La situación de violencia en el Centro de Readaptación Social (Cereso) 1 de Chihuahua ha alcanzado niveles preocupantes tras el trágico asesinato del funcionario penitenciario Nicolás Monarrez el pasado lunes. Los eventos recientes han mantenido en vilo a la comunidad, ya que ayer por la tarde se registró otra agresión armada en la ciudad.
En este último incidente, un domicilio fue el blanco de disparos de arma de fuego, aunque afortunadamente no hubo víctimas mortales. Sin embargo, este suceso ha contribuido a aumentar el clima de inseguridad en la zona.
Ante esta escalada de violencia, las autoridades respondieron de manera inmediata al recibir el reporte de disparos en la zona afectada. En el lugar de los hechos se encontraron 12 casquillos percutidos, pero hasta el momento no se ha logrado identificar a los responsables. A pesar de ello, se ha llevado a cabo la captura de siete personas posiblemente relacionadas con el ataque anterior, aunque aún no enfrentan cargos penales.
La incertidumbre persiste en la comunidad mientras las autoridades intensifican las investigaciones para restaurar la seguridad en la región. Este acto de violencia no solo desafía a las autoridades, sino que también representa una burla a la justicia y una amenaza para el orden público. Es crucial que se tomen medidas efectivas para frenar esta espiral de violencia y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos.