La columna
POR CARLOS JARAMILLO VELA
· Claudia Sheinbaum… la aliada perfecta de Andrés Manuel López Obrador.
Es firme por parte de Claudia Sheinbaum la pretensión de reformar la Constitución para modificar sustancialmente al Poder Judicial restándole la independencia y autonomía de las que ahora goza y que son fundamentales para mantener el indispensable contrapeso político-jurídico del Estado mexicano. Aunque en los primeros días posteriores a la elección hubo cierto titubeo por parte de la virtual presidenta electa de México, su reciente reunión con el mandatario saliente Andrés Manuel López Obrador la hizo cambiar de parecer, pues luego de dicho encuentro ha sostenido enfáticamente que tal reforma sí se llevará a cabo, e incluso ha anunciado que habrá una consulta popular en tres días (al vapor) y sus resultados se conocerán a principios de la próxima semana.
La verdad es que a Claudia Sheinbaum le llamó la atención el presidente, recordándole que debe plegarse a los designios de éste porque él es su patrón y padrino político sin cuyo favor jamás habría podido llegar a la antesala de la presidencia, donde hoy se encuentra. Lo cierto es que esa perjudicial reforma se hará, a pesar de lo absurda y retrógrada que resulta para la vida jurídica, política y económica de nuestro país, ya que al presidente y a su partido Morena no los mueve el interés colectivo de la nación sino el afán por alterar a su conveniencia el marco constitucional a fin de establecer un régimen totalitarista de concentración del poder que les permita controlar a todos los órganos del Estado, para imponer su proyecto ideológico-político y continuar así manejando al país a largo plazo. Verdad neta.
Es cierto que a nivel nacional e internacional hay preocupación por lo que está ocurriendo en México durante esta desafortunada transición de López Obrador a su ahijada predilecta Sheinbaum. Todos sabemos que un país con incertidumbre jurídica desalienta la inversión por el alto riesgo que significa un sistema judicial politizado y manejado bajo los intereses del mandatario y partido gobernante en turno. En realidad los mercados internacionales tienen fundadas razones para reaccionar en la forma que lo están haciendo. Igualmente verdadero es que se va a imponer a ultranza la reforma, pésele a quien le pese, dígase lo que se diga y cueste lo que cueste, pues Sheinbaum, López Obrador y Morena tienen el control del poder legislativo y terminarán haciendo lo que quieren para llevar a México por el camino que conviene solo a ellos y a sus particulares intereses.
Ya la cotización del dólar se encuentra alrededor de 19 pesos, con una depreciación de más del 10% desde el día de la elección hasta la actualidad, incluso se estima que en las próximas semanas podría llegar a los 20 pesos. Esta es la muestra más clara de la desconfianza que ha generado Claudia Sheinbaum en el exterior, al anunciar la continuidad de las políticas López Obradoristas. Recientemente ha dicho Sheinbaum que su administración se dedicará a construir el segundo piso de la Cuarta Transformación. Así, claridosa.
Aunque Claudia Sheinbaum y sus voceros digan que estarán abiertos al diálogo y que ventilarán la propuesta de reforma judicial mediante parlamento abierto y escuchando las opiniones de todos los sectores interesados, su postura no es más que una actitud para cuidar las formas y guardar las apariencias, pues en el fondo la próxima mandataria está determinada a modificar a ultranza nuestra Constitución para dejar en manos del voto popular la elección de jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial, lo cual es un error de dimensión mayúscula.
Tampoco convence el superficial y falso argumento empleado por la presidenta entrante cuando al tratar de refutar la depreciación del peso frente al dólar, así como las adversas consecuencias económicas de la reforma, dice que nada malo ocurrirá porque la economía de México está firme. Ella sabe que ante la incertidumbre política y jurídica que está a punto de ocasionarse las empresas extranjeras no invertirán en nuestro país, e incluso las ya existentes se podrían retirar, por lo que el desempleo y la caída en el ingreso podrían convertirse en un problema social.
Los hechos presentes demuestran por qué Claudia Sheinbaum fue postulada como candidata por decisión de Andrés Manuel Lopez Obrador, pues está resultando ser su aliada perfecta para concluir el proyecto de extinción de nuestro régimen de libertades jurídicas e instauración del Estado totalitario y antidemocrático, mismo que para desgracia de México el actual mandatario hace seis años comenzó.