Bang Showbiz
Desde que se conoció el final de su compromiso con Christian Nodal, el estilo de vida por todo lo alto de Belinda ha sido sometido a un escrutinio sin precedentes porque sus detractores aseguran que solo puede permitírselo gracias al dinero de sus parejas sentimentales.
Irónicamente su ex ha sido el único de los dos que ha reconocido que en un momento de su vida se obsesionó con todos los lujos que se asocian a las estrellas de la música, como coches de lujo, joyas o relojes carísimos, y se sentía incapaz de renunciar a ellos.
«Pensaba que el dinero era justo eso, vivir la vida loca, al extremo, rápido, sin pensar las cosas. Siento que no perdí el piso, pero sí me obsesioné y llegué a un punto en el que si no traía ropa de marca, no me sentía seguro», ha confesado Christian en una entrevista a la revista Life Style.
Esa etapa de su vida, que coincidió con su meteórico ascenso a la fama, estuvo marcada por días de fiestas que se encadenaban y durante los que acababa perdiendo el control hasta el punto de que luego no recordaba lo que había hecho. «Salir con gente que no conocía y terminaba en lugares extraños», ha añadido.
Esa etapa llegó a su fin por dos motivos: en primer lugar, se dio cuenta de que las posesiones materiales no le ayudaban a conectar con la gente, y en segundo, conoció a muchos de sus ídolos y se llevó una gran decepción.
«Los descubrí vacíos. Sus pláticas eran tan superficiales que yo decía: ‘¿Soy el único loco que padece una crisis existencial porque vive analizando de forma profunda cada paso que da y cómo trata a los demás?'».