Martín Gálvez Piqueras
«Estamos aquí para seguir haciendo historia. No nos conformamos. Vamos a luchar por estar en el podio». Estas son las ambiciosas palabras de la madrileña Tania Moreno, capitana del equipo español de vóley playa femenino que compite en los JJ.OO. de París, tras su última victoria. Junto a la asturiana Daniela Álvarez, forman un tándem perfecto que invita a soñar. Las conocemos un poco más.
Su triunfo frente a las neerlandesas Raisa Schoon y Katja Stam ha llevado a las nuestras hasta los cuartos de final, hecho histórico ya que nunca habíamos llegado tan lejos. El escenario, además, no puede ser más emblemático puesto que son las canchas de arena que se han habilitado bajo la mismísima Torre Eiffel. Allí, se imponían a sus rivales el ‘super tie-break’ (18-21, 21-19 y 15-13) y, como es lógico, explotaban de alegría tras el final.
Las dos jugadoras se fundían en un efusivo abrazo, verdaderamente emotivo, después de conseguir la mejor clasificación en unos Juegos para nuestro país en esta disciplina. «Nunca dejamos de confiar y la afición nos ha dado mucha fuerza», aseguraba Tania (22 años), después de haber remontado junto a Daniela (23) a las que son una de las mejores parejas de Europa y del mundo.
«Dani y yo llevamos jugando juntas desde que tenemos quince años, compartimos las 24 horas del día y hacer esto juntas es superespecial (…) Así que teníamos muchas ganas», apostillaba Tania al hablar de la fantástica conexión que tiene con su compañera, después de brillar en este recinto abarrotado para la ocasión.
Sobre la gente que las está apoyando en la capital francesa, cuenta la deportista de Majadahonda que en este último duelo oyó el grito «¡España nunca se rinde!» desde las gradas, lo que supuso para ellas un extra de energía. Dándole instrucciones y todos los ánimos posibles estaba también su entrenador Fran Marco, así como su familia que se encontraba en la icónica área parisina del Campo de Marte.
De tal palo, tal astilla
A la madrileña, la pasión por este deporte le viene de cuna, puesto que su madre también se dedicó al vóley playa profesional e incluso han jugado juntas algunos torneos. Es la española de origen de ruso Olga Matveeva, cuyo entrenador era además su marido, el padre de Tania. Mientras, en el plano sentimental, la joven estrella tiene en su perfil público algunas imágenes muy cómplices y románticas con el tenista holandés Sander Jong, quien este domingo en sus redes sociales se hacía eco del último partido de esta.
La historia de Daniela, por su parte, también es curiosa puesto que ha llegado hasta aquí casi por una carambola del destino. Se formó para ser una campeona del tenis, pero cambió de idea porque una «compañera de clase» en su época de adolescente «me convenció», cuenta ella misma, para seguir por estos derroteros. Así, finalmente optó por intentar emular a leyendas como la alicantina Liliana Fernández (participante en Londres 2012, Río de Janeiro 2016, Tokio 2020 y París 2024).
La jugadora nacida en Gijón ha encontrado en Tania a su ‘media naranja’ deportiva ya que se consideran «como un matrimonio» sobre la arena, sabiendo gestionar los problemas que se les presentan y resolviéndolos de la mejor manera posible. Han recorrido juntas medio mundo y ganaron una plata en el Europeo de 2023, pero ahora van a por más y, pese a su juventud, quieren inscribir ya su nombre en el olimpo de las grandes.