A la espera del nombramiento del Santuario de la Naturaleza Los Molles-Pichidangui, organizaciones locales expresan su preocupación por los impactos ambientales de proyecto inmobiliario de 540 hectáreas emplazado en el sector.
“Condominio privado diseñado para vivir momentos inolvidables. Inmerso en un eco ambiente único, rodeados de una flora y fauna incomparable, que entrega agradables espacios y vistas… la calidad de vida que siempre ha buscado la familia. Ubicado en la costa central de Chile, a sólo 2 horas al norte de Santiago, entre las playas de Los Molles y Pichidangui” es la descripción propia del proyecto inmobiliario Rocas del Mar.
Sin embrago “La calidad de vida que siempre ha buscado la familia” es incompatible con la calidad de vida que busca la naturaleza; es por esa razón que los Santuarios de la Naturaleza son vitales para separar la conservación de un sitio natural de otro, que no lo es. Son Santuarios de la Naturaleza todos aquellos sitios terrestres o marinos que ofrezcan posibilidades especiales para estudios e investigaciones geológicas, paleontológicas, zoológicas, botánicas o de ecología, o que posean formaciones naturales, cuya conservación sea de interés para la ciencia o para el Estado.
Los Molles-Pichidangui Santuario de la Naturaleza y corredor biológico
Vivir en equilibrio con la naturaleza es dejar espacio para que ella pueda seguir funcionando y realizando el rol ecológico vital, del cual depende la existencia humana. Vivir en equilibrio con la naturaleza no es dejar un pequeño rincón y rellenarlo con flores; no es fragmentar, ni dividir; para ello la figura de Santuario de la Naturaleza es crucial para el desarrollo y conservación de las especies que allí habitan y su libre paso por espacios exclusivos de ellas, sin la intervención humana.
Entonces ¿De qué sirve nombrar santuarios de la naturaleza, si de igual manera el lugar será intervenido? ¿Se respeta en Chile la figura de Santuario de la naturaleza?
Un claro ejemplo es lo que está ocurriendo en la actualidad en el tan apetecido balneario de Los Molles, conectado además por todo el borde costero con otros sitios calificados como prioritarios.
El cerro Santa Inés es un Santuario de la Naturaleza que posee una superficie aproximada de 713,8 hectáreas y se encuentra ubicada en la comuna de Los Vilos y La Ligua, Región de Coquimbo y Valparaíso, frente a la costa de Pichidangui.
El área abarca los siguientes sitios prioritarios para la conservación de la biodiversidad: Cerro Santa Inés – Costa de Pichidangui; Cerro Santa Inés – Cerro Imán y Los Molles – Pichidangui.
Sitio Prioritario de Conservacion Los Molles-Pichidangui
Se caracteriza por la presencia de un bosque de olivillo que se origina por factores muy particulares dados por la existencia de un régimen de compensación hídrica por la influencia de neblinas costeras y la topografía local.
De acuerdo a la información provista por el Consejo de Monumentos Nacionales de Chile, uno de los valores ecológicos principales del área, radica en su importancia biogeográfica por la presencia de bosques relictos de Aextoxicon punctatum (olivillo), insertos en una región semidesértica que sobrevive debido a la existencia de condiciones climáticas especiales, ya que estos bosques son propios de la flora valdiviana y se presentan en muy pocos lugares costeros de las regiones de Valparaíso y Coquimbo.
Además, el área es hábitat de un considerable número de especies vegetales que se encuentran en las categorías de Conservación de «En Peligro» (EN) y «Vulnerable» (VD). De esta manera, se destaca la presencia de especies clasificadas en categoría de «En Peligro y «Vulnerable»: La flora del área se encuentra representada por más de una centena de especies nativas y endémicas. Dentro de ellas, es posible constatar la presencia de 22 especies bajo categoría de conservación, destacándose la Alstroemeria pulchra; Nothoscordum serenense; y Pouteria splendens, en categoría de «En Peligro» (EN) y; Adiantum gertrudis; Citronella mucronata; y Puya venusta, como «Vulnerable» (VU).
En el área se registra una riqueza de fauna correspondiente a 80 especies de vertebrados nativos, de las cuales 59 son aves, 9 mamíferos, 8 reptiles y 4 anfibios. Se destaca la presencia de las siguientes especies en categoría de conservación: Rhinella arunco (sapo de rulo) como “vulnerable” (VU) y Liolaemus nitidus (Lagarto nítido) como “casi amenazado” (NT).
En este sentido, no se puede declarar Santuario la naturaleza a un sector y los otros entregarlos a la depredación, pues la naturaleza, así como nosotros, necesita carreteras y caminos por donde transitar, no basta con tener su rincón “donado” por el ser humano para que pueda vivir, ella necesita moverse y desplazarse, en su libre derecho.
Un corredor biológico es un refugio para seres vivos, es una región natural conectada entre sí, mediante una ruta donde se relacionan poblaciones de especies. Estos corredores, regularmente son formaciones alargadas, que cuentan con zonas protegidas, como reservas naturales, parques nacionales o remanentes de los ecosistemas originales.
La comunidad exige protección
A la espera del nombramiento del Santuario de la Naturaleza Los Molles-Pichidangui, la agrupación Protege Los Molles muestra preocupación por el proyecto inmobiliario llamado Rocas del Mar que en estos momentos está afectando la mitad de ese sitio.
Condominio Rocas del Mar Protege Los Molles. Foto: Protege Los Molles
“Nosotros pudimos lograr la protección como área verde a 800 hectáreas, pero 2 mil hectáreas en estos momentos están siendo afectadas a través de un proyecto que se llama Rocas del Mar, están haciendo parcelas, construyendo caminos que matan los corredores biológicos; están trayendo agua de otra región para alimentar sus piscinas y van a poner 1200 casas gigantes donde existe registro de pumas con cría, gato Colo-colo y gato Güiña según la línea base que hizo la Universidad Católica el año 2019 que fue para la declaratoria “Santuario de la naturaleza Los Molles-Pichidangui” estamos siendo afectado por este proyecto inmobiliario de parcelas que afectan los corredores biológicos de este sector, eso es los molles norte” explica acongojado el vocero de Protege Los Molles Esteban Vergara.
La comunidad también mira con desconfianza y temor lo que está ocurriendo con la construcción de segundas viviendas, al no existir fiscalización, verdaderos guetos horizontales, tomas ilegales, venta de derechos.
“Una segunda vivienda sin alcantarillado, acarreando problemas de basura, sin calles… entonces en vez de ser un beneficio para la plusvalía y un aporte para la zona, finalmente se convierte en un problema para nuestros vecinos, porque llega inseguridad y se genera un problema económico, donde baja la plusvalía y las segundas viviendas quedan en abandono y desaseadas” agrega el vocero.
Mientras el sitio prioritario Los Molles-Pichidangui está a la espera de ser declarado Santuario de la Naturaleza, se solicita una gobernanza en los sectores, para que exista un buen uso de estos santuarios y no queden a expensas de los depredadores como son las inmobiliarias, por ejemplo.
“Es importante que se generen políticas para financiar estas gobernanzas locales y poder empoderar a la gente y no venga gente de afuera usufructuar todo el trabajo que llevamos haciendo durante 10 años, que quede para la gente local, que no vengan empresas extranjeras a usufructuar, que las empresas nazcan desde acá, desde el conocimiento local desde el esfuerzo local, para eso estamos luchando, hemos tratado de ser siempre vinculante con las juntas de vecinos tratando de apoyar todas las iniciativas que vayan en pro de la conservación y espacios únicos que tenemos en la quinta norte” puntualiza Vergara.