CÓDIGO 31000
EMPIEZAN LAS CAMPAÑAS LOCALES Y LA COLECCCIÓN DE PROMESAS
La principal característica es prometer y prometer; caminar por las calles de las colonias más pobres, bailar y tomarse fotos con los zapatos sucios
Este jueves arrancaron las campañas de los candidatos a alcaldes, regidores, síndicos y diputados locales que se suman al bombardeo de las federales que, entre paréntesis, ya nos tienen saturados.
A diferencia de años anteriores, en que algunos checaban los avances de los candidatos en las redes sociales y todo era periódicos impresos, noticias en la radio y en la televisión, hoy, con excepción de los impresos que ya no existen más que en la imaginación de algunos de sus dueños, todo es digital, sin excepción.
Hace años vimos a dos líderes sociales que no hicieron nada por su gente al llegar al poder, pero crecer de tal forma por la necesidad de un cambio en la sociedad y en la política, que acabaron con sus antecesores y quedaron como patriarcas o enviados de las divinidades.
Andrés Manuel López Obrador y Javier Corral Jurado, por supuesto.
El primero se dedicó a decir que todos eran malos, que la corrupción estaba en todo lo que era gobierno y en su libertad de expresión y lenguaje vulgar, se refería a Vicente Fox como “chachalaca”, al pedirle que no opinara en tiempos de elecciones.
Ahora López Obrador no deja de manipular al Congreso, a los jueces, al INE, ha destrozado al país y la gente sigue creyendo que él les entrega las becas, cuando no hay medicinas en el IMSS de Chihuahua y muchos estados, a pesar de su “farmaciota”.
Javier Corral creció atacando a Duarte. Se dedicó a una lucha, según él, contra la corrupción y habló pestes de López Obrador, a quien hoy le sirve sumisamente.
Corral en su oportunidad en el gobierno y con todo el apoyo del PAN, se dedicó a llorar todo el tiempo y a no cumplir nada más que meter a prisión a algunos “corruptos”, mismos y mismas que ya salieron de la cárcel y ahora lo demandan por tanta simulación para desquitarse de Duarte.
Ambos personajes llegaron hasta donde están por la mercadotecnia; la gente se la creyó y los apoyaron en las elecciones y, en ambos casos, muchos se arrepiente de haberlos aceptado. Cayeron en las mentiras.
Veremos las campañas que empiezan esta semana en el Código 31000 y analizaremos las frases y promesas de todos los candidatos (por supuesto, también candidatas), para después, si no cumplen, restregarlas ante la sociedad.
Y serán las redes sociales, los bailes ridículos, las promesas de mejorar lo que se tiene o de hacer lo que no se hace, además de las canciones pegajosas, las que engañen a un buen número del electorado y dará su voto…. Por unos pesos o porque “dicen que él es bueno y el otro un ratero”.
Al tiempo.
Guarden esta columna y reléanla en diciembre de este año.