretado o minimizado.
Cuando alguien está experimentando depresión, su vida entera se ve hecha pedazos. No es una tristeza pasajera que desaparece de un momento a otro ni tampoco derramar lágrimas o suspirar, añorando a alguien que se ha ido.
Cuando tienes depresión, te sientes como si sólo flotaras en el mundo; como si fueses invisible ante los ojos de los demás. La depresión juega con tu mente y te hace creer que eres una carga para todos.
Es como ahogarse, excepto que todos los que te rodean están respirando. Te sientes completamente indefensa, tan pesada como un bloque de plomo, estás aburrida, atrapada, perdida en un laberinto sin salida. Tus pensamientos te controlan y aunque a veces logras esbozar una sonrisa, tus ojos reflejan otra cosa.
Te entiendo, es una situación difícil contra tus propios demonios pero ¿sabes qué? Eres capaz de domarlos.
No, no eres una carga ni tampoco el mundo estaría mejor sin ti. Quizá suene cliché, pero eres amada y significas mucho en la vida de otras personas. Quizá no te lo digan con cada palabra, pero lo eres y tu presencia es importante para ellos.
Quizá quienes no padecen de depresión no terminen de entender lo que pasa por tu mente pero, si te aman, ten por seguro que están haciendo todo su esfuerzo por hacerte sentir mejor pero sobretodo, por estar contigo.
Respira. Eres capaz de controlar todos esos pensamientos que golpetean en tu cabeza.
No eres una carga, no eres un peso muerto. Eres un ser hermoso, capaz de iluminar la vida de muchos otros. Sé que se requiere de tiempo, paciencia y energía pero eres capaz de derrotar a esos monstruos que tanto te molestan.
Ir a terapia, abrirte a tus amigos y familiares, comenzar a tomar medicamentos o luchar por ti misma pueden ser situaciones incómodas y agotadoras, especialmente si te sientes tan cansada. Pero eres una guerrera valiente y fuere.
Sigue adelante, sigue luchando. Siempre habrá alguien que te escuche y te tome de la mano. No te sientas avergonzada y mucho menos una carga.