La nueva serie española de Netflix con Clara Lago y Tamar Novas se ha estrenado como la serie Nº1 de la plataforma.
De primeras, puede parecer lo mismo de siempre, es decir, otra ficción que, en base al morbo turbio que esconde el problema del narcotráfico, se aprovecha de la coletilla de inspiración real para captar el interés del público. De hecho, pese a ser el punto de venta principal, lo cierto es que historia no está basada en ningún hecho concreto, únicamente en el conjunto global de problemas relativos a esta cuestión que ha habido en su escenario principal, la comunidad gallega.
Su historia sigue a Ana, una abogada de un prestigio bufete de Madrid que, tras lidiar con el asesinato de su padre y descubrir que este tenía una doble vida, se traslada a Galicia a iniciar una nueva vida e investigar. Sus planes pasan por infiltrarse en un cartel conocido como el “clan de los Padín” y saldar cuentas, sin embargo, su contacto con el hijo del líder, quien despierta sus sentimientos, hará que su vida se vuelva patas arriba. Es decir, otra historia estereotípica de narcotráfico con drogas, secretos, acción y venganza.
Afortunadamente, este último punto, el surgimiento de una relación romántica en medio de un ambiente tan sobrecargado, consigue dar la vuelta a las tornas. No solo por ayudar a liberar tensiones y darnos un disfrute más ligero, también por las implicaciones tan jugosas que ofrece la situación de sus dos protagonistas, que va más allá del clásico amorío. Y es que juntar dos mundos tan opuestos como el de una abogada de prestigio y el hijo de un narco, despierta una trama tan llena de tensiones y puntos de interés que se posiciona por encima de la acción o el thriller.
Una fórmula comercial infalible
No es inusual que las historias románticas apuesten por la unión de dos partes tan distintas, pero suele ser un escenario más propio de comedias y no tanto de una historia tan intensa y oscura como la de Clanes, que, como vengo diciendo, no renuncia a ninguna virtud o lugar común de cualquier serie o película de narcos. Al final, la sensación que se crea es la que rompe los estereotipos del género, que nos trae ideas identificables para cualquier espectador amante de las grandes historias y no solo de los fans acérrimos de los thrillers de narcotráfico.
Además, cuenta con otro punto a favor, y es que sus dos protagonistas, Clara Lago y Tamar Novas, asumen estos roles con resultado muy notable. Son perfiles que desprenden vehemencia sin renunciar al lado entrañable de cualquier romance, lo que sumado a su dedicación para trabajar los personajes en profundidad y sacar a relucir sus capas, nos dan la química y emoción que esperamos cuando nos sentamos a disfrutar de un gran producto de entretenimiento.
En consecuencia, Clanes obtiene un resultado que en méritos comerciales funciona como un reloj, como ha ejemplificado al acaparar la lista de los contenidos más vistos de Netflix en su primer fin de semana. A título personal, he de decir que la serie no me ha vuelto loco, pero sí creo que, a pesar de no tener una calidad sobresaliente y a ratos ser demasiado monótona, han vendido muy bien esta idea desde la promoción, poniendo a sus dos protagonistas en el centro y no tanto la oscuridad de su contexto.
En próximas semanas, valorando su mantenimiento, veremos si el público ha quedado 100% satisfecho, pero teniendo en cuenta que en sus puntos fuertes cumple expectativas y que aporta aire fresco al subgénero del thriller de narcotráfico, no sería raro verla a crecer hasta convertirse en otra producción insignia de habla hispana en Netflix.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine 54.