LA NACION
Estados Unidos atraviesa un año de elecciones presidenciales, especialmente convulsionado. Luego de la baja de Joe Biden y la ascensión de Kamala Harris a la carrera presidencial, en la vereda opuesta Donald Trump apuesta a lo grande por llegar nuevamente a la Casa Blanca. Pero en uno de sus recientes actos campaña, Trump utilizó una canción que le valió el repudio de su intérprete.
Durante uno de sus actos, el ex presidente republicano musicalizó el encuentro con “My Heart Will Go On”, la pieza que ganó enorme popularidad a través del film Titanic . Ese momento pronto se viralizó, ya que no solo se escucha la canción, sino que en pantalla también se ve a Celine Dion interpretándola. Inmediatamente, la artista compartió a través de sus redes personales, un comunicado contundente en el que repudió el uso de dicha pieza.
En el texto, la artista y su equipo expresaron: “En el día de hoy, el equipo de Celine Dion y su sello discográfico, Sony Music Entertainment Canada, fueron puestos al tanto sobre el uso no autorizado del video, la grabación, y la interpretación musical de Celine Dion cantando “My Heart Will Go On”, en el marco del acto de campaña de Donald Trump y JD Vance, en Montana”.
Más adelante, y con evidente molestia, informaron: “De ninguna manera se trata de un uso autorizado y Celine Dion no apoya ni este ni ningún otro tipo de uso similar. Y por último, ¿encima esa canción?”.
Casi como un pie de comedia, esa frase final probablemente subraya el hecho de que dicha pieza está muy vinculada a la trágica historia de un naufragio, una asociación que no debería querer ningún aspirante a presidente.
Su gran vuelta a los escenarios
En diciembre del 2022, la vida de Celine Dion cambió. En esa fecha, ella anunció que había sido diagnosticada con el síndrome de persona rígida paraliza, un cuadro que afecta diferentes partes del cuerpo, y puede provocar caídas, fuertes espasmos musculares y una rigidez corporal progresiva. Poco tiempo después, la cantante había adelantado en una entrevista su intención de volver a cantar frente al público. “Elegí trabajar con todo mi cuerpo y mi alma, de la cabeza a los pies, con la ayuda de un equipo médico. Quiero hacer lo mejor que pueda. ¡Mi objetivo es volver a ver la Torre Eiffel!”, le confesó a un periodista de Vogue Francia. Y hace muy pocas semanas, Dion fue capaz de cumplir ese deseo.
En el marco de la inauguración de los juegos olímpicos, la cantante se mostró animada y agradecida. Su espectacular aparición, el cierre de una prolongada ceremonia de apertura del acontecimiento deportivo, marcó finalmente el gran regreso internacional a los escenarios de la artista.
La cantante había aterrizado en París pocos días antes y, apenas pisó la capital francesa, las versiones sobre una presentación en vivo comenzaron a sonar con fuerza. Incluso en semana apareció en la puerta del Hotel Royal Monceau, en París, donde se encontró con decenas de fanáticos que la esperaban para saludarla. Allí, enfundada en un sobrio vestido negro, bailó mientras sus seguidores entonaban sus canciones.
Cuando volvió a cantar ante un público masivo, ni la lluvia torrencial pudo empañar la imponente actuación de la cantante canadiense, que cerró la ceremonia al pie de la Torre Eiffel. Mientras la antorcha se iluminaba y flotaba en el aire, Dion, enfundada en un espectacular vestido con brillos, entonó una poderosa versión de “Hymne A L’Amour”, de Edith Piaf.
Más allá de la emotiva vuelta de la intérprete de “My Heart will go on” en París, en TMZ deslizaron la posibilidad de que la cantante se presente luego en una serie de conciertos -llamados comúnmente residencias- en Las Vegas. “Céline Dion está en las “etapas finales” de resolver los detalles de su regreso a Las Vegas”, publicó el medio especializado. “Básicamente, es un trato cerrado”, aseguró una fuente sobre los conciertos, que serían de corta duración, acordes a las posibilidades de Dion.