Beijing.- El Ministerio de Comercio de China criticó este sábado un informe del gobierno de Estados Unidos sobre las importaciones de productos de acero y aluminio al tiempo que consideró que los hallazgos «carecían de fundamento» y no concuerdan con los hechos.
El Departamento estadounidense de Comercio recomendó al presidente Donald Trump restringir las importaciones de productos de acero y aluminio mediante la imposición de fuertes tarifas, citando preocupaciones de seguridad nacional.
Bajo la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, el departamento encontró que «las cantidades y circunstancias de las importaciones de acero y aluminio amenazan con perjudicar la seguridad nacional, como se define en la Sección 232».
Recomienda a Trump alternativas para adoptar «acciones inmediatas para ajustar el nivel de las importaciones mediante cuotas y tarifas». La propuesta varia de país a país con las mayores tarifas y cuotas dirigidas al aluminio procedente de China y Rusia.
En el caso del acero, la institución recomienda una tarifa global de al menos el 24 por ciento de todas las importaciones de acero o aplicar un arancel del 50 por ciento a las importaciones de una lista de 12 países, en los que se incluyen China, Brasil o India.
Otra tercera opción planetada por los oficiales del Departamento gubernamental es limitar las importaciones mediante una cuota sobre todos los productos acereros procedentes de otros países al 63 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos.
Trump llegó a la Casa Blanca con un discurso proteccionista que tenía la protección de la industria del metal frente a las importaciones de la China como uno de sus pilares.
En una respuesta al informe, Wang Hejun, jefe de la oficina de investigación comerciales del MOC, indicó que países como Canadá y China han demostrado a Estados Unidos durante la investigación de que tales importaciones no causan daño a la seguridad nacional.
Estados Unidos ya ha sobreprotegido las industrias nacionales en los dos sectores, y no debería «imprudentemente» tomar más restricciones sobre tales importaciones, enfatizó Wang.
Ante el trasfondo de la aún inestable recuperación mundial, Wang instó a Estados Unidos a actuar con moderación al usar herramientas de protección comercial, y observar las reglas multilaterales para hacer contribuciones positivas al orden económico y comercial global.
«Si la decisión final de los Estados Unidos afecta los intereses de China, tomaremos las medidas necesarias para defender nuestros derechos», puntualizó Wang.
En abril del año pasado, Trump anunció una investigación sobre las importaciones de acero y aluminio para determinar si suponían una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos.
En su informe, el secretario de Comercio, Wilbur Ross, subrayó que China es «el gran responsable» del exceso de acero en los mercados internacionales, ya que el gigante asiático «solo en un mes produce lo mismo que Estados Unidos en todo un año».
Ross señaló que estas acciones tienen como objetivo revitalizar las industrias locales y llevarlas a producir por encima del 80 por ciento de su capacidad instalada.
En la actualidad, las plantas siderúrgicas nacionales funcionan al 73 por ciento de la capacidad y las plantas de aluminio al 48 por ciento.
Ross comentó a los periodistas en una conferencia telefónica que las medidas propuestas no violan las reglas del comercio mundial ya que la Organización Mundial del Comercio reconoce restricciones a las importaciones por razones de seguridad nacional.
Los analistas alertaron del riesgo de que estos elevados aranceles o cuotas desencadenen una guerra comercial internacional, con medidas recíprocas por parte de los socios comerciales.
Se requiere que el presidente Trump tome una decisión sobre las recomendaciones de acero para el 11 de abril y sobre las recomendaciones de aluminio para el 19 de abril, pero algunos países podrían quedar excluidos por ser aliados militares de Estados Unidos.
Bajo la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, el departamento encontró que «las cantidades y circunstancias de las importaciones de acero y aluminio amenazan con perjudicar la seguridad nacional, como se define en la Sección 232».
Recomienda a Trump alternativas para adoptar «acciones inmediatas para ajustar el nivel de las importaciones mediante cuotas y tarifas». La propuesta varia de país a país con las mayores tarifas y cuotas dirigidas al aluminio procedente de China y Rusia.
En el caso del acero, la institución recomienda una tarifa global de al menos el 24 por ciento de todas las importaciones de acero o aplicar un arancel del 50 por ciento a las importaciones de una lista de 12 países, en los que se incluyen China, Brasil o India.
Otra tercera opción planetada por los oficiales del Departamento gubernamental es limitar las importaciones mediante una cuota sobre todos los productos acereros procedentes de otros países al 63 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos.
Trump llegó a la Casa Blanca con un discurso proteccionista que tenía la protección de la industria del metal frente a las importaciones de la China como uno de sus pilares.
En una respuesta al informe, Wang Hejun, jefe de la oficina de investigación comerciales del MOC, indicó que países como Canadá y China han demostrado a Estados Unidos durante la investigación de que tales importaciones no causan daño a la seguridad nacional.
Estados Unidos ya ha sobreprotegido las industrias nacionales en los dos sectores, y no debería «imprudentemente» tomar más restricciones sobre tales importaciones, enfatizó Wang.
Ante el trasfondo de la aún inestable recuperación mundial, Wang instó a Estados Unidos a actuar con moderación al usar herramientas de protección comercial, y observar las reglas multilaterales para hacer contribuciones positivas al orden económico y comercial global.
«Si la decisión final de los Estados Unidos afecta los intereses de China, tomaremos las medidas necesarias para defender nuestros derechos», puntualizó Wang.
En abril del año pasado, Trump anunció una investigación sobre las importaciones de acero y aluminio para determinar si suponían una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos.
En su informe, el secretario de Comercio, Wilbur Ross, subrayó que China es «el gran responsable» del exceso de acero en los mercados internacionales, ya que el gigante asiático «solo en un mes produce lo mismo que Estados Unidos en todo un año».
Ross señaló que estas acciones tienen como objetivo revitalizar las industrias locales y llevarlas a producir por encima del 80 por ciento de su capacidad instalada.
En la actualidad, las plantas siderúrgicas nacionales funcionan al 73 por ciento de la capacidad y las plantas de aluminio al 48 por ciento.
Ross comentó a los periodistas en una conferencia telefónica que las medidas propuestas no violan las reglas del comercio mundial ya que la Organización Mundial del Comercio reconoce restricciones a las importaciones por razones de seguridad nacional.
Los analistas alertaron del riesgo de que estos elevados aranceles o cuotas desencadenen una guerra comercial internacional, con medidas recíprocas por parte de los socios comerciales.
Se requiere que el presidente Trump tome una decisión sobre las recomendaciones de acero para el 11 de abril y sobre las recomendaciones de aluminio para el 19 de abril, pero algunos países podrían quedar excluidos por ser aliados militares de Estados Unidos.
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