Controversial…
El proteccionismo estadounidense, una contradicción aberrante.
El declive de un modelo económico.
Por: Raúl Sabido.
México logró evitar los aranceles recíprocos impuestos por Donald Trump el 2 de abril de 2025, gracias T-MEC, sin embargo, algunos productos que no cumplen con los requisitos del T-MEC enfrentan un arancel del 25%. Esto incluye bienes con componentes fabricados fuera México-USA-Canadá, lo que afecta principalmente a las industrias que dependen de insumos importados.
Protección gracias al T-MEC.
El T-MEC actúa como un blindaje clave para muchos productos mexicanos exportados al mercado estadounidense, siempre y cuando las exportaciones mexicanas cumplan con las estrictas reglas de origen establecidas en el T-MEC, por ejemplo los vehículos y partes producidos en México deben contener al menos un 75% de contenido regional y, los productos agrícolas y manufacturas, deben cumplir con las disposiciones del tratado también están exentos. Esta protección es crucial porque el mercado estadounidense representa el principal destino de las exportaciones mexicanas.
Productos que no cumplen con las reglas del T-MEC.
Sin embargo, los productos que no cumplen con los requisitos del T-MEC, o que contienen insumos provenientes de fuera de la región enfrentan un arancel del 25%, afectando particularmente a las empresas maquiladoras y sectores electrónicos y tecnológicos.
Impactos indirectos de los aranceles globales.
Aunque México esté exento en muchos casos, los aranceles impuestos por los Estados Unidos al resto del mundo pueden tener efectos colaterales en la economía mexicana porque los aranceles generan tensiones comerciales que pueden desacelerar la economía global pudiendo reducir la demanda de exportaciones mexicanas indirectas relacionadas con cadenas de suministro globales.
¿Cómo afecta a la industria maquiladora?
La industria maquiladora, que juega un papel central en muchas regiones de México, también enfrenta desafíos. Las empresas maquiladoras tradicionalmente han ensamblado productos con insumos importados de Asia y de bajo costo para reexportarlos, principalmente a los Estados Unidos, y con los aranceles, y las nuevas reglas, los costos aumentarían, lo que significa mayores precios de venta a los consumidores norteamericanos.
Estrategias para mitigar los impactos.
México puede implementar varias medidas para contrarrestar estos efectos como diversificar mercados de exportación, también las oportunidades mexicanas estarán en fomentar la producción nacional de insumos y reducir la dependencia de componentes importados desde Asia mediante inversiones en industrias locales, siendo esto una oportunidad para la Industria manufacturera de partes.
Lo esencial será optimizar cadenas de suministro con insumos nacionales asegurándose de cumplir con las reglas del T-MEC y esto apertura oportunidades a los industriales manufactureros.
De defensor del libre mercado al proteccionismo extremo.
Durante décadas, los Estados Unidos se posicionaron como el principal abanderado del LIBRE COMERCIO, presionando a otras naciones para que eliminaran barreras comerciales y adoptaran una economía abierta como parte del modelo neoliberal. México, entre otros países, fue uno de los principales objetivos de esta política, lo que llevó a la firma de acuerdos como el TLCAN y más tarde el T-MEC. Estas iniciativas impulsaron la integración comercial bajo la premisa de que el LIBRE COMERCIO beneficiaría a todos.
El panorama económico actual cuenta otra historia.
Hoy, los Estados Unidos han adoptado un proteccionismo extremo, en contraste directo con los principios que durante décadas promovieron y presionaron a otros países para implementar. Este giro no es casual ni superficial, es el reflejo de una economía en problemas profundos. Con una deuda pública que representa el 122.3% del PIB y un déficit comercial crónico, el gobierno estadounidense ha optado por cerrar su mercado, proteger su industria y buscar soluciones internas a sus desequilibrios financieros.
El proteccionismo estadounidense
Una contradicción aberrante.
Este proteccionismo se materializa en políticas como la imposición de aranceles unilaterales, diseñados para desincentivar las importaciones y fomentar la producción nacional. Pero, ¿qué implica esto para países como México? La ironía no pasa desapercibida: mientras los Estados Unidos exigen apertura económica a sus socios comerciales, ellos mismos adoptan medidas que contradicen el LIBRE COMERCIO. Los mismos acuerdos que impulsaron, como el TLCAN, ahora se ven socavados por su postura de cerrar su mercado y proteger sus industrias clave, como la automotriz, tecnológica y manufacturera.
Para México, este cambio es particularmente impactante. Durante décadas, la industria maquiladora se adaptó para responder a las necesidades del mercado estadounidense, alineándose con las políticas del LIBRE COMERCIO promovidas por ellos. Ahora, esas reglas han cambiado abruptamente, poniendo en riesgo sectores esenciales de la economía mexicana.
El costo del proteccionismo.
El proteccionismo no solo afecta a sus socios comerciales, sino que también genera tensiones internacionales y plantea preguntas sobre el liderazgo global de los Estados Unidos. ¿Cómo puede una nación que abogó por la globalización justificar este cambio de rumbo? ¿Qué impacto tiene en la competitividad de las empresas estadounidenses, que ahora enfrentan mayores costos de insumos y menor acceso a mercados globales?
Internamente, estas medidas representan un intento desesperado de resolver problemas profundos, pero tienen consecuencias a largo plazo, aumentarán los costos para los consumidores, generan tensiones comerciales y erosionan la confianza de sus socios estratégicos.
El declive de un modelo económico.
Los Estados Unidos han demostrado que incluso los países más poderosos enfrentan los límites de sus propios modelos económicos. El LIBRE COMERCIO, que alguna vez defendieron con fervor, ahora es visto como una amenaza para sus propios intereses internos. Este giro hacia el proteccionismo extremo no solo afecta su relación con socios comerciales como México, sino que también socava la credibilidad del sistema que ellos mismos construyeron.