Balacera dejó cinco personas muertas y tres lesionados, entre ellos una niña de cinco años y por lo menos veinte negocios dañados
La Preparatoria Álvaro Obregón 8403 suspendió clases, la Clínica Prospera no atendió ningún paciente, los negocios se mantuvieron cerrados y los pobladores siguen resguardados por la refriega que se registró el pasado miércoles por la noche, donde ambos grupos del crimen organizado pelean la plaza y deciden exterminarse entre ambos.
Todo comenzó cerca de las nueve de la noche del miércoles 27 de febrero, cuando un convoy de aproximadamente treinta camionetas ingresó de la cabecera municipal, hacia Álvaro Obregón, donde comenzaron a disparar contra un grupo identificado como los Álvarez, que trabajan para el Nuevo Cártel de Ciudad Juárez.
Los pistoleros de la Gente Nueva del Tigre fueron los que acudieron a este seccional con el objetivo de aniquilar al grupo antagónico, quienes respondieron a balazos y fue cuando la refriega duró por más de treinta minutos, donde dejaron a su paso más de veinte negocios dañados con impactos de armas de fuego.
Los hechos comenzaron por la avenida Cuauhtémoc, que es la vía principal del pueblo, y estuvieron conduciéndose por varias intersecciones, hasta que lograron el objetivo y asesinaron a varias personas; incluso personas inocentes siguen hospitalizadas por este intercambio de balas.
A su paso, lanzaron granadas a un expendio que se encuentra en la entrada, mismo que se consumió entre las llamas y recibió por lo menos 200 impactos de arma de fuego, al igual que un billar que se encuentra en la Plaza Sofía, donde lanzaron granadas e hicieron más de 100 detonaciones de arma de fuego en el lugar.
La comandancia, una clínica, la preparatoria, tiendas de conveniencia, bancos, locales comerciales y una serie de negocios más, fueron los que resultaron con daños, que marcaron el paso de los pistoleros, quienes utilizaron diversos calibres, pero principalmente del conocido como “cuerno de chivo”.
A pie, en pick up y automóviles, fue como se movilizaron los pistoleros, donde según alguno de los vecinos que presenciaron los hechos, se encontraron los grupos rivales y fue que inició la persecución y el intercambio de balas, que finalmente dejaron un saldo de cinco personas muertas y por lo menos cuatro heridos.
“Entraron por Cuauhtémoc, se estacionaron dos camionetas, una blanca y una café, y fue que empezaron a disparar contra el expendio, llegaron más camionetas por otras partes y fue cuando se dispararon, escaparon por varias calles y algunos inocentes recibieron los impactos, como una niña de cinco años que estaba en el funeral de un chavo Iglesias”, comentó uno de los que presenció los hechos.
Los sonidos del calibre .45, .223 y “cuerno de chivo” no dejaban descansar a la población, que sólo pedía que no fueran los afectados con estos enfrentamientos entre los grupos delincuenciales, ya que varias viviendas y negocios que seguían operando siguen con el rastro de las balas que se estrellaron en las instalaciones.
Según uno de los encargados de un negocio ubicado en la Plaza Sofi, donde resultaron ocho locales dañados y uno de ellos incinerados, explicó que las personas se trasladaban a pie, incluso se metieron a la plaza donde comenzaron a disparar desde el segundo piso, quedando como testigo los orificios de más de 120 impactos que dieron contra las paredes y los vidrios del lugar.
“Esos malandros de La Línea, vinieron a esconderse en el billar y por eso vinieron los otros sicarios a perseguirlos y dispararles, les aventaron granadas y le dispararon hasta que mataron a dos, enseguida del billar, están viviendo unas jovencitas, quienes estuvieron en medio de este cambio de balas, pero que gracias a Dios no sufrieron daño alguno”, refiere Raúl, quien labora en estas instalaciones.
Los vecinos que accedieron a emitir comentarios e información a El Heraldo de Chihuahua se muestran molestos e impotentes por ser víctimas de la inseguridad y la violencia en la que se ha sumergido el pueblo de Rubio, ya que dicen tener miedo de que mueran a causa de una bala perdida y enojo por no tener una vida tranquila.