Por: José Luis Jaramillo Vela
Un poco de historia cervecera
Los primeros antecedentes que se tienen de la cerveza en el mundo datan de hace seis mil años, se sabe que en Mesopotamia ya se elaboraban bebidas a base de cebada y trigo; en Babilonia, la floreciente bebida y el pan eran parte de los salarios que se pagaban a los obreros. Por su parte, en Egipto tuvo mucha aceptación y la llamaban Hega, pero los egipcios le añadían dátiles y aceite de oliva a la bebida; tuvo tanto éxito la bebida en Egipto, que el Faraón Narmer ordenó construir la primera fábrica de cerveza en la historia, en Tel El Amarna, también se sabe que esta fábrica podía producir hasta 22 mil litros en una sola producción; también se conoce que fue aquí en donde por primera vez se le añadió el lúpulo a la bebida, para darle su característico sabor amargo.
La popular bebida se trasladó a China, donde le llamaron Kiu, a Grecia, donde la llamaron Zythos y por supuesto, llegó a Roma procedente de los galos, quienes la llamaban Cervesía, en honor a la diosa romana Ceres, diosa de la agricultura y de las cosechas; a los romanos les gustó la bebida y el nombre en honor a su diosa y la rebautizaron como Ceresvesía, de ahí pasó al castellano como Cerveza y al portugués como Cerveja, nombre que hasta el día de hoy lleva la bebida en estos idiomas.
A la caída del Imperio Romano, la palabra Ceresvesía cayó en desuso y fue sustituida por la palabra Biber, que en latín significa bebida; de ahí se deriva al inglés Beer, al alemán Bier, al italiano Birra, al griego Bira, al francés Biére, en sustitución de la antigua palabra Cerevoise. Y así la popular bebida se expandió por toda Europa, alcanzando su mayor auge desde la Edad Media hasta nuestros días.
El dorado y delicioso líquido llega a la Nueva España
En 1543, el Rey Carlos V y el Virrey Antonio de Mendoza otorgan la primera concesión para establecer una fábrica de cerveza en la Nueva España a Don Alonso de Herrera, quien se estableció en su Hacienda de El Portal, en el famoso Paso de Cortés en Amecameca. Con equipos muy rudimentarios y con problemas de suministro de materias primas, comenzó Don Alonso de Herrera a fabricar su cerveza, además tenía que competir contra dos bebidas muy arraigadas en la población nativa: el pulque y el tesgüino; pero la cervecería de Don Alonso se mantuvo, la bebida ganó adeptos, tanto españoles, mestizos, criollos e indígenas y terminó por popularizarse en la Nueva España.
Al consumarse la Independencia de México, las condiciones eran muy diferentes y la cerveza ya era muy popular y demandada por los consumidores, en 1825 aparece la Compañía Cervecera de La Pila Seca, en 1849 la Compañía Cervecera de La Candelaria y en 1860, aparecen ya las primeras cervecerías en México fundadas por alemanes; Karl Fredenbauer funda la Cervecería San Diego, el suizo Auguste Marendes funda la Cervecería Toluca y México S.A.; en 1865, Santiago Graff compra la Cervecería San Diego y la Cervecería Toluca y las fusiona, establece la primera fábrica de hielo y una fábrica de botellas y lanza la primera cerveza tipo Lager al mercado mexicano.
En 1869, el maestro cervecero alemán Emile Dercher funda la Compañía Cervecera de la Ciudad de México; luego en 1872, Johann Ohrner funda la Compañía Cervecera La Estrella de Guadalajara y lanza la segunda cerveza tipo Lager en México, hasta entonces, todas las cervezas eran oscuras o brunas. En 1890 se detona el auge cervecero en México, cuando Josepp Schnaider funda la Cervecería Cuauhtémoc de Monterrey y la Cervecería La Perla de Occidente de Guadalajara; en 1894 Wilhelm Haasse en Orizaba, Veracruz funda la Cervecería Moctezuma de Orizaba; en 1894 Jacobo Schuele funda la Compañía Cervecera de Sonora, más tarde funda la Cervecería del Pacífico en Mazatlán, Sinaloa y después funda en Mérida, Yucatán la Compañía Cervecera Yucateca.
La Compañía Cervecera de Chihuahua
El impulso que le dieron los alemanes a la industria cervecera en México fué extraordinario, entonces los empresarios chihuahuenses Juan Terrazas, Enrique Creel y Federico Sisniega, en sociedad con el banquero, industrial y empresario John F. Brittingham, dueño del poderoso Banco de la Laguna, aprovechando el boom cervecero, fundan en 1896 la Compañía Cervecera de Chihuahua, con un capital inicial de doscientos cincuenta mil pesos, que de inmediato se incrementó a un millón de pesos, debido al auge cervecero en el país y al cada vez más creciente consumo de cerveza en todos los niveles de la población. Ese mismo año de 1896, casi de manera simultánea, se funda también la Compañía Cervecera de Ciudad Juárez, con capital de empresarios de Cd. Juárez y El Paso, Texas; era esta una cervecería muy local, centrada en abastecer a la zona fronteriza, con dos marcas de cerveza: la Cerveza Juárez y la Cerveza Richelieu, ambas conocidas únicamente en la zona fronteriza.
En cambio, la Compañía Cervecera de Chihuahua desde un principio fue planeada y construida para producir en grande y abarcar una gran parte del territorio nacional y del sur, suroeste y sureste Estados Unidos; eran los finales del siglo XIX y el Estado de Chihuahua era uno de los más ricos y florecientes de la República Mexicana.
A producir cerveza de primera calidad y a subir como la espuma
El 8 de febrero de 1896 arranca sus operaciones la Compañía Cervecera de Chihuahua, con sus edificios totalmente nuevos, sus equipos y maquinaria recién desempacados de Alemania y con la última tecnología de la época; sus instalaciones eléctricas generaban una potencia capaces de abastecer a dos plantas al mismo tiempo; instalaron una enorme bodega de refrigeración, la más grande del país; la fuerza laboral de la Cervecería era de 280 personas normalmente, en época de alta demanda, podía subir a 400 empleados; con excepción del Maestro Cervecero y sus dos ayudantes, que eran alemanes y el Jefe de Mecánicos que era estadounidense, todo el resto del personal era mexicano.
La Compañía Cervecera de Chihuahua ofrecía un portafolio de tres marcas de cerveza: Cerveza Cruz Blanca, Cerveza Chihuahua y Cerveza Austríaca; la fuerza de ventas de la Cervecería abrió una serie de Agencias de Ventas y rutas comerciales de manera que estas tres marcas tuvieran presencia en todos los Estados de la República; a través de Tampico, Tamaulipas se distribuía vía marítima a todo el Golfo de México; por la Aduana Fronteriza de Cd. Juárez se exportaba a Estados Unidos; a través del ferrocarril se cubría toda la franja fronteriza desde Tijuana, Baja California hasta Nuevo Laredo, Tamaulipas y el centro del País; desde Nogales, Sonora, se distribuía hacia todo el Pacífico Mexicano. El éxito y la demanda de estas tres marcas de cerveza se debió a tres motivos: la alta calidad de la cerveza, buen precio y muy buena distribución; el consumidor la encontraba disponible en todo el país y en todo el año.
Para 1899, a sólo tres años de su fundación, la Compañía Cervecera de Chihuahua ya dominaba completamente el mercado nacional y a toda la industria cervecera mexicana, con una producción anual de 6,700,000 litros de cerveza, mientras que su más cercano competidor, la Compañía Cervecera Toluca y México, S.A. producía 2,000,000 de litros y su tercer competidor más cercano, la Cervecería Sonora de Hermosillo, con 1,500,000 litros; después la Cervecería Moctezuma de Orizaba, S.A., con 1,440,000 litros de cerveza y en el quinto lugar la Cervecería Cuauhtémoc de Monterrey, S.A., con una producción de 1,250,000 litros de cerveza por año. Con este panorama, los empresarios cerveceros de Monterrey, se propusieron levantar su cervecería y hacerle una competencia real a la Cervecería de Chihuahua; pero en eso, luego viene el desabasto de botellas de vidrio que la fábrica Vidrios y Cristales de Monterrey debido a su atraso tecnológico en la producción de botellas de vidrio ya no podía más con el abasto.
La función debe continuar y el negocio también… a pesar de las sospechas
En 1903 el desabasto de botellas de vidrio ya estaba frenando a la producción de todas las compañías cerveceras mexicanas; este desabasto derivó en una crisis que provocó que de las 72 cervecerías operando en todo el país, se redujeran a 29 fábricas; por lo que los empresarios chihuahuenses toman cartas en el asunto. Los empresarios Juan Terrazas, Enrique Creel, Federico Sisniega y John Brittingham, que también eran socios junto con los empresarios regiomontanos en la fábrica Vidrios y Cristales, deciden ir a buscar tecnología para la fabricación de botellas modernas y entran en tratos con la Owens Glass Company y le compran la licencia exclusiva para instalar una moderna fábrica de botellas de vidrio en México.
La ira de los empresarios regiomontanos no se hizo esperar, manifestaron que, si bien eran competencia en la fabricación de cerveza, en la fabricación de botellas de vidrio eran socios y estaban muy molestos y enojados porque los empresarios chihuahuenses los habían dejado fuera de la jugada en la licencia para fabricar botellas de vidrio. La respuesta del empresario Juan Terrazas fué clara y rotunda: “No los dejamos fuera, simplemente ustedes no quisieron venir con nosotros y se fueron a buscar en el lugar equivocado, por lo tanto, quienes nos dejaron fueron ustedes y por eso perdieron”. Esto provocó dos años de ruptura entre el grupo de los empresarios regiomontanos Garza/Sada/Lagüera/Muguerza y los chihuahuenses Terrazas/Creel/Sisniega/Brittingham.
En 1905, en medio de esa ruptura, la Cervecería Cuauhtémoc de Monterrey en un afán desesperado de generarle competencia a la Cervecería de Chihuahua, lanza con bombo y platillo su Cerveza Bohemia, una cerveza de mucha calidad, pero no era barata, por lo que se mantuvo en el mercado, pero no funcionó como una real competencia.
A finales de 1908, por mediación de John Brittingham, ambos grupos de empresarios olvidan sus rencillas y enojos y negocian para volver a ser socios en la fabricación de botellas de vidrio, inclusive la Cervecería de Chihuahua ya había introducido la máxima tecnología en el embotellado, al tapar el envase con una corcholata, sustituyendo al tapón de corcho. Producto de esa negociación, los empresarios chihuahuenses ponen la licencia de fabricación y parte del capital y los empresarios regiomontanos ponen el grueso del capital más los terrenos y construcción de la fábrica de botellas; naciendo así de esa sociedad lo que hoy es Vitro y Vitromex.
Sin embargo, los regiomontanos sabían que estaban muy lejos todavía de ser competencia para la Cervecería de Chihuahua; en 1909 un fatal y misterioso incendio destruyó a la Compañía Cervecera de Chihuahua, sacándola totalmente del mercado cervecero; de inmediato todas las miradas y sospechas voltearon hacia Monterrey; actualmente todavía queda esa sospecha y ese recelo hacia la Cervecería Cuauhtémoc. Fueron trece años de un dominio absoluto y de una supremacía total de la Compañía Cervecera de Chihuahua en el mercado y en la industria cervecera nacional, que quedaban reducidos a cenizas ante la mirada triste y atónita de todos. Aún con todas las sospechas puestas en los empresarios
de Monterrey, los empresarios chihuahuenses deciden seguir adelante con lo negociado en Vitro, buscar la forma de recuperarse de ese durísimo golpe y ver si se puede levantar y reiniciar la Cervecería.
Época de turbulencias y de truculencias
Después de la tragedia, cobra auge e importancia la Compañía Cervecera de Ciudad Juárez, que con sus marcas Juárez y Richelieu se sostenía bien en el mercado fronterizo; los empresarios cerveceros de Chihuahua buscan la forma de invertir y hacerse socios de dicha cervecería, o de ser posible comprarla; pero en 1920 se establece en Estados Unidos la “Ley Seca” que prohibió el alcohol en dicho país durante trece años; ésta ley trastocó por completo la vida y actividades en Ciudad Juárez; florecieron bares y cantinas por todos lados, donde todos los días ciudadanos americanos, además de los mexicanos, venían a emborracharse, ante la imposibilidad de hacerlo en su país. Esto trajo como consecuencia para la ciudad, además de los ríos de alcohol, la prostitución y la venta indiscriminada de drogas.
De repente en Ciudad Juárez proliferaron fábricas y destilerías de whisky, era un secreto a voces que Al Capone estaba detrás de todo ese negocio, para contrabandear whisky a su país y controlar todo el contrabando en la frontera sur de Estados Unidos; a Capone se le vió dos veces en Ciudad Juárez y en El Paso, Tx., seguramente supervisando la marcha del “negocio”; en este entramado de sospechas, entró también la Compañía Cervecera de Ciudad Juárez, de la que ya se pensaba que estaba fabricando cerveza para Al Capone y su banda; todas estas eran solo suspicacias, ya que todo estaba muy bien cubierto por el poderoso militar y gobernador de Baja California, General Abelardo L. Rodríguez, cuya reputación era la de ser amigo y socio de Al Capone y la mafia de Chicago y quien después sería Presidente de la República.
Pasada toda esta turbulencia, en 1933 una vez levantada la prohibición, la imágen de la Cervecería de Ciudad Juárez quedó si no manchada, sí en dudas debido a las sospechas que sobre ella recayeron y como consecuencia de ello, los empresarios de Chihuahua retiraron por un tiempo su interés por dicha cervecería.
El Ave Fénix se levanta de entre sus cenizas
A pesar de todo el daño a su imágen, la Cervecería de Ciudad Juárez seguía en pie y operando, pero tuvo que pagar un costo al separarse varios inversionistas y retirar su capital; A partir de aquí, esta cervecería entra en un arrendamiento, es decir, simplemente se rentaba toda la planta y su operación y así funcionó por un tiempo, hasta que en la década de los años cincuenta, empresarios de Chihuahua levantaron las ruinas de la Compañía Cervecera de Chihuahua y la pusieron a funcionar de nuevo, obtuvieron en arrendamiento la Cervecería de Ciudad Juárez y volvieron al mercado cervecero, lanzaron las marcas Cruz Blanca y la Listón Azul y fusionaron ambas plantas bajo el nuevo nombre de Cervecería Cruz
Blanca y Listón Azul de Chihuahua, con solo esas dos marcas, ambas de gran calidad cervecera y a un precio muy accesible; rehabilitaron todos sus antiguos canales de distribución y muy pronto estaban ya recuperando el terreno perdido; para la Planta de Cd. Juárez trajeron a un Maestro Cervecero de Austria, junto con sus dos ayudantes; para la Planta de Chihuahua trajeron un Maestro Cervecero de Alemania y dos ayudantes, para garantizar la calidad de la producción.
Era ya principios de los años sesenta, el mercado cervecero nacional había cambiado de manera radical, en 1925 había aparecido la Cervecería Modelo de México y junto con la Cervecería Cuauhtémoc de Monterrey, se habían apoderado del mercado nacional; la Modelo acaparaba el mercado del centro y sur del país y la Cuauhtémoc del centro hacia el norte del territorio nacional y lo habían hecho a base de comprar cervecerías locales y fusionarlas a su conglomerado; en 1960 las cervezas Cruz Blanca y Listón Azul comenzaban ya a adueñarse del mercado del norte, desde Baja California, Sonora, Chihuahua, Durango, Coahuila, Tamaulipas, Zacatecas, así como el mercado de toda la frontera sur de Estados Unidos desplazando a las marcas insignia Carta Blanca y Tecate de la Cuauhtémoc. En 1963 la Cruz Blanca y Listón Azul decide lanzar de nuevo la marca Chihuahua, resultando un trancazo, sobre todo en la franja fronteriza del norte de México y en los estados del sur de Estados Unidos.
En 1965 la Cervecería Cuauhtémoc decide que tienen que detener el avance de las cervezas chihuahuenses y toma en arrendamiento la Cervecería de Ciudad Juárez y se queda únicamente con la producción de la Cerveza Chihuahua solo para exportación. La Cervecería Cruz Blanca y Listón Azul se quedó entonces tan solo con su planta de Chihuahua, pero siguió produciendo cervezas de muy alta calidad que continuaron ganando terreno. En 1983 la Cervecería Cuauhtémoc comprende de manera definitiva que a nivel de calidad y a nivel comercial no pueden con la Cervecería Cruz Blanca y Listón Azul y deciden de una vez por todas comprarla al precio que sea para eliminar una competencia que se levantó de sus cenizas y les estaba volviendo a comer el mercado. Tan hondo caló ese sentimiento de impotencia que la compraron para cerrarla definitivamente y desaparecer sus cervezas del mercado. En 1985, la Cervecería Cuauhtémoc termina comprando la Cervecería Moctezuma, para añadirla a su conglomerado.
En el año 2005, la señora Eva Gonda Rivera viuda de Garza Lagüera, poseedora del 30% de todo el Grupo Femsa, incluida la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma y considerada la mujer más acaudalada de México, entonces Presidenta del Consejo de Administración de Cuauhtémoc Moctezuma, propone en sesión de Consejo volver a fabricar las marcas Cruz Blanca y Listón Azul, en vista de que son cervezas de muy alta calidad y a que las fórmulas y recetas les pertenecen; el Consejo se negó de manera rotunda bajo el argumento de que: “compramos la Cervecería Cruz Blanca y Listón Azul con la finalidad de desaparecerla para siempre, no para seguir fabricando sus marcas”. En la actualidad, las fórmulas y recetas de las cervezas Cruz Blanca y Listón Azul, pertenecen al conglomerado Heineken/Cuauhtémoc/Moctezuma.
En 2020 el C.E.O. y Director General Internacional de Heineken, Dolf van den Brink, en su visita a Ciudad Meoqui, mencionó que en la Planta Heineken Meoqui se fabricarían ediciones especiales y limitadas de
las cervezas Cruz Blanca y Listón Azul, …. pero no dijo cuándo. Al parecer en Cuauhtémoc Moctezuma Heineken le siguen teniendo pánico a estas dos cervezas chihuahuenses.
Email: jaramillovela@hotmail.com
Fuentes Bibliográficas:
+ thebeerdaily.com
+ sitioshistoricosdechihuahua.blogspot
+ herzog.economía.unam.mx
+ mexicoenfotos.com
+ Facebook. El Juárez de Ayer
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+ netnoticias.mx
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+ ri.ujat.mx
+ beerlab.com.mx
+ cervezacasera.com.mx
+ es.wikipedia.org
+ Cervecería Cuauhtémoc…cien años son un buen principio