Historia de Redacción AN
Las agencias de inteligencia de Estados Unidos obtuvieron información sobre un complot iraní para asesinar al expresidente y candidato republicano, Donald Trump (2017-2021), semanas antes del atentado del pasado sábado, confirmaron a EFE fuentes familiarizadas con el asunto.
Estas fuentes destacaron que no existe ningún vínculo entre ese plan iraní y el intento de asesinato de Trump, ocurrido el sábado en un mitin en Butler (Pensilvania), cuando un hombre de 20 años disparó contra el expresidente, hiriéndolo en una oreja y matando a uno de los asistentes al acto.
A pesar de que no hay ninguna relación aparente, en el momento del atentado del sábado, el Servicio Secreto había reforzado la seguridad del exmandatario debido precisamente a esas amenazas de Irán, detallaron esas fuentes.
Por tanto, la cuestión ahora es por qué esas medidas adicionales que se implementaron debido al complot iraní no sirvieron para impedir que el atacante, identificado como Thomas Matthew Crooks, se subiera a un tejado y disparara en varias ocasiones antes de ser abatido por los agentes del Servicio Secreto.
Según declaró a EFE un alto funcionario de seguridad nacional, al detectar la amenaza, la Casa Blanca alertó del peligro añadido tanto a la campaña de Trump como al Servicio Secreto, que tomó medidas adicionales para proteger al expresidente.
La portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Adrienne Watson, dijo a EFE que Irán lleva años amenazando a funcionarios estadounidenses en venganza por el ataque que Trump ordenó en 2020 y que acabó con la vida del general Qasem Soleimaní, exjefe de la fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní.
Debido a esas amenazas, ex altos cargos de la administración de Trump involucrados en esa operación tienen aún escoltas. Entre ellos figuran el exsecretario de Estado Mike Pompeo y el exasesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca John Bolton.
“Como hemos dicho en numerosas ocasiones, llevamos años siguiendo las amenazas iraníes contra exfuncionarios de la administración de Trump. Esas amenazas emanan del deseo de Irán de vengarse por la muerte de Qasem Soleimaní. Consideramos este asunto de seguridad nacional de la más alta prioridad”, subrayó Watson.
La portavoz, además, aseguró que no se ha identificado ningún vínculo entre el hombre que disparó contra Trump y otros posibles agentes extranjeros.
Según el FBI, que lidera la investigación, el atacante actuó solo y usó un fusil semiautomático AR-15 que había sido comprado legalmente su padre.
El Servicio Secreto se encuentra actualmente bajo un gran escrutinio por los fallos que pudieron haber ocurrido y que permitieron que se intentara asesinar a Trump, el primer incidente de este tipo desde el que sufrió el entonces presidente Ronald Reagan en 1981.
El Gobierno estadounidense ha anunciado que hará una investigación independiente sobre los fallos y también que ha reforzado el dispositivo de seguridad de Trump y ha dotado de agentes del Servicio Secreto al candidato independiente Robert Kennedy Jr. (EFE)