La catrina, hermosa y a la vez espeluznante, es uno de los símbolos más representativos del Día de Muertos
POR FRANCISCO INZUNZA
«La muerte es sólo el despertar de un profundo sueño». Desde hace muchos años la Catrina representa la muerte en México y se ha convertido en el símbolo de la ancestral celebración de Día de Muertos. Los mexicanos no solo temen, sino también se burlan de la Catrina con mucho respeto.
La Catrina, una figura femenina (bella, imponente y a la vez atemorizante) tiene más de 100 años de historia; esta figura surgió a manera de burla de todos aquellos indígenas (tanto hombres como mujeres), que se enriquecieron y posteriormente menospreciaron sus orígenes y costumbres.
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Las «calacas» de José Guadalupe Posada representaban al pueblo mexicano, a su carácter desenfadado y festivo, pero a la vez a la situación de aquella época, aunque hoy en día se les asocie más al Día de Muertos.
Se le llamaba «garbancero» a aquella persona que a pesar de tener sangre indígena, pretendía ser europeo y renegaba a su propia cultura, algo que José Guadalupe Posada condenaba. Su calavera con sombrero representa al que pretende aparentar lo que no es. «La Calavera Garbancera» que ilustró José Guadalupe Posada en el siglo XX, solo estaba dibujada de los hombros para arriba, lo único que tenía puesto era un gran sombrero francés con plumas, en representación de esa vida de europeos que aparentaban los indígenas.
Años después la fabulosa influencia de José Guadalupe Posada, llegó al muralista mexicano de ideología comunista Diego Rivera. Basándose en la obra de «La Calavera Garbancera» realizó un nuevo concepto en 1947, añadiéndole nuevos atributos: ropa, porte y elegancia. Él la rebautizó como «Catrina».
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Dicha visión de Diego Rivera se puede apreciar en su mural «Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central». En la obra aparece José Guadalupe Posada del lado derecho de la Catrina; a la izquierda se puede contemplar una versión infantil de Diego Rivera. Por detrás, no podía faltar, la reconocida pintora mexicana Frida Kahlo.
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Hoy en día la Catrina sigue siendo una invención popular y ha salido de los límites del lienzo o el grabado para ser parte de la cultura viva mexicana, de sus usos y costumbres, pues se ha vuelto artesanía que resalta la riqueza formal y espiritual del país.