Rubina Ali tenía 9 años y vivía en un barrio muy pobre de la India cuando fue elegida para participar en la película
Danny Boyle lo sabía cuando encontró a los niños protagonistas de Slumdog Millionaire en los barrios más pobres de la India, diseñando un plan casi nunca visto en la industria del cine para que el éxito les ayudara a aspirar a una vida mejor a largo plazo.
El plan funcionó con una de sus estrellas, Rubina Ali, la pequeña que tenía 9 años cuando fue seleccionada para interpretar a la adorable versión infantil del papel de Freida Pinto. Una niña que crecía en medio de la pobreza en un hogar de construcción ilegal y que hoy es una mujer de 24 con un título universitario y dueña de su propio negocio.
Hace 15 años que Slumdog Millonaire tomó al mundo por sorpresa con su emocionante historia de superación y romance ante la adversidad. La película sobre un niño de las favelas de la India que desafiaba todas las probabilidades y seguía su corazón hasta las rondas finales de ‘Quién quiere ser millonario’, fue un espectáculo tan descaradamente dramático como brillantemente visual, consiguiendo una amalgama creativa de color, intensidad y emoción que cautivó al mundo en 2009.
En este caso, la antigua práctica de recomendar películas a través del boca a boca y su paso triunfal por los Oscar la convirtieron en un fenómeno de masas. Fue la última película que logró ganar la mayor cantidad de estatuillas desde 2009 con un total de ocho, incluyendo Mejor Película, (Todo en todas partes al mismo tiempo se le acercó con siete). Incluso causó tanto furor después de la ceremonia que fue la primera producción desde Titanic que consiguió aumentar sus ingresos de taquilla después de la victoria en los premios de la Academia (¡en un 43%!). Su recaudación total fue de 378 millones de dólares cuando tuvo un presupuesto de solo 15 millones.
Cuando el éxito llamó a la controversia
Sin embargo, entre el aluvión de halagos, premios y aplausos, surgió una intensa polémica que colocó a su director en una encrucijada. Rubina Ali y Azharuddin Ismail fueron dos de los niños encargados de dotar de ternura al arco dramático de la historia. Rubina como Latika, el mencionado personaje de Freida Pinto e Ismail como Salim, el hermano mayor del personaje protagonista interpretado por Dev Patel.
Fueron seleccionados en un proceso de casting al que se presentaron 300 niños, pasando de crecer en la pobreza extrema de los barrios pobres de Bombay a promocionar la película vestidos de gala y rodeados del lujo más hollywoodense.
No obstante, cuando se dio a conocer que supuestamente Rubina solo había cobrado 725 dólares por su trabajo y 2,465 dólares su compañero (Mamamia), la polémica amenazó con arruinar la fiesta de premios de Slumdog Millonaire. Más aún cuando se dio a conocer que los dos seguían viviendo en las mismas chabolas mientras la película no dejaba de amasar ganancias en la taquilla mundial.
Las críticas amenazaron con empeorar el asunto cuando los padres de los niños dijeron a la prensa local que sentían que sus hijos habían sido “explotados” y “mal pagados”, mientras medios como The Telegraph (vía CNN) dijeron que seguían viviendo en la misma “maraña de chozas improvisadas” de Bombay donde Boyle los había encontrado.
De esta manera, el director no tuvo más remedio que exponer sus planes en diferentes entrevistas para silenciar las críticas en plena temporada de premios, revelando que desde un principio habían diseñado un plan que pretendía ayudar a los niños a salir de la pobreza a largo plazo, en lugar de entregarles una gran suma de dinero que podía ser desaprovechada.
“Pensamos detenidamente cuál era la mejor manera de beneficiarlos y decidimos implementar un plan educativo”, explicó a CNN. «Los inscribimos en la escuela, una escuela muy buena, en la que les pagan para que permanezcan hasta los 18 años». El director explicó que el plan incluía la creación de un fondo llamado el Jai Ho Trust que supervisaría y garantizaría que los dos niños recibirían una buena educación, una vivienda adecuada y apoyo social.
Además, aseguró que los niños recibirían una cantidad “sustancial” de dinero al cumplir los 18, siempre que siguieran yendo a clase y se graduaran. Incluso desmintió los salarios publicados diciendo que “a las familias se les pagó bien por el trabajo”, negándose a revelar las cifras exactas para proteger a los niños porque habría “personas que se aprovecharían de ellos inmediatamente”. Pero eso no fue todo. Incluso prometió sacarlos de las barriadas regalándoles un departamento a cada uno.
Una promesa que llevó un tiempo hacer realidad e hizo que la polémica siguiera en el aire.
El cambio de vida de Rubina
El cuento de hadas que pretendía escribir Danny Boyle no fue fácil de concretar. Por ejemplo, en un principio los niños no estaban asistiendo a clase lo suficiente. Según reveló el administrador del fondo a The Guardian en 2009, Azharuddin Ismail solo estaba asistiendo «el 37% del tiempo» y Rubina Ali tenía «un récord de asistencia del 27%», recordándoles que podían perder parte del fondo previsto si no cumplían con su parte de estudiar y graduarse. Es decir, por mucha polémica que rodeara a Boyle, no había nada que pudiera hacer a la distancia para conseguir que cumplieran con su parte del pacto. Al final, el plan para ayudarlos estaba claro y la asistencia escolar, con 11 y 9 años respectivamente, era responsabilidad de sus padres.
En el caso de Azharuddin, su madre excusó las ausencias de su hijo explicando que estaba de luto por la muerte de su padre pero, según el administrador, los niños dedicaban demasiado tiempo a viajar a diferentes ciudades y países para asistir a eventos.
De todos modos, pocos meses después de la victoria de los Oscar, Azharuddin recibió su departamento prometido donde se mudó con su familia. Rubina recién entró en el suyo en 2011 después de varios meses buscando la vivienda preferida por ella y su familia. Hasta entonces estuvo viviendo en su chabola familiar hasta que fue demolida por tratarse de una construcción ilegal. Luego sufrió un incendio en el alquiler al que se mudó a continuación, perdiendo todos sus recuerdos de la película y los premios.
Danny Boyle explicó a The Hollywood Reporter en 2014 que el plan para ayudarlos se diseñó antes del éxito de la película, pero que fue difícil “ponerlo en práctica”. No solo por la atención mediática que se centró en ellos tras el éxito del filme, sino por “las expectativas poco realistas que se colocaron en las mentes de los padres que vieron una oportunidad de ganar dinero”.
En la misma entrevista confirmaba la compra de los departamentos pero, también, lanzaba un dardo en contra de las familias al señalar el costumbrismo y diferencias culturales que hicieron más difícil cumplir el plan. “Quieres que eso beneficie a los niños a largo plazo en lugar de sólo sea la emoción del momento y la indulgencia. Así que sí, les conseguimos apartamentos. Pero es muy difícil sacar a las personas de sus orígenes, incluso si sus antecedentes son espantosos para el ojo occidental. Realmente no quieren moverse, ¿sabes? Y luego todo se complica mucho”.
De esta manera, después del desfile por la temporada de premios, ambos niños tuvieron que regresar a la realidad que les esperaba en India. Y si bien resulta injusto imaginar que habrán existido personas implicadas desde Occidente que sacaron beneficio instantáneo del éxito de Slumdog Millionaire mientras los niños volvían a los barrios bajos hasta que se concretaron los cambios, también nos toca observar el otro lado de la balanza. Porque aunque podamos pensar que los responsables de concretar el plan de Danny Boyle podrían haber acelerado el asunto de entregarles las viviendas, sobre todo en el caso de Rubina, según las palabras del cineasta, habrían existido contratiempos que estuvieron fuera de su control. Mientras el hecho de que diseñaran un plan centrado en la educación y con todo disponible -desde libros a comida y transporte- se antoja como una vía positiva a la hora de abrirse oportunidades en el futuro.
Sin embargo, existen reportes de la época que señalan que la familia de Azharuddin utilizó su fondo para pagar los tratamientos de su padre enfermo con tuberculosis (falleció en 2009). Que si bien recibió su departamento, al cumplir los 18 lo vendió para invertir en un negocio que no funcionó y terminó volviendo a los barrios pobres de su infancia, según Mumbai Mirror.
Afortunadamente, la historia de Rubina es el ejemplo de éxito que Danny Boyle quería conseguir con su plan a largo plazo. Si bien se mudó a vivir con su madre y dejó que su padre se quedara en el departamento con su familia mientras batallaba tuberculosis (murió en 2020), Rubina sacó provecho al plan escolar diseñado para ella.
Estudió hasta obtener una licenciatura en Diseño de Moda, publicó una autobiografía llamada Slumgirl Dreaming y abrió su propio salón de belleza.
En resumen, a pesar de las críticas iniciales de los padres durante el éxito de la película, Rubina se siente agradecida por la implicación de Danny Boyle a la hora de ayudarla a mejorar su vida. “El tío Danny Boyle ha hecho mucho por mí. Yo vivía en un barrio pobre. Completé mi educación gracias a él y a Jai Ho Trust, que siempre me han guiado”, dijo a Mumbai Mirror en 2020.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.